Capitulo 3

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― Thomas― Dijo Dora llamando a la puerta del despacho

― Adelante Dora―

― La comida esta lista― Frunció el ceño― Pensé que Abby estaba aquí contigo.

― Esta en su habitación― Dijo el levantándose de su silla― Iré a avisarle que baje a comer

― Bien, los espero en el comedor… lo he preparado de una manera especial para ambos― Dibujo una sonrisa en su rostro.

― Gracias― Le agradeció cuando paso junto a ella.

El subió hasta la habitación de Abby, cuando estuvo frente a la puerta se quedo callado para ver si escuchaba algo, pero al no escuchar nada decidió entrar sin tocar. Cuando la vio recostaba en la cama una sonrisa aprecio en su rostro. Se hinco a su lado y la observo durante un momento… fue entonces cuando se dio cuenta de que ella había llorado. La sonrisa de Thomas había desaparecido, se maldijo a sí mismo puesto que sabía que él era el causante de ese llanto.

― Abby― Dijo sacudiéndola bruscamente

Al sentir que alguien me sacudía abrí mis ojos con preocupación

― ¿Pasa algo? ― Fue lo primero que pregunte

― La comida esta lista, bajemos― él se puso de pie

― No ten...

― No me digas que no tienes hambre porque es un comentario que ignorare… te espero afuera, no tardes.

― Esta bien― Caminé hacia el cuarto de baño.

Al salir de la habitación, pude observar como Thomas se encontraba recargado en el barandal de la escalera de forma atractiva, caminé hasta el.

― Listo―

Él me miro de arriba abajo de manera detenida.

― No me he hecho nada― Le dije enojada, por la manera en la que él me había mirado.

― No hace falta que te arregles para que yo te mire… siempre me has parecido atractiva al natural. Además si hiciste algo… borraste los rastros de la humedad de tus ojos.

Ella sintió como sus mejillas se teñían de color rojo escarlata. Abrió la boca para pedirle que se guardara ese tipo de comentarios pero el celular de Thomas sonó y el dio media vuelta entrando en su habitación. Ella no lo esperaría, así que bajo hasta el comedor y ahí se encontró con un hermoso arreglo florar y una cristalería cara.

― Wow, que bonito―

― Oh Abby… no te oí bajar― Dora llevaba la comida a la mesa― me alegra que te guste, lo he hecho yo misma.

―Tienes mucho talento Dora― Le sonreí― Es precioso

― Gracias, ahora por favor toma asiento― Me senté― Y ¿Dónde has dejado a Thomas? ―

― El recibió una llamada telefónica y se ha quedado en su habitación.

― Ya veo― Dijo Dora pensativa― ¿Quieres comenzar a comer de una vez?

― No, será mejor que lo espere… quiero evitar discusiones―

― Eres muy inteligente― Dora rio― El te quiere

En eso Thomas entro al comedor

― ¿Quién la quiere, Dora? ― Pregunto el recorriendo la silla para tomar asiento.

― Tu cariño, tú la quieres― Dora tenía una gran sonrisa mientras lo miraba

Él prefirió no dar comentario alguno ante la afirmación de Dora.

Amor SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora