Me quede boquiabierta, petrificada, mientras ella caminaba hacia mí con una caja en las manos. Una caja de regalo.
― Caroline ― Dije cuando la tuve enfrente
― No tienes permiso de decir mi nombre linda― Me dio una palmadita en la mejilla, yo retrocedí― Uy, tranquila, las chicas con clase a diferencia de otras, sabemos comportarnos, jamás te golpearía― Soltó una risita
Yo preferí no responder
― ¿Dónde está Thomas? ― Se hecho a andar― Si no te importa iré a felicitarlo
Yo tome su brazo, frenándola
― ¿Qué haces aquí, caroline? ― Pregunté con enfado― Y si, me atrevo a usar tu nombre
Ella me miró de arriba abajo mientras hacia un gesto de desagrado.
― Las de tu clase son tan…insolentes― Se movió para zafarse de mi mano―
Annie ha confiado en mí, para “ayudarte” con la organización de la fiesta. No está a discusión.
Ella entro a la casa y yo la seguí, Thomas apareció ante nosotras.
― ¡Thomas! ― Lo abrazo― Feliz cumpleaños guapo― Le dio un beso en la mejilla, dejando su pintalabios marcado
― Gracias Caroline, eres muy amable. Pero si no te molesta la pregunta ¿Qué haces aquí? ― Thomas quito los brazos de caroline de su cintura, yo me alegre.
― ¿Es obvio no? He venido a ayudar a tu querida Abby, no quiero tener problemas con ella y considere que esta sería una buena ocasión para conocernos y ser amigas
Mentirosa, mentirosa, mil veces mentirosa. Yo apreté la mandíbula y mire a Thomas, quien también me miraba.
― Dudo que Abby este interesada en tu amistad, la conozco muy bien como para saber que no eres el tipo de persona con las que ella se relaciona― Thomas sonrió con satisfacción
― Jamás me habías hablado así― Dijo indignada― Ella te ha cambiado, ya no eres el mismo
― No he cambiado. Contigo siempre me comporte diferente por obvias razones y lo sabes.
Yo fruncí el ceño, ¿de qué estaba hablando Thomas?
caroline se alejo de Thomas y tomo mi mano, provocándome un escalofrío debido al apretón que me dio.
― Vamos Abby, vayamos arriba, debemos asegurarnos de que todo salga a la perfección, recuerda lo que dijo annie― Me jalo con fuerza haciendo que la siguiera, pero yo me frene
― No quiero parecer grosera pero… preferiría hacer esto yo sola― Asentí―
― Yo solo sigo las órdenes de Annie, ahora vamos― De nuevo tiro de mí
― Déjala en paz, Caroline― Dijo Thomas con un gruñido―
Ella lo miro desafiante. Yo por mi parte considere que después de todo, el pasar un tiempo con ella no sería tan malo… yo podría hacerlo productivo si aprovechaba ese momento para dejar las cosas en claro, que de una vez por todas comprendiera que Thomas era mi esposo, y de nadie más.
― Tranquilo, amor― Dije sonriendo― Creo que si ocupo ayuda, así que en un rato nos vemos― Subí las escaleras en compañía de Caroline
Thomas estaba completamente atónito. Pero entonces recordó que Abby no solo era una mujer inteligente, sino astuta. Sintiéndose más tranquilo se dirigió a su despacho donde momentos antes el teléfono no había parado de sonar.
― Llévame a la habitación de Thomas― Dijo con arrogancia―
― ¿Te refieres a nuestra habitación?― Sonreí con malicia― Somos un matrimonio y los matrimonios duermen juntos…
― Cierra la boca― Abrió una puerta, desgraciadamente la de nuestra habitación.
Una vez que estuvo dentro comenzó a recorrerla yo solo la observaba mientras mantenía mis brazos cruzados a la altura del pecho. Caroline se detuvo en el buro de Thomas, y me miro con una sonrisa
― Te tengo un regalito― Me aventó la caja de regalo que llevaba en las manos― Espero que te guste
― ¿No es para Thomas? ― Abrí la caja― ¿Y cómo se supone que esto… me va a servir? ―
Dentro había una foto de ella. Mire el reverso, estaba llena de palabras de amor y deseo dirigidas a Thomas.
― Es para que cuando Thomas te deje por mi, me recuerdes. Y las palabras bueno, son para que te imagines lo que pasará en esta habitación entre el y yo
Yo solo reí con sarcasmo. No caería en su tonto juego por supuesto que no. Ella al notar que yo no me había puesto a gritarle como loca o había intentado golpearla, tomo del buro de Thomas un portarretratos que tenía una foto de Thomas conmigo, había sido tomada en uno de los restaurantes más prestigiosos de la ciudad, en nuestra segunda cita.
Mientras me miraba saco la foto del portarretratos y antes de que yo pudiera hacer o decir algo la rompió justo por la mitad.
― Así luce mucho mejor― Dijo burlándose― Esta parte me la quedo yo― Metió en su bolso la parte de Thomas― En cuanto a tu fea carita… bye bye
Arrugo esa parte de la foto y después la rompió, la aventó hacia arriba como si estuviera celebrando algo con conffeti.
― Largo de la habitación, Caroline―Dije con furia
― Como digas― Paso junto a mí y choco su hombro con el mío―
Me apresure a levantar los pedazos de la foto, los tiraría y después ya vería que le diría a Thomas… Esta vez no lloraría, por supuesto que no. Thomas me amaba a mí y solamente a mí.
Las siguientes horas fueron estresantes debido a que Caroline solo se la pasaba criticando mis ideas e insultándome. Sin embargo yo logre conservar la calma e ignorarla. Cuando eran las 2:00 de la tarde Caroline se fue, ¡Gracias al cielo! Yo en cambio entre corriendo a la casa, necesitaba volver a tomar un baño y cambiarme, iba tan concentrada en llegar a la habitación que di un tremendo grito cuando sentí unas manos tomándome por la cintura justo cuando subía el primer escalón.
― Tranquila cariño― Susurró Thomas en mi oído
― Me has dado un gran susto, no lo vuelvas hacer, por favor― Dije totalmente agitada debido a la distancia que corrí.
― Lo prometo. Pero dime, ¿A dónde con tanta prisa? ― Me tomo por detrás de las rodillas, quedando suspendida en el aire
― Necesito tomar un baño y ponerme linda para tu fiesta― Sonreí mientras él me llevaba en brazos hasta la habitación
― Linda ya estas― Me beso― Y en cuanto al baño, bueno si tu insistes
Fruncí el ceño, no había entendido a que se refería exactamente.
― Haremos nuestra buena acción ayudando al mundo. Yo también necesito tomar un baño así que ahorraremos agua, nos bañaremos juntos― Sus labios chocaron contra mi mejilla y se movieron lentamente hasta llegar a mi boca. Yo me paralice por completo.
―Yo, emm, Thomas. Considero…creo que…que bueno no es tan...idea buena, digo tan…tan buena idea― Comencé a balbucear torpemente.
― Yo pienso que es una excelente idea― Dijo mientras entrabamos al cuarto de baño― Ahorraremos agua― Sonrió pícaramente
Yo me sonroje inmediatamente al sentir como mis pies se ponía en contacto con el suelo y él me tomaba por la cintura mientras abría la llave de agua.
Me desconocí por completo cuando descubrí que para nada me desagradaba la idea. Me ponía nerviosa sí, pero al mismo tiempo despertaba mi curiosidad. ¿Pero qué estaba pasando conmigo? Al parecer la noche anterior había cambiado mi forma de pensar. Había descubierto una nueva faceta, Thomas la había descubierto. Sin más, trate de relajarme y deje que el me tomara en brazos para ponerme bajo el chorro de agua tibia.
La fiesta iba de maravilla, la señora Annie tenía una gran sonrisa al saber que después de un arduo trabajo de organización que llevo toda una semana, todo salía a la perfección. Thomas parecía completamente complacido, feliz y emocionado. Supuse que era debido a que toda la familia Weig estaba presente, al igual que algunos de sus amigos más cercanos, como Louis Tomlinson, que había venido desde Hawái.
Nada podía estar mejor, bueno sí… la fiesta sería perfecta al cien por ciento si Caroline no estuviera entre los invitados. ¡Vaya que fui ingenua al pensar que no volvería pisar esta casa! Cuando se había ido en la tarde jamás había mencionado que volvería, pero al parecer ese era el plan. Sorprenderme y claro esta fastidiarme.
La única familia que no había asistido era la mía, mis padres estaban en Londres, disfrutando de unas vacaciones; sin embargo tuvieron la decencia de llamar a Thomas para felicitarlo, al menos eso era algo.
― ¿En qué tanto piensas cariño? ― Preguntó Thomas tomando mi mano
― En nada. Solo verificaba que todo estuviera en perfecto orden― Una media sonrisa se curvo en mis labios
― Me ocultas algo― Beso mi mejilla― ¿Qué es?
― Es solo que… esperaba que mamá y papá vinieran― Suspire― La última vez que los vi fue en nuestra boda
― Les he hecho prometer que en cuanto regresen de su viaje nos avisen, para que podamos visitarlos― Thomas comenzó a sonreír, trataba de ser amable.
― Gracias― Dije sinceramente― Siempre buscando como hacerme feliz, eres increíble
― Tu felicidad es lo que más me importa en este mundo, Abby. Jamás lo olvides―
Le dirigí una mirada llena de ternura y él se inclinó hacia mí, rozo mis labios y luego se hecho a andar en dirección de Lou, quien nos miraba con una gran sonrisa.
― Me da gusto que ya se lleven bien― Grito Louis, aun consciente de que había muchas personas a nuestro alrededor, yo explote en risas.
Dirigí mi vista al portón de la entrada y observe como los encargados hablaban con una persona. Posiblemente alguien estaba teniendo dificultades para entrar. Fui hasta ahí. Mi boca se abrió debido a la sorpresa cuando vi quien estaba frente a mí. Era nada más y nada menos que Brandon. Mi hermano.
― ¡Brandon! ― Exclame con euforia y corrí hasta el
El miro en todas direcciones sobresaltado, hasta que fijo su vista en mí y sonrió ampliamente.
― Abby, mi pequeña hermanita― Dijo estrechándome en sus brazos
― Tu pequeña hermanita de 24 años― Reí― ¡Que sorpresa verte, Brandon!
― Ya lo creo. Escucha lamento haber venido así, es solo que hacía meses que no te veía, sin embargo nunca pensé que tu y… tu esposo estarían dando una fiesta― Metió sus manos en los bolsillos del pantalón y miro al suelo.
Mentía, Brandon estaba mintiendo. Lo conocía perfectamente como para saber que en su tono de voz y detrás de todas esas palabras ocultaba algo.
― Mientes, sabías que había una fiesta― Dije entornando los ojos― Así que pasa, a Thomas le dará gusto verte, después de todo eres mi hermano y su cuñado. Ya es hora de que se lleven bien.
Thomas y Brandon para nada se agradaban. Antes de casarme, Brandon me había insistido en que no lo hiciera. En aquellos días yo consideraba que era la única persona cuerda en mi familia, debido a que el también pensaba que no era buena idea casarse con alguien a quien no se ama. ¿Pero en estos momentos? ¡Pamplinas! Si volviera a decirme algo como eso yo simplemente reiría y le explicaría que todo ha cambiado, que me he hecho a la idea de que ya no soy más Abby Campbell, sino Weig.
― Eso es imposible, sabes que no me agrada― Resoplo― Aun no entiendo porque no aceptaste mi ayuda cuando te dije que tenía la solución para evitar que te casaras con él.
― No quería defraudar a papá y mamá, lo sabes. Pero bueno, Thomas y yo ya tenemos cuatro meses de casados y las cosas han cambiado― Con empujones lo conduje hacia el jardín, donde estaban todos.
― No creo que a él le agrade tenerme de invitado en su cumpleaños― Dijo frenándose
― ¡Tonterías! ― Bufe y analice sus palabras― Jamás te dije que hoy era el cumpleaños de Thomas, ¿cómo lo has sabido? ― Puse mi dedo índice en su hombro, tenía esa costumbre desde que era una niña
El pareció perder color, sus ojos se encontraban abiertos como dos platos y me miraba con nerviosismo
― Hable con nuestros padres anoche― Asintió― Me lo han contado
― Ya veo― Dije no muy convencida― Quiero presentarte a unas cuantas mujeres, ya es hora de que dejes de ser un libertino y sientes cabeza. Hay buenos partidos por aquí…
El me dio un leve empujón mientras soltaba una carcajada. Yo perdí levemente el equilibrio y el tiro de mi brazo para evitar que cayera
― Lo siento Abby, he olvidado que usas tacones y ropa de marca― Elevo sus ojos al cielo. Luego miro a todas partes como si estuviese estudiando a las personas
― Aquella de allá es Nicole, está soltera, tiene 26 años y es inteligente, sin duda alguna― Sonreí mientras miraba a Brandon
― ¿Ahora eres casamentera? ― Dijo él burlándose― No gracias, me gusta disfrutar de la libertad.
Brandon es un buen hombre, todo un caballero, y no lo digo solo porque es mi hermano, sino porque verdaderamente lo es. Lo único malo es que es alérgico a la palabra matrimonio. Aun consciente de que ya tiene 28 años de edad, la suficiente para casarse. Suspire y entonces lo jale de la chaqueta, quería llevarlo a donde Thomas, tal vez era un buen momento para comenzar desde cero. Pero pronto sentí como anclaba los pies al suelo y era imposible seguir moviéndolo
― ¿Qué pasa Brandon? ― Pregunte mirándolo
― ¿Quién es esa mujer? ― Tenía los ojos entrecerrados y con su cabeza señalaba hacia adelante. Me giré y pronto descubrí de quien hablaba…
― ¿Te refieres a Carolina Flack? ― Me queje― Por favor no me digas que ha llamado tu atención porque…
― Lo sabía― Masculló apretando la quijada― ¿Qué demonios hace ella aquí?
― ¿La conoces? ― Casi lo grite, debido a la sorpresa. Mantuve mi mirada en Caroline
― Si― Contesto de manera cortante y con frialdad
Me giré para ver a Brandon y pude notar como su postura había cambiado. Se encontraba completamente firme, con sus hombros rectos y la mandíbula apretada. Sus ojos ardían con furia y todo él estaba tenso. Tan tieso con una estatua. Una estatua que estaba a punto de derrumbarse debido al coraje que corría por sus venas en ese momento.
― ¿Dónde está el idiota de tu marido? ― Apretó los puños― ¡Abby, te exijo que en este preciso momento me digas donde esta Thomas! ― Me miro con furia.
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Amor Secreto
RomanceLa vida siempre está dándonos sorpresas, algunas veces no logramos acostumbrarnos a ellas pero otras veces sí; como en el caso de esta historia. ¿Qué pasaría si alguien está profundamente enamorado de ti y tu de esa persona, pero por orgullo decides...