Capitulo 21 y 22

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Capitulo 21.

¡Oh por Dios! ¿Que si yo lo encontraba atractivo? La palabra atractivo le quedaba muy corta; era apenas el comienzo de una larga descripción.

― El punto es que… se que estas consciente del impacto que causas en las mujeres, y por tanto sabes que no eres nada feo― Me sonroje

― La única persona en la que estoy interesado en causar impacto… es en ti― Lentamente sus labios cubrieron mi mejilla con dos suaves y tiernos besos― Ahora respóndeme, Abby… ¿me encuentras atractivo?

― Si… eres muy atractivo, demasiado diría yo― Mis mejillas tomaron aun más color y sentí como el dibujaba una sonrisa en sus labios mientras los conducía de mi mejilla a mi boca.

Gire la cabeza para poder recibir su beso, pero él se detuvo en la comisura de mi lado derecho.

― Ya es tarde, supongo que quieres que te deje para que te arregles―

― Si, aunque….

Pero su boca llego finalmente a mis labios y comenzó a saborearlos muy lentamente. Nuevamente me había interrumpido de la única manera que no me molestaba en absoluto. Yo me gire para quedar de frente a él, y me sumergí en sus ojos que estaban ligeramente entrecerrados

― Tus ojos son hermosos― Dije cuando el dejo de besarme

― ¿Te gustan? ― Una tierna sonrisa apareció en sus labios― ¿De qué color te parece que son?

― Ummm― El abrió sus ojos y se acerco aun más a mi― Son color verde

― Error. Son casi verde musgo― Sonrió mientras me daba un pequeño beso en el puente de la nariz

― Claro como tu digas… lo que es evidente es que son hermosos― Arrugue la nariz― Bueno será mejor que me arregle, ya es tarde.

El me dio un último beso y salió de la habitación

Una vez que estuve lista baje las escaleras directo al comedor.

― Buenos días cariño― Dora puso frente a mí un plato con pancakes y una taza de café

― Dirás buenas tardes― Thomas bajo el periódico que estaba leyendo y mostro una tierna sonrisa― ¿O no es así, amor?

Me sentía tan feliz cada vez que Thomas me llamaba así… que no podía evitar sonreír y suspirar.

― Prácticamente― Bebí un poco de café― Amor

Thomas levanto ambas cejas, ya que jamás lo había llamado así… pero bueno ya era tiempo de que poco a poco se diera cuenta de que una vez más había alcanzado uno de sus objetivos: Había logrado que yo me enamorará de él.

― Me alegra que cada día se lleven mejor― Dora sonrió satisfecha― Kendall, cariño, ¿tienes planes para el día de hoy?

― Algo así― Fijo su vista en mi― Me gustaría ir de compras. ¿Quieres venir, Abby?

― Oh, Kendall eres muy amable en invitarme, pero ya tengo el día ocupado― Le sonreí― Tal vez en otra ocasión

Thomas cerró el periódico y me miro confundido, puso su mano bajo la barbilla y se sentó derecho en la silla.

― No sabía que tenias planes para hoy― Su voz fue suave

― Lo sé. Pero bueno mis planes te incluyen a ti, Thomas― Recalque la palabra ti― Pensaba que sería agradable salir a dar un paseo.

Thomas se levanto de su silla y camino hasta mí, luego puso sus labios sobre mi frente.

― Avísame cuando quieras que nos vayamos― Dijo con una sonrisa en su rostro.

Me dedique a terminar mi desayuno de una manera un poco acelerada… quería pasar el mayor tiempo posible con Thomas. Una vez que termine me despedí de Dora y Kendall quien no me miraba de manera muy amigable.

― Kendall, ¿por qué te has enojado? ― Pregunto Dora mientras levantaba el plato de su hija

― ¿Tu por qué crees mamá? ― Cruzo los brazos a la altura de su pecho.

― Linda, se que tú sientes algo especial por Thomas, pero debes entender que él quiere a Abby.

― Lo sé, lo sé― Respondió enfadada― ¿Por qué tienes que recordármelo cada vez que se presenta la oportunidad?

― Porque no quiero que cometas alguna tontería, Kendall― Dora acarició su cabello― Además, Thomas te lleva siete años, no lo olvides

― Eso no tiene nada que ver. Estoy segura de que Abby hiso algo para lograr que Thomas se casará con ella― Su coraje ahora era más evidente

― Te equivocas. Hay muchas cosas que tú no sabes, su vida de casados no ha sido tan fácil como aparenta― Dora miro fijamente a Kendall

― No me interesa― Se puso de pie y salió de la cocina―

Terminé de cepillarme los dientes y salí del baño, llevándome una grata sorpresa

Capitulo 22.

― Thomas ― Pronuncié mientras lo examinaba cuidadosamente. El se encontraba recostado en la cama con las manos detrás de la nuca y el primer botón de su camisa desabrochado. Al verme salir del baño dirigió su vista hacia mí y dibujo una sonrisa en su rostro.

― Hola, Abby― Se incorporó en la cama y del buro tomó una pequeña cajita.

― No te había visto… pensé que estarías en tudespacho― Mire la caja ― ¿Qué es eso?

El se levanto y camino hasta mi.

― Me lo entregaron desde hace algunas semanas atrás― Abrió la caja y dentro había un anillo― Solo que no había encontrado el momento adecuado para dártelo, pero supongo que este es un buen momento― Lo deslizó por mi dedo anular derecho, debido a que el de la mano izquierda ya se encontraba ocupado con el anillo de compromiso y el de matrimonio.

― Para el amor de mi vida― Leí en voz alta― Abby Weig

― Quería que dijera muchas más cosas… pero es un anillo pequeño― Hiso una mueca―

Me quede mirando aquella frase y sentí como las mariposas revoloteaban en mi estomago. Thomas era un hombre muy dulce y cariñoso, y siempre lo había sido, solo que yo hacía que perdiera la paciencia.

― Es muy hermoso, gracias― Le sonreí.

El acarició mi mejilla con su dedo pulgar.

― Si bien no te digo a diario lo que siento por ti, el anillo se encargará de recordártelo―

― Lo sé― Agache mi cabeza― Me siento terrible, ¿sabes?

― ¿Por qué?

― Porque yo no te he dado ni un solo regalo― Suspire― Eso hace que me sienta como… como si estuviera contigo solo por conveniencia―

― No, nada de eso, amor― Me abrazo― Los regalos no son necesarios para demostrar afecto

― Tu lo haces― Espeté

― Si, pero porque me nace… y porque cuando vi ese anillo supe que luciría hermoso en tus manos

― Thomas, ¿por qué siempre has sido tan bueno y generoso conmigo? ― Pregunte ausente

― Porque te amo― Dijo acariciando mi cabello y aun sosteniéndome entre sus brazos.

Yo me quede inmóvil, tratando de asimilar lo que Thomas acababa de decir. Simplemente no lo podía creer. Es verdad que en más de una ocasión me había dicho que sentía cariño hacia mí y que me quería, pero nunca jamás me había dicho un: te amo.

― ¿Te sorprende escucharlo?― Pregunto mirándome a los ojos

― Si, demasiado. Nunca imagine que algún día me lo dirías― Con cautela pase saliva y forcé a mis ojos contener las lagrimas que estaban a punto de salir.

― Pero si no hay día que no pase por mi cabeza― Dijo sonriendo― Siempre me digo a mi mismo lo mucho que te amo, solo que… tenía temor de decírtelo.

― ¿Pero por qué? ― Mi voz tembló

― Bueno, si bien he notado que ya no tratas de alejarte de mí y que además ya no rechazas mis muestras de afecto, también estoy consciente de que aun no sientes algo muy fuerte por mi― Su mirada reflejaba pesar.

― Thomas, en realidad las cosas ya no son así, yo…

Pero su teléfono comenzó a sonar y el silencio mis labios con su dedo índice

― Vamos Abby, no te sientas obligada a decir algo que no sientes solo por lo que yo te he dicho― Apretó sus labios con los míos― En un momento nos vamos, solo atenderé esta llamada

Mientras el contestaba su celular yo caminé hasta la ventana solo para sentir los rayos del sol, aun sin estar consciente del maravilloso paisaje que estaba ante mí. Cruce mis brazos y una y otra vez sentí como mis entrañas se llenaban de coraje debido a que justo cuando estuve a punto de decirle que… no lo amaba, pero si estaba perdidamente enamorada de él, la llamada nos interrumpió. Posiblemente me quede dándole vueltas al asunto durante más de 3 minutos, hasta que sentí las manos de Thomas en mi cintura.

― ¿Lindo día, no? ― Dijo mirando a través de la ventana

Sacudí mi cabeza un poco y me concentre en regresar de mis pensamientos a la habitación.

― Si, muy lindo. ¿Problemas en la oficina o algo?

― Veo que no pusiste atención a la conversación― Se rió― Era Liam, mi hermano. ¿Lo recuerdas?

― ¿El que tiene unos impresionantes ojos Cafes? ― Pregunte mientras lo recordaba

― Si, el mismo. Resulta que el día de ayer se convirtió en papá por primera vez. Es una niña, su nombre es Samantha.

― ¿En serio? Wow, estoy muy feliz por Liam y… Danielle, ¿cierto? ― Thomas asintió― Espero que los hayas felicitado de mi parte

― Este Lunes habrá una comida en su casa, toda la familia asistirá y por tanto tu podrás felicitarlos en persona, además de que después de 3 meses mi familia volverá a verte― Una sonrisa resplandeciente apareció en sus labios

― Ahora me siento aun más emocionada… y nerviosa, debo decir― Seguramente en ese momento mi cara mostraba terror― Pero por nada del mundo me perdería esa reunión familiar… y ahora con una integrante más, wao que bonito… ¡una bebé!

― Me gusta tu entusiasmo. ¿Te parece si salimos a comprar algún regalo para la pequeña Sam? ― Se quedo pensativo― ¿O es que tenías planeado llevarme a otro lugar?

― No, en realidad no sabía a dónde llevarte― Reí― Solo quería pasar tiempo contigo, pero me parece buena idea ir a comprar un regalo para Sammy

Thomas soltó una carcajada que hizo que mirara al techo y riera aun más fuerte

― ¿Qué te da tanta risa? ― Su risa era tan contagiosa que yo también comencé a reír.

― Yo la he llamado Sam y tu Sammy… no cabe duda de que eres muy tierna― Dijo aun riendo

― Si, lo soy. Y más te vale que cuando tengamos hijos seas un padre muy cariñoso y tierno― Dije dándole un golpecito en el hombro.

― Tranquila, lo seré― Tomo mi mano― Bueno vayamos en busca de un lindo regalo.

Amor SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora