Capitulo 11

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― Ya es tarde, ¿has comido algo? ― Pregunto

Me sentí avergonzada, Thomas se había levantado del sillón y yo aun seguía con los ojos cerrados, de inmediato mis mejillas cambiaron de color y mi cara mostraba desilusión. ¿Por qué?

― No, aun no― Dije abriendo los ojos y agachando la mirada.

― ¿Te parece si salimos o ya ha sido mucha calle por el día de hoy? ― Dijo tomando mi mentón para que yo pudiera mirarlo de frente.

― Como tú quieras― Dije con media sonrisa.

― Saldremos― Dicho esto el busco las llaves del coche

― Espera, solo deja arreglarme un poco― Camine hacia mi habitación pero él me detuvo

― Luces bien― Acomodó mi cabello― Ahora luces perfecta

Odiaba que él me mirara con tanta ternura porque yo no podía corresponderle de la misma manera.

Escuche como el despertador sonaba. Lo había programado para bajar a la playa y contemplar el amanecer. Quería evitar que Thomas se pusiera como loco al descubrir que no estaba en casa, tal como había hecho el día anterior; así que deje una nota en su buro.

Desactive la alarma de la casa con sumo cuidado para evitar que Thomas la escuchara. Una vez fuera pude notar como el cielo aun estaba obscuro, aun no pasaban de las 5:30 de la mañana. Camine hasta la roca que quedaba de frente a casa y me senté.

Las olas apenas llegaban a mis pies, el agua estaba muy fría pero me relajaba. Minutos después giré mi cabeza al sentir que alguien me miraba. Thomas venia caminando en dirección a mí.

―Vi tu nota― Dijo sonriendo― Gracias por dejarla, de otra manera no se que habría imaginado esta vez.

― Seguramente habrías imaginado que había tomado tu descabellada idea de irme a Nueva York ―

― Si, de hecho― Se sentó a mi lado. ― Me sorprende que hayas venido a esta roca. Imagine que estarías caminando por toda la orilla.

― En realidad quiero contemplar el amanecer― Le dije mientras lo miraba.

― Ya veo― Fijo su mirada en mi

Sentí como la mano de Thomas cubría la mía lentamente. Para asegurarme de que no fuera producto de mi imaginación mire hacia abajo y encontré que efectivamente su mano estaba sobre la mía. Ni siquiera supe porque pero levante mi vista y él me miraba fijamente como esperando que yo quitara mi mano y me alejara de él. Pero no lo hice. En lugar de eso me quede quieta, mirando las olas.

― Es hermoso, ¿no crees? ― Entrelazo sus dedos con los míos.

― Si, lo es― Dije en apenas un susurro.

― Abby― Se puso de pie y me miró fijamente.

― ¿Qué pasa Thomas? ― Sentí como mi corazón se aceleraba impacientemente.

Sin decir más tomo mi cara entre sus manos y la acerco a la suya. Podía sentir su respiración y su mirada tan profunda.

[Thomas]

No había cosa que me gustara más que el tomar la cara de Abby entre mis manos, sin embargo estaba seguro de que eso cambiaria cuando probara sus labios. Llevaba meses resistiendo esa tentación, tentación que de unos días para acá se había vuelto más intensa. Ya no lo aguantaba, debía besarla y lo haría ahora. Con un movimiento suave la atraje hacia mí, al sentir como contenía la respiración, me pregunte si lo mejor sería parar, y aun cuando mi razón me dijo que sí, yo desobedecí.

Y entonces sentí el roce de sus labios, eran tan suaves y cálidos a pesar del aire frio que había a nuestro alrededor. Mis labios insistentes comenzaron a moverse, buscando el movimiento de los suyos, <<pero no lo encontraron>>

Me separe de ella sin dejar de contemplar sus ojos. Me sentía rechazado.

― No― Susurró ella― Continúa, por favor

¿Qué es lo que había dicho? ¿Acaso me había pedido que la siguiera besando? Oh sí que lo había hecho puesto que no solo lo había dicho, sino que sus ojos lo repetían una y otra vez. De inmediato volví a atrapar sus labios. Esta vez ella correspondía el beso, busque su mano derecha y la apreté con fuerza, ella puso su otra mano en mi cuello y comenzó a jugar con mi cabello. Con delicadeza la levante de la piedra y la puse contra mi cuerpo.

― Gracias― Dije chocando su frente con la mía, podía sentir el calor de su respiración.

― ¿De qué? ― Pregunto frunciendo el ceño

― No sabes cuánto había esperado por conocer el sabor de tus labios, es mucho mejor de lo que imaginaba. Ahora no se si podre contenerme de besarte a cada segundo― Roce sus labios y sentí como mi cuerpo se tensaba.

______ solo se limitó a sonreír tímidamente

[Abby_]

¿Qué había hecho? Esta vez había caído bajo. No tenía dudas sobre mis sentimientos hacia Thomas y por tanto estaba segura de que aun… no lo quería. Pero soy tan ruin que cuando él me beso por segunda vez, yo le correspondí. Esta vez había sobrepasado un límite, el pobre Thomas podría pensar que yo lo quería, que yo deseaba besarlo, que deseaba pasar todos los días de mi vida a su lado, que no quería separarme de él, cuando en lo más profundo de mi alma eso era lo que realmente anhelaba, alejarme de él. Jamás podría perdonarme a mi misma el hecho de que haya accedido a su beso… no a menos que le tiempo lograra hacer que yo me enamorara profundamente de Thomas.

― Abby_, esta tarde habrá una pequeña celebración en la empresa, hemos logrado aumentar notoriamente las cifras mensuales y me gustaría que me acompañaras.

― Thomas, yo…

― Antes de que digas que no, me gustaría decirte que este evento es muy importante para mí. Pocas veces logramos algo como esto, sin mencionar que logramos firmar un contrato con Épsilon― Me miro fijamente― En serio sería maravilloso para mí que fueras conmigo.

― Puedo notar que efectivamente este avance para tu empresa es muy importante― Asentí― Aun así creo que yo no encajo en esos eventos, realmente no soy una persona que disfrute andar en fiestas.

― Lo sé, lo mencionaste en una de nuestras citas― Elevo mi mano hasta la altura de sus labios y tiernamente la cubrió con un cálido beso― Sin embargo, yo no soy el único interesado en que vayas, Louis fue quien hizo la sugerencia, el quiere conocerte más.

Entrecerré los ojos, era obvio que no le creía ni una palabra de ello.

― ¿Por favor? ― Sonrió tiernamente― Eres mi esposa, y por tanto quiero que te sientas cómoda, yo normalmente estoy rodeado de muchas personas, por lo que me gustaría que te fueras acostumbrando.

― Esta bien― Hice una mueca― Iré contigo.

― Maravilloso― Se acerco aun más a mí, acarició mi mejilla― Gracias.

― No tienes porque agradecer, no lo merezco― El abrió su boca para lanzar una protesta― Y no digas lo contrario. Ahora contemplemos el amanecer, ¿quieres?

El se sentó en la gran roca y me jalo suavemente para que yo lo imitara. El amanecer era tan hermoso, lentamente el solo fue apareciendo, hasta quedar en la cúspide. Mi intención era disfrutarlo al máximo, pero no pude debido a que el beso que Thomas me había dado, no dejaba de proyectarse en mi mente.

Amor SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora