Capitulo 10

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Se saltó unos escalones y se coloco de frente a ella. Ella reacciono dando un leve brinquito.

― Abby, tu eres Abby― Dijo él con una gran sonrisa

Abrí mis ojos como dos platos… ¿Quién era el y como sabía mi nombre?

― Ese es tu nombre, ¿cierto? Abby

― Si…si― Mi voz temblaba ligeramente

― Gracias al cielo― Dijo mientras levantaba su vista.

― No quiero parecer descortés pero… con permiso

Pero entonces él me tomo suavemente del brazo, evitando que yo diera un paso.

― No espera, no tienes por qué temerme.

― Oh, yo creo que si― Desvié la mirada― Ni siquiera sé quién eres.

― Que tonto― Sonrió― Mi nombre es Louis Trey, y soy amigo de Thomas

― ¿De Thomas? ― Me sorprendí― ¿En serio eres su amigo?

― Si, nos conocemos desde hace un largo tiempo y se que tu eres su esposa Abby. Thomas me ha mostrado una foto tuya.

― Oh― Exclame mientras me sonrojaba. Le tendí mi mano― Abby Campbell, un placer.

― Abby Weig― Me corrigió el con una sonrisa―

― Si― Dije aun con más color en mis mejillas. ― ¿Thomas esta aquí?

― No, el se ha ido hace una hora, más o menos. Te está buscando, por cierto

― Me imagino, es que le dije que estaría en casa a más tardar a las tres y ya ves son las…

― 4:20― El miró el reloj de su muñeca― ¿Qué ha pasado contigo?

― Me perdí, bueno es que…

― Maldición― El me interrumpió

― ¿Pasa algo? ― Pregunté confundida

― Thomas me esta esperando… bueno nos está. Vamos te llevare a casa― Dijo quitándome las bolsas de la mano― El esta como loco.

― Me has dicho que son amigos desde hace varios años y ¿apenas lo notas? ― Mostré una sonrisa divertida

El me miro y negó con su cabeza al tiempo que reía.

Casi corrimos hasta su coche. Una vez que el arranco me coloque el cinturón de seguridad y sentí como me relajaba. Al fin estaría en casa… bueno en casa de Thomas.

― Perdona por arrebatarte las bolsas… no quiero que pienses que estoy igual de loco que Thomas― Dijo él mientras sonreía

― No te preocupes― Le regrese la sonrisa― Si no me hubieras reconocido, no sé cómo hubiera logrado llegar a casa.

― Hablando de eso. Ahora si dime porque es que te has perdido.

Le conté lo que había pasado, el hecho de que no traía llaves y todo lo demás. El solo me contesto que no era tanto mi culpa sino también de Thomas ya que él había pasado por desapercibido lo mismo que yo.

Su celular comenzó a sonar.

― Es Thomas― Dijo mirando el identificador― ¿Ya estas más tranquilo?― Contestó

― No, estoy peor. ¿En dónde demonios estas?

― Pensé que bromeabas con lo de peor. En este momento voy conduciendo, no puedo hablar mucho, pero tranquilo, ya sé como resolveremos esto.

― ¿Cómo? ― Pregunto Thomas confundido.

― Ya te lo diré al llegar a tu casa… estoy a dos minutos. Ve abriendo la puerta, por favor.

― De acuerdo―

Ambos colgaron el teléfono.

― ¿Está todo bien? ― Pregunte algo nerviosa.

― Para nada― El negó con la cabeza― Thomas piensa que tomaste un vuelo directamente a Nueva York. Lo que indica que no está pensando con inteligencia, a mí se me hubiera ocurrido primeramente el hecho de que no te di las llaves de la casa. ― Dijo entre risas.

― ¿En serio ha pensado que me fui a Nueva York? ― Fruncí el ceño, estaba desconcertada.

― Si― Apretó los labios― Bien, llegamos.

La puerta estaba abierta, Louis entro y estacionó el coche muy cerca de la puerta de la casa.

― Thomas no está en ninguna de las ventanas― Dijo Lou verificando la zona― ¿Me harías un favor?

― Después del que tú has hecho por mí, seguro.

― Quédate aquí por un momento. Recuéstate en el asiento, para que Thomas no te vea― Hiso una mueca

Aun cuando no entendía bien que tenía en mente, le hice caso.

Lou bajo del coche y tomo las bolsas consigo. Luego observe como entraba por la puerta y la cerraba tras de él.

― Thomas― Lo llamo con lo que casi era un grito

El salió rápido de su habitación.

― Al fin llegas― Dirigió una mirada a las bolsas que descansaban junto a los pies de Lou― ¿Te detuviste a comprar ropa?―Lo fulmino con la mirada.

― Algo así. Escucha, ya todo está resuelto. Ella no se ha ido a Nueva York, sigue aquí en Hawái

― ¿Dónde lo has averiguado? ― Pregunto Thomas mientras se acercaba a su amigo.

― Tengo mis contactos― Dijo sonriente― Antes de mostrarte algo quiero que te relajes, ¿puedes hacerlo?

― Lo dudo― Contesto Thomas mientras ponía los ojos en blanco.

― Entonces no te ayudare―

― Esta bien, está bien Lou ya estoy relajado. ― Dejo caer sus hombros.

― ¿La quieres demasiado, verdad? ―

― ¿A qué viene esa pregunta? ― Contesto Thomas con enfado.

― No te veo relajado― Levanto sus cejas― Solo respóndeme.

― Si, la quiero como no tienes idea― Thomas agachó su mirada― Es por eso que no quiero perderla, ayúdame por favor.

Lou mostro una sonrisa de satisfacción.

― Iré a mi coche, he olvidado algo, al regresar te contare todo. Mientras…― Miro a su alrededor― Mientras toma asiento.

Thomas asintió y se sentó.

Lou se apresuro a regresar a su coche.

― ¿Qué ha pasado? ― Pregunte ansiosa.

― Ese hombre te quiere como no tienes idea, Abby―

Fruncí el ceño, puesto que no entendía porque lo decía.

― Cree lo que te digo. Thomas está enamorado de ti. Ahora ve, el te está esperando― Dijo abriendo mi puerta y sonriendo.

― Gracias Louis― Le regale una media sonrisa

― Quita esa cara de confusión, no tienes por qué dudar lo que acabo de decirte.

Camine hasta la puerta, que estaba entre abierta y sentí como se formaba un nudo en mi estomago. Louis, por su parte, encendió el motor del coche y arranco.

― ¿Qué? ― Espeto Thomas al escuchar el motor del coche de su amigo. Se levanto en seguida y abrió la puerta de un jalón. Se quedo paralizado cuando vio a Abby frente a sus ojos. Ella tenía sus manos entrelazadas, señal de que estaba nerviosa. Además sus ojos estaban brillosos y su cabello levemente despeinado.

[Thomas]

Encontré su mirada con la mía y pude saber que tenía miedo… miedo de mí.

Se veía tan vulnerable que no pude resistir más y la abracé con todas mis fuerzas, no solo porque yo así lo sentí, sino que escuche como ella contuvo el aire por unos segundos, así que relaje el abrazo. Instintivamente sentí como ella puso sus delicadas manos en mi espalda. No tenía intención en dejarla de abrazar, al menos no en un largo rato. Segundos después sentí como ella intentaba separarse de mí, por lo que deje de abrazarla y la mire directo a los ojos. Ella entreabrió su boca en señal de que quería hablar pero yo coloque el dedo índice en sus labios. Tomándola de la mano la conduje hasta el sillón. Una vez ahí, nos sentamos. Yo simplemente no sabía por dónde comenzar.

― Me preocupe cuando no te vi en casa― Dije finalmente.

[Abby]

― Yo, jamás tuve intenciones de regresar a Nueva York, nunca paso por mi mente― Dije pasando saliva―

―Louis te lo ha contado― Dijo sintiéndose avergonzado al haber pensado que ella era capaz de eso.

― Si, pero no tiene nada de malo que hayas pensado así. Te he dado motivos de sobra― Sentí como el apretaba levemente mi mano.

― Aun así fui un tonto por pensarlo, se que estás de acuerdo conmigo.

El tenía razón, yo estaba de acuerdo, pero obviamente no pensaba decírselo.

― Lo que paso fue que no regrese a casa porque no tenía llaves, y tampoco sabía el cogido de seguridad. Por eso fui a buscarte a la empresa, pero no te encontré. Sin embargo tuve mucha suerte ya que en este momento Louis salía de la oficina y me reconoció.

― Le debo una― Dijo Thomas sonriendo.

― Ambos le debemos una―

<<Ese hombre te quiere como no tienes idea, Abby >>

Esas palabras vinieron a mi mente y mire fijamente a Thomas, aunque él se encontraba mirando al piso.

― Entonces fue mi culpa, por no haberte dado las llaves…

― No es tu culpa― Lo interrumpí― Tu te ofreciste a traerme a casa y yo me negué.

Thomas sonrió en sus adentros porque por primera vez ella había usado el término, a casa y no a tu casa.

― Bueno, olvidemos todo esto― Dijo mientras levantaba la vista y la dirigía hacia mí, percatándose así de que yo lo miraba fijamente.

Thomas se acerco con determinación a Abby, pero cuando estuvo tan cerca de su cara que podía rozar su nariz con la de ella, se detuvo. El noto como ella cerro sus ojos y se inclinaba levemente hacia él. El retrocedió un poco y observo sus labios, sus parpados cerrados, su nariz. Se acerco nuevamente y pudo sentir la respiración relajada de ella. Quería besarla, pero si lo hacía seria aprovecharse del momento. Así que con suma ternura deposito un beso en su frente y luego otro en el mentón. Después se levanto del sillón.

Amor SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora