Capitulo 26

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Sentí como una bomba cargada de emociones hizo explosión en mi interior, llenando cada uno de los espacios.

― Thomas― Dije mientras acerca mis labios a los suyos―

― Por favor, déjame demostrarte todo mi amor― Imploro mientras sus labios recorrían mi cuello― Solo quiero amarte… ¿Me permites demostrártelo?

Yo puse los brazos alrededor de su cuello y sentí como mis pies se despegaban del suelo. Fui buscando sus labios y una vez que los encontré comencé a besarlo, y era tanta mi ansiedad que no pare, simplemente me sumergí en aquel beso, devorando sus labios como si no hubiese un mañana.

― ¿Debo tomar eso como un sí? ― Su voz sonaba entrecortada

Supuse que la mía sonaría peor así que solo asentí lentamente.

― Oh Abby― Lo dijo con una voz demasiado suave, soñadora.

Thomas me sostuvo fuertemente por la espalda y beso mis labios. Pronto su beso comenzó a exigir más. Pero yo era toda una novata y por lo tanto me puse tensa, así que me separe ligeramente de él y lo mire.

― Abre tu boca, amor― Dijo mirándome con sus ojos color verde, los cuales resplandecían― Déjame entrar― Empujo su boca hacia la mía

Fue una sensación indescriptible. Era la segunda vez que el me besaba de esa manera, sin embargo esta vez el beso había sido más largo y yo lo había correspondido, imitando lo que él hacía. Lentamente sentí mi cuerpo caer sobre la cama y lo mire inquisitivamente, el dejo caer su cuerpo sobre el mío.

― Escúchame, Abby― Choco su nariz con la mía, ambas temperaturas estaban hasta por los cielos― Debes confiar en mí, estás segura, ¿me entiendes? ― Tomo mi rostro entre sus manos.

― Si― Dije con un profundo suspiro. El sonrió

Thomas llevo mis manos a sus labios y deposito un beso en cada una de ellas. Luego, consciente de que su peso era más que el mío se levanto un poco.

El sumergió su mirada en la de ella. Había tenido que recorrer un arduo y duro camino para llegar hasta este momento, y por nada del mundo lo desaprovecharía. La necesidad de estar con ella era simplemente insoportable. Mientras sus manos recorrían el cuerpo de su esposa, se pregunto cómo es que había logrado esperar tanto tiempo. Y llego a la conclusión de que había sido fácil, muy fácil debido a todo el amor que sentía hacia ella.

Con suma delicadeza aliviano el cuerpo de su esposa. Y luego el suyo.

Se tendió a un lado y con un movimiento suave acerco su boca a la de ella. Muy lentamente dibujo el contorno de los labios de Abby. Ella se movió inquieta y el la miro, siendo consciente de que esta vez su mirada era intensa, llena de deseo.

Thomas sabía que era el primero, que ningún otro hombre había estado con ella, ni siquiera alguien había logrado tocarla de esa manera. En sus adentros Thomas dibujo una sonrisa de satisfacción, pero al mismo tiempo se reprendió por lo egoísta que era ese pensamiento. Dio un suspiro y fue depositando besos por toda la cara de Abby. No podía aguantar más, había anhelado ese momento desde su primer día de casados, incluso desde antes, cuando tan solo habían salido juntos en una tercera cita. Estaba consciente de que debería de ir lento, tener paciencia y ser muy tierno, para que ambos disfrutaran y ella no resultara lastimada. Con un movimiento apenas notable el quedo sobre ella, y se recordó una vez más que debía mantener el control. Lentamente y con un recorrido sensual llevo sus manos hasta la cintura de ella.

Abby le dedico una mirada llena de amor y cariño y a continuación cerró los ojos mientras suspiraba. Deslizó las manos por la espalda de Thomas y el sintió ese toque en cada una de sus terminales nerviosas. Simplemente había sido como una corriente extremadamente caliente a través de todo su cuerpo. El sentía como si fuese a explotar, como si su cuerpo hubiese alcanzado la máxima temperatura sobre la faz de la Tierra. Tranquilo, Thomas, tranquilo, se dijo a sí mismo, más de una vez para que se quedara plasmado en su memoria; pero justo en ese momento Abby despego su cabeza de la almohada y busco sus labios. Por un momento Thomas giro la cabeza, pues no quería perder el control.

― Thomas― Dije con mi voz que temblaba y era apenas audible―

Eso para nada le ayudo. Rompió toda la concentración que él había logrado reunir con tanto esfuerzo.

― Bien amor― Dijo Thomas con una voz tremendamente grave― Relájate y disfruta

Abrí mis ojos y lo mire, entonces pude notar como el sonreía tiernamente y luego aproximaba su cara a la mía.

El me beso, dejando la ternura a un lado. Luego volviendo a ser tierno…sus labios simplemente me encantaban, siempre sabían cómo moverse, como atrapar mi boca y no dejarla libre sino hasta que Thomas así lo quisiera. Lentamente sentí como mi cuerpo comenzaba hervir aun más…si es que eso era posible.

― Te amo, Thomas Weig ― Le di un pequeño beso― Te amo

Su cara reflejaba sorpresa, sentí como sus manos subían de mi cintura a mis mejillas.

― Amor mío, me haces el hombre más feliz en el mundo entero― Apretó sus labios contra mi frente― Te amo, Abby. Mi dulce y hermosa Abby.

Me beso por última vez de manera larga, exquisita y apasionada.

― No apartes tu vista de la mía, ¿quieres? ― Sonaba completamente agitado― Iré lento, quiero que me hables, que me digas si…si quieres que me detenga.

<<Si quieres que me detenga>>. Repetí en mis adentros, creo que por nada del mundo le pediría que se detuviera, simplemente quería ser completamente de Thomas y que él fuera enteramente mío.

― Esta bien― Lo mire a los ojos tal como él lo había pedido y sonreí― Thomas, por favor…

Comencé a sentir como todo cambiaba. Como el amor comenzaba a irradiar por toda la habitación gracias a nuestros cuerpos en contacto. Estaba experimentando algo completamente nuevo para mí en cuerpo y alma. Al principio doloroso, pero después me embriago una sensación placentera, simplemente perfecta. Y más aún porque estaba siendo causada por el hombre al que amo, y me ama.

Desperté sobresaltada. Tape mis ojos con la mano para desviar un poco la luz que entraba por las cortinas entreabiertas. Era sábado. Sábado. Sábado. ¡Cumpleaños de Thomas! Maldición se suponía que estaría fuera de la cama a más tardar las 7:00 am. ¿Y qué horas eran? Con un movimiento rápido me incorporé en la cama y mire el reloj de la pared… 8:10 am.

Me quede dormida, sin duda alguna. ¿Por qué? Y entonces recordé la noche anterior, mis mejillas inmediatamente se tiñeron de rojo. Gire mi cabeza y observe a Thomas, quien aun dormía. ¡Oh mi Dios! Lucía increíblemente adorable.

Basta Abby basta. Debes levantarte, los organizadores que contrate no tardarían llegar, si no me equivoco dijeron que estarían aquí a las 10:00 am. Busqué a mi alrededor pero simplemente no encontré mi camisón… no sino hasta que Thomas se movió ligeramente. Estaba debajo de él. ¡Maravilloso! Lo que me faltaba. Tenía dos opciones, la primera era levantarme corriendo y entrar al baño aprovechando que Thomas aun dormía. La segunda era envolverme en la sabana y correr al baño, sabiendo que al salir tendría que taparme los ojos para evitar ver a Thomas…desnudo. Lo cual probablemente ocasionaría que me tropezara con algo y cayera al suelo, despertándolo… definitivamente el salir del baño con los ojos tapados o cerrados no era buena idea. Así que opte por la primera.

Estaba terminando de preparar el desayuno para Thomas, un plato con fruta picada, un omelette de jamón y queso. Dos piezas de pan tostado con mermelada untada, su favorita, un vaso de jugo y uno de leche. El café vendría al final.

Subí hasta la habitación y con sigilo abrí la puerta, no quería despertar a Thomas. Pero me lleve una sorpresa. El ya se había bañado, cambiado y pasaba sus dedos por todo su cabello para peinarlo. Me quede recargada en el marco de la puerta y solté una risita. El me miró con una gran sonrisa.

― ¡Feliz cumpleaños Thomas! ― Me lance corriendo, literalmente, a sus brazos― Que todos tus deseos y sueños se hagan realidad, amor― Lo abrace fuertemente mientras reía.

El se giro para corresponder el abrazo.

― Gracias Abby― Acaricio mi espalda ― Pensé que lo habías olvidado

― No, para nada― Enfoque mi mirada en la suya― ¿Qué tal amaneciste?

― Muy feliz. Aunque no mentiré, hubiese despertado aun más feliz si te hubiera visto a mi lado― Acarició mi mejilla

― Es que quería prepararte un desayuno especial ― Me mordí el labio inferior―

― Déjame hacerlo por ti― Dijo levantando una ceja

― ¿Qué? A que te….

Pero el no me dejo terminar. Fue por mis labios y comenzó a besarlos lentamente, después con delicadeza atrapo mi labio inferior con sus dientes.

― A eso me refería― Dijo dándome un pequeño beso― ¿No te he lastimado, cierto?

― No― Dije mientras apretaba los labios, ese beso realmente me había gustado―

― Bien― Sonrió― Dime algo, ¿cómo te sientes después de lo de anoche? ― Entrelazo sus manos con las mías― Me refiero a que si te sientes cansada…adolorida o algo así― Comenzó a jugar con mis dedos

― No, nada de eso. De hecho me siento normal― Me sonroje por completo―Gracias por ser tan cuidadoso y cariñoso. Y también por preocuparte por mí

― No tienes que agradecer― Beso la palma de mi mano― Era mi obligación y realmente lo disfrute, espero que tu igual

― Si― Dije susurrando, el exploto en risas―

― Amor mío, es completamente natural hablar de esto en pareja, no debes susurrar. Ahora dame un beso, como segundo regalo de cumpleaños― Se acerco a mí

― Pero si ni siquiera te he dado el primero― Lo bese con ternura― ¿O sí?

― La noche de ayer― Beso mi mentón― El mejor regalo de toda mi vida, hacer el amor con la mujer que amo

Cuando pensé que no podía sonrojarme aun más, descubrí que estaba equivocada, pues lo hice. Era sorprendente la manera en que Thomas hablaba de hacer el… bueno de tener intimidad, era obvio que no tenía ningún prejuicio y por tanto no le daba pena en absoluto, todo lo contrario, parecía tomarlo de forma muy natural.

― Bueno Thomas, vamos abajo― Tire de su mano― Tu desayuno se enfriara y no querrás comerlo frío.

― Es normal que evadas el tema ― Me tomo por la cintura ― Tal vez logre que dentro de algunos días lo tomes con naturalidad, como debe ser―

― Si, eso sería bueno― Dije mirando hacia otro lado― Pero hoy es tu cumpleaños así que mejor hablemos de otras cosas, ¿quieres? ― Sonreí

― Por supuesto que si hermosa― Tomo mi mano y comenzamos a caminar fuera de la habitación

Al llegar al comedor el tomo asiento y con detenimiento observo el banquete que estaba ante sus ojos

― Huele delicioso Abby, gracias― Probo el omelette― No solo huele, sino que sabe― Sonrió… su sonrisa era simplemente encantadora, perfecta

―Me alegro que te guste Thomas. Las personas encargadas de la organización del evento no deben tardar en llegar― Hice una mueca ― Iré a arreglar un par de cosas, mientras hay tiempo. ¿Te molesta desayunar solo?

― Tranquila, te entiendo― Nuevamente sonrió y me hiso la seña para que me acercara a el― Te amo Abby― Me dio un beso, corto pero tierno

― Y yo a ti― Sonreí y di media vuelta. Había mucho que hacer antes de estar al pendiente de la organización para la fiesta de Thomas.

Lo primero que hice fue poner en orden nuestra habitación, después descolgué el vestido que usaría y lo puse sobre la cama. También saque el regalo de Thomas de donde la había escondido. Era un reloj, uno muy especial pues yo misma había hecho el diseño y habían tardado cuatro días en tenerlo listo, claro a cambio de una buena cantidad de dinero. Pero como se trataba de Thomas, no me importo.

Baje de nuevo al comedor y Thomas ya estaba por terminar su desayuno

― Hola linda― Dijo mientras terminaba su jugo de naranja― Todo ha estado esplendido, gracias

― De nada― Sonreí― Tengo tu regalo, realmente espero que te guste, no soy muy buena obsequiando cosas― Hice una mueca

Su mirada era curiosa e inmediatamente se fijo en el estuche que llevaba en las manos

― Cualquier regalo que venga de ti, es perfecto para mi― Se levanto y camino hasta mi

― Espero que sigas pensando igual cuando lo veas― Reí un poco― Toma― Le entregue el estuche y el inmediatamente lo abrió, sus ojos se abrieron como dos platos y una gran sonrisa apareció en su rostro.

―Es asombroso― Lo saco del estuche y se lo puso― Me encanta el hecho de que tenga mi nombre grabado en el interior― Me miro― Pero no me agrada el hecho de que hayas gastado tanto dinero, no es…

― Calla― Dije abrazándolo― Tú me has dado muchos detalles, era mi turno. Disfrútalo― Le di un beso en la mejilla

― Gracias Abby― Dijo con una sonrisa

Justo en ese momento sonó el timbre.

― Debe ser el personal de la agencia. Iré a abrir― Dije caminando hacia el recibidor, ingrese el código de seguridad y pronto se escucho como el portón se abría lentamente. Después abrí la puerta de la casa y salí. Tres camionetas con el nombre de la compañía entraron, y detrás de ellas venía un elegante coche rojo.

El personal comenzó a bajar de las camionetas, me saludaron y me dieron varios papeles. Mientras los leía y les indicaba con la mano en donde estaba el jardín, se escucho un portazo que provenía del coche rojo.

Levanté la vista y simplemente desearía no haberlo hecho.

¿Qué hacía ella aquí? ¿Qué hacía Caroline aquí?

Amor SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora