photograph ◇YM◇

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Yoongi había dejado de intentar hablar con él desde el "incidente" de aquella noche después del trabajo.

Tenía sentido que lo hubiera hecho, y además, le parecía completamente lógico.

Era consciente de que si quería volver a habar con el mayor, iba a tener que ser él mismo el que diera el primer paso.

Quería arreglar las cosas entre ellos; porque, sinceramente, el mayor se había convertido en alguien muy importante para él en el poco tiempo que llevaban conociéndose.

El único inconveniente, era que Jungkook no se había ido esta vez; en realidad, ni siquiera había dejado de hablarle.

Y eso era raro, por supuesto que lo era.

Llevaba varios días esperando a que el chico se marchara para poder ir a casa de Yoongi sin tener que aguantar una ronda de preguntas por parte de su novio; pero no lo hizo.

Realmente le resultaba preocupante; le hacía pensar que la próxima vez que el chico se molestase con él, sería el doble de malo.

—Kookie, ¿está todo bien?—Preguntó desde la entrada del apartamento que ambos compartían.

El mayor le miró desde donde estaba sentado sin entender demasiado el motivo de la pregunta.

—Claro, ¿qué te hace pensar que no?

Jimin se encogió de hombros.

—No te has ido.

—¿Quieres que me vaya?

El menor no supo si debía contestar la verdad, mentirle, o simplemente fingir que no le había escuchado.

—¿Jimin?

—Voy a salir—Dijo desde el umbral del la puerta—Te quiero.

Cerró la puerta tras de sí y se dispuso a bajar las escaleras.

Te quiero.

Hacía tiempo que aquellas palabras habían dejado de tener un significado para Jimin; ahora, eran algo que decía simplemente por el mero hecho de hacerlo.

Recordaba como de importante eran para él en un principio.

Un te quiero no era algo que solía decir a la ligera; pero con el tiempo, aquello había cambiado.

Ahora, eran algo que usaba cada día para hablar con Jungkook; y aunque no quisiera darse cuenta de ello, también para fingir un sentimiento.

Salió del edificio y comenzó a andar sin ningún rumbo fijo por el campus universitario.

Pensó en llamar a Hoseok e ir juntos a cualquier cafetería; así quizás podría dejar de darle vueltas a todo lo que había pasado recientemente.

Desafortunadamente, se había dejado el teléfono en casa, y en aquel momento no tenía ganas de volver a entrar allí.

Sin saber porqué, acabó entrando en uno de los edificios de la facultad y deambulando por los pasillos.

El edificio entero estaba desierto, a excepción de algunas personas que aprovechaban aquellas horas de tranquilidad para terminar algún trabajo pendiente.

Caminaba con la vista fija en el suelo, sin pensar demasiado en nada en específico, cuando pasó por un cruce de pasillos e inconscientemente miró como un chico intentaba abrir una de las puertas que había allí.

No le prestó demasiada atención y siguió andando despreocupadamente.

Se frenó en seco y retrocedió sobre sus propios pasos.