Estoy nerviosa.

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Capítulo 86

Dieron las diez de la noche, y obligaron a los chicos a retirarse. Únicamente Marcie se quedó cuidando de mí, ya que así eran las reglas del hospital.

Zayn y Niall aguardaban en la sala de espera, fingiendo desolación y llanto por otro supuesto paciente.

Según ellos Becca aún no había salido de la habitación de Harry, y admito que aquello ya empezaba a encolerizarme. 

-Estoy nerviosa- dije en voz baja y jugando con mi silla de ruedas. Mis piernas completamente inmóviles como si fueran una parte muerta en mí. Reprimí el repentino deseo de gritar, llorar y hacer un escándalo. 

Harry había despertado luego de mi plegaria, y si él estaba bien, entonces yo también lo estaría.

Cómo había previsto, el médico de Harry se negaba rotundamente a decirnos su pronóstico y el estado actual en el que se encontraba. Becca había exigido estrictamente que nadie que no fuera ella se acercara, porque según la muy perra ‘Harry estaba delicado y ella era la única que podía contenerlo’. Sí, ya se pueden imaginar mi desato de ira cuando escuché esa tremenda estupidez.

-No lo estés. Piensa que vas a reencontrarte con el amor de tu vida- dijo Marcie alentándome, hice una mueca. –Sacaremos a esa loca de allí, lo prometo.

Sonreí castamente y me preparé.

Bien, esto sonaría ridículo, pero había pasado una hora practicando moverme por mí misma con aquella maldita cosa. 

Sabía que me atraparían, y en todo caso debería ser eficaz a la hora de escaparme. 

-Vamos, Zayn…- murmuró Marcie observando su teléfono, esperando a que el moreno llamará y diera la señal. 

Fueron los cinco minutos más desesperantes de mi vida, y justo cuando creí que Zayn habría cagado nuestro plan, el teléfono de Marcie comenzó a sonar.

Ella contestó rápidamente evitando que se escuche el estruendoso tono.

-¿Sí?

No podía escuchar a Zayn, pero Marcie murmuró algo rápido y luego cortó la comunicación. 

-Es hora del plan- esbozó una sonrisa. –Quita esa cara de grogui. 

-No sé si recuerdas que he estado sedada durante días- me quejé en voz baja mientras salía por el pasillo con los nervios a flor de piel.

-Oh vamos, Harry va a verte. Al menos debes darle una buena impresión.

Y allí fue cuando caí en la cuenta de que hacía días que no me había observado al espejo. No me dolía la cara u otras extremidades más que las costillas y el brazo, pero temía que mi rostro estuviese desfigurado.

Bien, de todos modos ya no había vuelta atrás. Y si mi cara no asustaba a los chicos, no asustaría a Harry. Eso espero.

Marcie dirigió mi silla con sigilo por el vacío pasillo iluminado tan sólo por tenues focos en los extremos del techo.

Escuchamos la voz de una enfermera, y con el corazón en la boca Marcie nos encerró en la primera habitación que vio. 

Estaba vacía, gracias al cielo.

Por la pequeña ventana en la puerta, Marcie me avisó que la enfermera ya había tomado el elevador. Esa era nuestra señal.

Según Zayn, Becca había salido así que debíamos actuar lo más rápido posible.

Decidí dejar la cobardía de lado y centrarme en mi verdadero propósito. 

-Yo iré a hacer vigilancia- me dijo Marcie cuando estuvimos de vuelta en el pasillo y hubimos cruzado la zona de peligro. –A partir de ahora estás sola, pollita. Ya sabes qué hacer si te atrapan, ten tu celular y llama a Zayn.

Me tendió mi móvil y me pregunté de dónde diablos lo había sacado. Más tarde se lo preguntaría.

Lo guardé en el bolsillo de mi horrible pijama de hospital, y con la destreza adquirida tras aquella hora de entrenamiento en silla de ruedas, me dirigí rápida y silenciosamente a través del pasillo.

Mi corazón dio un vuelco cuando llegué a su puerta.

Estaba entreabierta.

One and Only.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora