Tareas pendientes.

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Capítulo 50 

-Quisiera tenerte así conmigo, toda la semana- murmuró acariciando mi cabello. –Me gusta tu cuarto- comentó.

-¿Qué tiene de especial?

-Eres tú. Apuesto a que pasas mucho tiempo aquí- aventuró y asentí. –Me gustaría conocer algún día absolutamente todo. Sí, incluyendo a tus padres.

Me puse tensa cuando recordé lo de Liam.

«Oh, no le digas ahora. No cagues la noche de esa manera»

-¿Sucede algo?- preguntó apoyándose en su codo y mirándome fijamente.

Casi parecía que estaba intentando intimidarme. Pensé con horror que quizás ya se había enterado. ¿Pero cómo diablos? Se lo había dicho a mis padres antes de que se fueran a dormir.

O tal vez estaba demasiado paranoica.

-Sí- dije aclarándome la garganta y preparándome para lo que viniera. –Hace un rato discutí con mi madre porque estuve toda la tarde contigo.

-¿Sabe que estuviste conmigo?- preguntó sorprendido.

-Ese es el asunto. Logré calmarla, pero no le dije… -tosí- exactamente que estuve contigo.

-¿Y qué le dijiste?- dijo observándome con sus almendrados ojos verdes. Desvié la vista o terminaría comiéndolo a besos para hacerlo olvidar del tema.

-Yo… uhmm, le dije… -cerré los ojos con fuerza. –Te enojarás.

Se puso tenso.

-¿Qué le dijiste?- repitió entre alarmado y nervioso.

-Que estoy saliendo con Liam- respondí en un hilo de voz y con valentía lo miré fijamente evaluando su reacción.

El se quedó en silencio, y desvío la mirada analizando lo que acababa de decirle.

Se recostó y se quedó observando el techo.

-¿Por qué?

-Era la única manera de que me deje en paz, Harry. Le dije que no era nada serio, pero es que simplemente no es nada. Fue lo primero que se me ocurrió. Sabes que ella se pondría como esquizofrénica si le contara que estuve contigo.

Se quedó quieto y me senté a su lado pero desvió la mirada.

-No te enojes- le pedí acercándome pero me ignoró. –No te enojes- repetí. –Sólo le dije eso para sacármela de encima. Sabes que Liam no existe para mí.

-Te vi con él en la academia- me recordó estirando y flexionando los brazos detrás de su cabeza. –Parece que él tiene una clara noción de tu existencia.

-A mi no me interesa- dije en voz baja y me acerqué a su cuello. –Estoy… -me quedé callada, y cambié mi oración. –Sólo tengo ojos para ti. 

-¿Tu corazón también es mío?- preguntó sin mirarme. «Oh, demasiado.»

-Todo tuyo- murmuré contra su pecho. Él suspiró y se apartó.

Lo observé tomar el edredón entre sus manos.

Me arropó y se me escapó un enternecido «Aww».

Él sonrió.

-Mi corazón también es tuyo, __________- dijo y me besó. Dulce, tranquilo.

Entrelacé mis dedos detrás de su nuca y con el pulgar lo acaricié. 

Él me soltó un momento y continuó con los ojos cerrados. Busqué sus labios y le di besos cortos mientras él sonreía.

Deslicé una mano hacia su rostro y acaricié su mejilla, el ladeó la cabeza y besó la palma.

-Siento que he desconocido lo que es el amor hasta ahora,… cuando estás en mis brazos, y sonríes de esa forma, estoy completo.

Jadeé.

-Ahora temo- dije en voz baja.

El arrugó la frente.

-¿De qué?

-Temo hacer algo estúpido y lastimarte- confesé. –Ya te he lastimado una vez, y fue porque creí que eso sería mejor para ambos, pero no. Ahora estoy tan feliz contigo, que siento que no seré… suficiente.

-¿Suficiente?- repitió divertido. –Creo que no eres consciente de lo que significas para mí. 

-Sólo soy consciente de cuanto te quiero- dije con una sonrisita.

Me dio un beso en la mejilla.

-Ahora, en este preciso instante, siento como si fueras una parte de mí. Si te alejarás,… te has convertido en mi oxígeno, _________. Sólo con verte puedo olvidarme de todo lo malo que he pasado, eres algo así como una cura- dijo reflexivo y acaricié su frente para que no frunciera el ceño. 

Se quedó pensativo y pude notar relámpagos de dolor en sus ojos.

Mentalmente, agregué dos puntos más a mi lista de tareas.

«Lista de tareas pendientes: 

1.- Ir por tampones a la farmacia.

2.- Buscar un río cerca de casa.

3.- Asesinar y arrastrar el cuerpo de la zorra de Becca hasta allí. »

-No te lastimaré de nuevo- dije y me prometí a mí misma que antes de volver a herirlo sería yo quién sufriría diez mil veces más que él. –No me alejaré de ti a menos que así lo quieras.

-Entonces quédate conmigo toda mi vida- dijo cortando el hilo de sus pensamientos y sonriéndome.

-Es un hecho- murmuré y lo atraje hacia mí devorando sus labios.

One and Only.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora