En todos los aspectos.

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Capítulo 103





La mañana siguiente, luego de una emotiva despedida con Louis y Florence, subimos a nuestro avión. Yo estaba bastante relajada, pero Harry se hallaba más tenso de lo normal.

Tomé su mano y entrelacé nuestros dedos. Él sonrió y se mordió el labio.

-Amo cuando haces eso. 
Y yo también lo amaba. De alguna manera sentir su mano en la mía me daba seguridad. Sabía que podía adecuarme a cualquier situación si íbamos juntos de esa manera.
Besó el dorso de mi mano y observó mis dedos, luego sonrío con suficiencia.

-¿Qué?

-Nada- dijo y su sonrisa no se desvaneció. Algo se traía entre manos.



(…)



-¡Los Angeles extrañaba a la pequeña fiera Liejett!- gritó Marcie llamando la atención de todo el mundo mientras comenzaba una carrera olímpica hacia mí. 

Reí mientras ella me estrechaba en sus pequeños brazos. Abrí los ojos como platos cuando me apretó contra sí.

-¡Te has agrandado los senos!- dije sorprendida mientras me apartaba y observaba sin descaro los nuevos implantes.

-Lo sé, ¿no están geniales?- preguntó mientras se ahuecaba con las manos. Solté una carcajada cuando vi a Harry cubrirse el rostro con la palma de su mano, avergonzado.

-Vaya. Niall debe estar muy contento- dije riendo y vi al rubio a unos cuantos metros junto a Zayn, aquella chica que se me hacía conocida de algún sitio, y mis padres.

-Ya tendremos tiempo para hablar. Ahora sólo abrázame, te he extrañado como mil infiernos. A ti, y a tus sexys piernas- bromeó ella palmeando mi muslo y luego me abrazó.
Les había informado sobre el suceso de «las piernas milagrosas» la misma noche en la que había sucedido.

Observé sobre su hombro a mis padres acercándose con una sonrisa. Mamá continuaba con aquella mirada extraña pese a todo. Seguía ocultándome algo.

Zayn abrazó a Harry y luego Niall.

Pronto descubrí porque la chica que acompañaba a Zayn se me hacía familiar. Era Gretchen. La chica que trabajaba de recepcionista en la academia Raymond.

Suspiré.
Pronto debería volver y dar explicaciones.

Si bien adoraba el arte, no era algo que me gustaría hacer el resto de mi vida. El baile era ese «algo» y ahora que tenía mis piernas, estaba dispuesta a seguir aquel sueño el resto de mi vida.



(…)


-Deberías hablar con tus padres- murmuró Harry en mi oído mientras íbamos a casa de Zayn. 

Puesto que el auto de Harry había quedado en condiciones catastróficas luego del accidente y aquellas últimas semanas no había estado trabajando, deberíamos reducir algunos gastos y arreglarnos entre préstamos.
Mi padre me había asegurado que se encargaría de mis gastos tanto como lo necesitase, y aquello me reconfortaba, pero Harry también era parte de mi vida, y después de todo lo que había hecho por mí, merecía mi apoyo incondicional, en todos los aspectos.

One and Only.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora