¿Quién está loco por quién?

5.1K 198 0
                                    

Capítulo 102

Solté un suspiro de alivio cuando llegamos a casa. No había sido técnicamente imposible después de todo.

Luego de una serie de chequeos, el doctor Kennal había dado por sentado que mi operación si había dado resultados, tardíamente pero los había dado en fin.

Sólo me había bastado con escuchar «no perderás la estabilidad de nuevo» para seguir con mi vida. 

Me recosté sobre la cama junto a Harry. Él miraba hacia el techo pensativo y yo solo jugaba con mi nariz sobre su cuello. Soltó un suspiro.

-Nunca superaré el hecho de que todo el mundo parece desearte- dijo en voz baja y sorprendiéndome. No pensé que esa fuera la base de su preocupación. Me aparté para verlo a los ojos pero él desvío su mirada verde. Acaricié su mejilla con la mano.

-Nadie me desea a menos que esté semidesnuda y bailando- murmuré divertida. –No tienes por qué preocuparte.

-Yo te deseo todo el tiempo- dijo él también en voz baja pero no parecía decirlo con perversión ni lascivia, sino como si hubiera estado reflexionándolo. –Te quiero para mí, y sé que jamás lo admitirás pero aún deseas bailar en Anacks. 

Me puse tensa y fruncí el ceño. Vacilé unos segundos y finalmente le dije:

-Harry, a mí me gusta bailar, amo hacerlo. Anacks no es el único medio que tengo para conseguirlo. Sea ballet o un baile en el poste, lo único que me importa es llevarlo a cabo, y al único que quiero atraer es a ti. 

Él sonrió sin mirarme y luego me atrajo sobre sí con sus manos muy cerca de mi trasero.

-Siempre sabes exactamente qué debes decir, ¿verdad?

Le guiñé un ojo y él tomó mi rostro entre sus manos haciéndonos perder en un profundo y lento beso.

(…)

Aquella era mi última noche en Atlanta y estaba algo triste. Extrañaba muchísimo Los Angeles, pero también amaba pasar tiempo con Louis, y no sabía cómo serían mis días de nuevo sin él. 

Aquellas semanas en Georgia habían sido probablemente las mejores y peores de mi vida, pero debía volver a Los Angeles y enfrentarme a la realidad. Volver al estudio de ballet, a la academia, y finalmente enfrentar a mi madre. Y a ciertas personas que prefería no recordar.

Harry había contactado a Georgina quién había logrado posponer el juicio para una semana más tarde. Aquella mujer comenzaba a caerme bien. Por más que sedujera a Harry,… es decir, ¿quién no lo haría? «Lo sé, ¿de dónde sale ésta actitud racional, Liejett?»

Eran eso de las seis cuando escuché voces en la sala. Harry estaba tomando una ducha para nuestra cena de aquella noche.

Caminé por el pasillo y abrí los ojos sorprendida cuando llegué a mi destino.

Louis tenía a Florence por la cintura.

-Así que no han perdido el tiempo, ¿eh?- reí ante la mirada incómoda de mi primo y el rubor en las mejillas de Flor.

Sabía que aquellos dos habían entablado conversación en el hospital, pero no me hubiera imaginado que a un nivel tan íntimo. De todos modos, me alegraba que fuera así. Florence era una chica genial y Louis la merecía, tanto como ella a él.

-Bien, no los incomodaré más- dije reprimiendo una carcajada cuando la sala quedó en silencio.

Louis soltó una risita.

-Más te vale por qué he invitado a Flor a que venga con nosotros ésta noche- sonreí. -¿Te molesta?

-Por supuesto que no. Me alegra que tengas tan buen gusto, Lou. 

Florence enrojeció y se acomodó el cabello chocolate detrás de la oreja. Le hice una seña con una mano para que me acompañara.

-Nunca te he visto tan tímida- le dije en voz baja mientras caminábamos hasta la habitación. Ella soltó una carcajada.

-Lo sé. Es que él es tan… me pone nerviosa, y me gusta. 

-Es de familia- bromeé y ambas reímos.

-¿Cómo van las cosas con Harry?- me preguntó en voz baja.

-Supongo que bien. El asunto de su divorcio está poniéndonos de buen humor a ambos. –Ella asintió. –Pero no sé que nos espera en Los Angeles.

Florence hizo una mueca.

-Voy a extrañarte, falsa inválida.

Solté una risita.

-También yo- dije y le di un abrazo. –Pero he de suponer que ya tendremos cenas familiares, ¿verdad?

Ella volvió a ruborizarse.

-Eso espero. Louis es asombroso.

-He de asegurar que él ya está loco por ti- le dije con una sonrisa.

-¿Quién está loco por quién?- preguntó Harry saliendo del baño con tan sólo una toalla por debajo de la cadera. Su pálido y fuerte abdomen cubierto de gotitas, y su cabello húmedo hacia atrás. Mordí mi labio inferior ante la impresionante y excitante imagen.

-Vaya… -dijo Florence sorprendida y solté una carcajada.

-Lo sé- coincidí, encantada ante la vista.

Harry rió.

One and Only.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora