15. ¿Me Veo Diferente?

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Mi celular sonó. No reconocí el número pero aun asi contesté.

-Hola

-¿Angela?

-¿Quien habla?

-______ Starkey, soy tu padre

-¿Puedes repetir tu nombre?

-______

(...)

Desperté. Oh demonios. No de nuevo. ¿Por qué siempre que sueño con mi padre, hay algo que lo oculta? La llamada, el nombre, la silueta, la carta. ¿Qué carajo sucede?

Era Viernes, Rachel seguía un poco deprimida por lo que el idiota de William habia hecho, ella solo quería estar sola, llorando y comiendo helado, así que yo tenía la tarde solitaria de nuevo

Estaba igual que yo cuando pasó lo de Liam y Harry.

-¿Qué vas a hacer hoy? -preguntó Harry

-Nada, estaré en la casa. Creo que veré alguna pelicula y esperaré a Rachel se anime o algo.

-Pensé que irías con Liam

-No he hablado con él desde hace como un mes. Tenía pensado ir pero no.

-Mi mamá salió de viaje, volverá en 3 días. Si quieres nos quedamos en mi casa.

-Sería lindo.

Seguí caminando por la escuela de la mano de Harry, viendo como Rachel moría internamente, sentada sola debajo de un árbol.

Me acercaría, pero ella prefiere estar sola para poder entender bien lo que pasa y lo que va a pasar y poder superarlo todo, pero sabe que cuenta las 24 horas los 365 días conmigo. Sin vacaciones ni días de descanso.

Las clases terminaron y fuimos a casa de Harry. Comimos y vimos una película en su cuarto.

Cuando acabó nos quedamos platicando un rato.

Estabamos sentados en su cama, todo estaba muy bien. Yo tenía mi cabeza apoyada en su hombro y su brazo me rodeaba.

Tomé mi celular ya que tenía una notificación y quería ver de que se trataba.

No era nada importante así que dejé mi telefono en el mueble.

Sentí su mirada en mi. ¿Por qué me veía? Yo lo miré de vuelta y nuestras miradas se cruzaron, se acercó un poco más a mi y nuestros labios se juntaron.

Él presionó su cuerpo un poco contra el mío indicándome que me recostara.

Comenzamos con un beso muy normal y él comenzó a bajar sus labios hasta llegar a mi cuello y a mis hombros. A decir verdad, ambos lo disfrutabamos.

Un poquito despues se separó y yo se apoyé en la palma de mis manos.

-¿Que ocurré? -pregunté

-Perdón, sólo que la última vez que estabamos así...

-Liam, lo sé -lo interrumpí- pero no estaba segura de nada pero ahora sí. Tú no debes preocuparte por eso. Yo te amo y te prometo que jamás jamás volverá a pasar.

Puse mis manos en su nuca y acerqué mis labios a los suyos. Por el peso de mi cuerpo le indiqué que nos recostaramos de nuevo.

Me alegró que él me respondiera el beso. Ha de haber sido difícil superar lo que le hice, yo tambien me sentía mal por eso pero quedó en el pasado, al igual que Liam.

Suspiré, me acomodé un poco y él se sentó.

-¿Qué pasa? -preguntó

-No es nada

-Vamos, yo ya te dije, ahora te toca a ti.

-Es Rachel. Imaginar que ella estaba en mi lugar y ella de verdad quería a William y él solo quería acostarse con ella.

-Yo jamás te haría algo así.

-Lo sé pero no puedo sacarme esa idea de la cabeza. Ella en serio lo amaba.

-¿Qué quieres hacer?

-Solo olvidarlo, olvidar por unos minutos lo que le pasó

-Yo te ayudo

Harry se acercó y me besó posando sus manos en mi cintura.

Pasaron unos minutos y cuando me fijé, estaba sentada a horcajadas sobre él, acomodé mi cabello a un lado y dejé que el mismo beso fuera el que nos guiara.

-Si no quieres que esto llegué más lejos, tendremos que parar aquí -dijo entre besos- si tú no estás cómoda o lista con esto, entonces yo tampoco lo estoy.

Tal vez era un poco apresurado, no llevaba tanto tiempo con él. Pero creo que es el momento. Lo amaba y eso es lo que importa.

La manera en la que llevamos el beso nos contestó a ambos.

Seguimos besándonos y él se desabrochó la camisa que traía puesta dejándola en el piso.

Continuamos con nuestro beso. Tomé la parte inferior de mi blusa y la deslicé fuera de mi cuerpo.

Sus manos recorrían mi silueta asi como las mías su torso.

Miré a la derecha y ahí estaba él, mi novio, el mejor chico del mundo, ese chico que me había hecho sentir especial desde el primer día que estuve con él.

Estabamos exhaustos, también habíamos tenido un día muy pesado y esta fue una (muy buena) manera de olvidar todo eso. Justo como yo quería.

-¿Cómo te sientes? -preguntó

-No lo sé, no me siento diferente. ¿Me veo diferente?

-Te ves tan bien como siempre.

Me acerque un poco más a él, lo miré, me recargué en su pecho, él me abrazó y nos quedamos dormidos en cuestión de minutos.

Angela •l.p•  EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora