26. Te Ayudaré A Decidir

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Mi celular sonó. John y mi mamá habían salido a hacer unas compras, Rachel se acababa de ir a trabajar a la panadería del tío de Harry.

Estiré mi brazo y tomé mi celular. Leí el nombre "Liam" en la pantalla y presioné el botón rechazar.

Mi cama destendida y yo metida en ella por esta horrible depresión. Liam tenía razón, eso era lo que más dolía.

No llevaba maquillaje, seguía en pijama, veía fotos que tenía con Harry, sus cartas, me acordaba de esos hermosos momentos que compartí con él, escuchaba canciones tristes que me lo recordaban.

Y ni siquiera entendía por qué.

Ya, Angela. Tienes que superar todo esto, superar a Liam, a Harry, a Alex, a todo el jodido mundo. ¿Pero, cómo superar a alguien que fue lo más importante de tu vida? Esa es una buena pregunta. Simplemente no se puede.

Liam volvió a llamar, una y otra vez lo rechacé hasta que ya no continuó el estresante sonido del celular.

Pasaron aproximadamente 45 minutos y alguien tocó la puerta. Seguramente era Rachel y había olvidado algo y no traía llaves ya que generalmente las olvida en los bolsillos de un pantalón que no está usando.

Bajé, abrí la puerta y un chico alto, castaño con ojos cafés estaba parado frente a mi, usaba una chamarra de cuero con unos bolsillos en los que escondía sus manos del frío matutino.

Me sorprendí ante su visita. No solo porque era extraño pero porque no lo quería ver.

-¿Te puedo ayudar en algo? -pregunté indiferente

-Perdón.

Me quedé callada. Un silencio incómodo se genero, yo me limité a mirar al suelo y a tomar la puerta con la mano.

-¿Puedo pasar? -preguntó amablemente

-Sí, si quieres -dije sin ánimos

Me quité del camino de Liam y él entro lentamente a la casa, cerré la puerta y me dirigí a la sala, sentándome en el sillón. Él se sentó junto a mi.

-Perdón, Angela. De verdad lo siento, no debí haber dicho todas esas cosas

-No, no, está bien.

-Fui un patán, no debí haberte tratado asi, de verdad, pude haber elegido mejores palabras, no se, más suaves, pero no.

Liam se disculpó una y otra vez. No paraba de hacerlo. Disculpa tras disculpa, yo lo perdonaba, la depresión no se iba por completo pero mi estado mejoraba.

-En serio, está bien, Liam. Ya basta. -lo interrumpí

-Ok. ¿Vas a hacer algo hoy?

-No lo se. ¿Quieres hacer algo?

-Podemos ir por un café, si quieres

-Con este frío creo que está perfecto -reí- solo deja me ducho y me arreglo y ya. Espera aqui abajo, si quieres ve televisión o come algo.

Subí, tendí mi cama, me bañe, me maquillé, peiné mi cabello, me puse unos pantalones con botas negras y un sueter azul, tome un gorrito negro y lo puse sobre mi cabello de colores.

Bajé las escaleras y me dirigí a Liam.

-¿Cómo me veo? -pregunté

-Wow, hermosa, más que eso -tartamudeó

-Solo traigo un sueter y un pantalón, no exageres. Con "bien" bastaba

-No se como te ves mejor, si como estás ahora o como me abriste la puerta. Creo que antes te veías mejor, ve a desmaquillarte y a ponerte la pijama.

-Cállate Liam, estás inútil.

-¿Alguien te había dicho algo asi antes?

-Si, pero no importa.

En realidad si importaba, había sido Harry, un día que durmió aqui, fue de las primeras semanas de cuando empezamos a salir.

Llegamos a la cafetería, pedimos nuestros cafés y comenzamos a hablar muy natural.

Sacamos el tema de Harry y de Alex, yo contenía todas mis ganas de darle un gran golpe en la cara, no lo haría porque era un lugar público y no quería hacer una escena.

Estuvimos unas horas platicando, pasandola bien y tomando café, cuando acabamos, regresamos a casa y él se estacionó frente a ella.

Rachel era la única que había llegado entonces invité a Liam a pasar. Recordar que asi eran las cosas antes es un poco extraño.

-¿Quieres ver una película?

-Escoge la que quieras

Tomé una película al azar y la puse. Mientras los anuncios pasaban, preparé unas palomitas, saludamos a Rachel y luego ella se subió de nuevo a su cuarto.

Me senté junto a Liam con el tazón de palomitas sobre las piernas. Como a los 15 minutos, Liam pasó su brazo detrás de mi pero no me incomodó.

-¿Ya sabes que quieres hacer? -preguntó

-¿Hacer de que?

-Sobre nosotros

-Creo que si, pero aun no decido bien

-Te ayudaré a decidir...

Liam se acercó a mi y presionó sus la labios contra los mios. Le respondí el beso y él posicionó su mano en mi cintura.

Escuchamos que un coche se aproximaba y nos separamos, era el coche de mi madre.

-Creo que debo irme -dijo

-Si, creo que si, a menos de que quieras ver a mi mamá sacada de onda y toda loca

-No, no quiero. ¿Entonces, ya decidiste?

-Si

-Bien. ¿Salimos mañana? ¿6:30?

-Claro

Liam me dio un beso rápido y lo acompañe a la puerta. Todavía no estaba bien convencida sobre Liam, era buen chico, pero nadie podrá compararse con Harry.

Angela •l.p•  EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora