34. No Tengo Nada

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Sacaba ropa de mi armario para depositarla en mi cama y poder elegir un atuendo.

Vestido rojo, no, morado, no, este blanco es bonito.... no

-No tengo ni una jodida idea de lo que me voy a poner -le dije a Rachel- No tengo nada

Bienvenidos a la clase de lengua con Angela Smith. Hoy aprenderemos el uso de la frase "No tengo nada", usada por todas, comprendido por ninguna.

En realidad, si se entiende, solo que a veces no se sabe cuál es la razón.

Las mujercitas usamos esta frase para indicar 3 cosas:

A) Toda mi ropa ya me la he puesto

B) Estoy triste/enojada/etc. Pero quiero que sigas insistiendo aunque no te voy a decir ni una mierda.

Y en los casos más extraños

C) Realmente no tengo nada. Cero. No dispongo de nada o no siento nada.

-Espérame -dijo Rachel al salir del cuarto

Seguí buscando entre mis cosas hasta que Rachel volvió con un hermoso vestido.

Un vestido hermoso sin mangas color azul.

-Es hermoso, Rache

-Pues úsalo

-¿De verdad?

-Totalmente

-Oh, te amo -dije y luego la estrujé entre mis brazos.

Me probé el vestido y me veía radiante. Me veía increíble, el vestido era el indicado para la ocasión y me quedaba perfecto.

-Estoy eternamente agradecida -le dije a Rachel y la abracé nuevamente

Me metí a bañar, me puse el vestido, me sequé el cabello y todas esas cosas que hacen las chicas cuando salen de bañar.

Mi maquillaje era algo simple pero también arreglado. Mi maquillaje normal, un delineado sencillo y rímel, un poco de rubor y un labial rojo.

Hay ocasiones en las que verse arregladita está perfecto.

Me hice unas ondas sueltas en el cabello, me puse tacones y justo en ese momento sonó el timbre.

Tomé mi bolsa con mis cosas, me despedí de las personas gritando "Ya llegó Liam, vuelvo al rato" y abrí la puerta.

-Hola, Liam -dije y le di un beso

-Te ves hermosa

-Gracias. Tú tampoco te ves nada mal, eh

-Yo nunca me veo mal -dijo presumido

-Cuidado -reí

Caminamos hacia el coche de Liam, me abrió la puerta y luego subió él.

Condujimos hasta llegar a una casa, era bastante grande pero nada fuera de lo común.

Estacionamos el coche frente a la casa y antes de bajar Liam decidió decirme algo.

-Necesito advertirte de algo

-¿Qué sucede?

-Como sabes, son puros chicos de universidad. 20, 21 años, a veces actúan muy raro y pueden creer que pueden hacer lo que quieran. Así que si pasa algo que no te gusta solo avísame y nos iremos o le diré a Parker que los controle. ¿Está bien?

-Gracias, Liam, creo que estaré bien.

-No dudes en decirme si pasa algo.

Liam me dio un beso y bajamos del auto. Tocamos el timbre y un chico con cabello negro, atractivo diría yo, nos abrió la puerta.

-Liam, hermano. ¿Cómo estás?

-Bien, bien, ella es Angela

-La famosa Angela. Mucho gusto, James Parker, pero dime Parker, sólo Parker -dijo y me besó la mejilla saludando- Pero no se queden ahí parados, pasen, están en su casa

Liam tomó mi mano y pasamos, varios chicos que pasaban por ahí saludaban a Liam, a veces me presentaba.

Liam y yo nos sentamos en la sala con algunos de sus amigos. Su brazo me rodeaba por la cintura y nuestras manos estaban entrelazadas.

Sus amigos eran realmente increíbles.

-Voy por agua. ¿Quieres algo? -preguntó Liam

-No te preocupes, yo voy

-¿Segura?

Me dirigí a la cocina, tomé dos vasos y les puse agua.

Noté que algunas chicas se secreteaban y me miraban al mismo tiempo. ¿Tengo algo en la cara?

Lo ignoré y volví.

-¿Sucede algo? -preguntó

-Unas tipas estaban hablando de mí

-¿Estás molesta o algo?

-No, no tengo nada -contesté

Angela •l.p•  EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora