35. Es Algo Serio

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-Rache -dije al teléfono

-Mujer. -me contestó- ¿Qué haces llamando tan tarde? O debería decir temprano, son las 4 de la mañana.

-Lo sé, lo sé. ¿Crees que me puedas hacer el paro con mis papás? Sigo en la fiesta.

-¿Qué les digo? Están dormidos

-¿Te acuerdas a qué hora se durmieron?

-Como a la 1, 1:30, algo así. Salieron a cenar y llegaron a esa hora. ¿Por qué?

-Porque van a dormir entre 9 y 10 horas como los grandes, por lo tanto voy a tener llegar temprano en la mañana.

-¿Cuál es el plan? -me preguntó

-Me quedo con Liam y me regreso a la casa como a las 8 y sigo durmiendo.

-Si se despiertan tú llegaste a las...

-A las 3. Llegué y no quise despertarlos pero tú eres testigo. ¿Okay?

-Sí. Yo te ayudo.

-Gracias, te adoro.

Colgué y seguí en la fiesta unos minutos. La verdad, me la pasé increíble.

Llegamos al hogar de Liam. Era bastante bonito y muy acogedor. Liam me enseñó su casa y luego subimos al cuarto.

Liam es como el más hermoso del mundo. Me prestó unos shorts y una playera para dormir, no se burló al lavarme la cara, hizo muchas más cosas que de verdad derritieron mi corazón.

Estábamos acurrucados y platicando cuando sacó el tema de que ya se iba a graduar y me invitó a su baile.

-¿Crees que puedas ir? -me preguntó

-Sí, seguro.

-¿Sí?

-Sí. Será divertido. Aparte es algo muy importante para ti y si quieres que vaya pues yo con gusto voy.

-Genial. Eres la mejor.

Me dio un beso y justo su celular comenzó a sonar. Algo tan inútil como un celular arruinó nuestro momento.

-Hola -contestó- Oye, son las 4 de la mañana, tantita consideración. Sí, sí, el martes. Bye -colgó

-¿Quién era? -pregunté

No es por ser chismosa, pero que alguien llame a las 4 de la mañana está en chino.

-Nadie, una tipa

-¿Debería preocuparme?

-No, para nada. Sólo era Alex

-Entonces si debo preocuparme

-No, sólo que quiere que siga con ella en la clínica y pues yo ya le dije que ya no voy ni de chiste y que solo era un proyecto pero como que no le entra a la cabeza.

-Pero hace siglos me dijiste que había dejado de ir por lo que pasó con Rache y Will

-Sí pero es necia como la vida, a mi me había dicho que ya no iría y al mes me llamó para continuar.

-Oh, ya

-Hablando de eso... ¿No se supone que tu mamá si quiere que tu vayas con un psicólogo de verdad?

-La verdad ni mi mamá sabe que pasa en su vida, menos va a saber en la mía. Se supone que ese era el punto desde el inicio pero pues ahora no tengo ni idea.

No tenía ni idea. Damn. No sabía ni que iba a hacer de mi vida ni que pasaba por mi cabeza. No tenía idea alguna de nada.

-Pues deberías pensar en algo, porque si te querían meter a la fuerza pues no creo que se les olvide.

-La verdad, desde que llegó John la veo muy distraída en esto, en mí y en Rachel, en su trabajo, creo que debería hablar con ella

-Sí. -dijo- Oye, si te dice algo de la clínica, conozco a alguien bueno que te podría "ayudar", es un amigo de la familia.

-Muchas gracias, Liam. De verdad, por todo.

Liam me dio un beso en la frente y como ambos estábamos cansados y con sueño, lógicamente dormimos.

***
-¿Cuántas veces te lo he dicho, Angelica? -Le habló mi madre a una Angela de 15 años- Si te haces otra perforación, me vas a conocer de verdad enojada

-Mamá, no es algo super raro ni el gran show ni nada, sólo es un arete. ¿Qué tiene eso de malo?

-Ah, de verdad necesitas un psicólogo. Te buscaría 1000 si fuera necesario. Lo que sea para volverte "normal"

-¿Normal? ¿Para ti que es normal, mamá?

-Haz cambiado. Demasiado y no para bien

-¿Cómo lo sabes? Ni siquiera estás aquí, siempre estás de viaje o en alguna fiesta o con la esperanza de que llegue mi padre y haga como que no pasó nada.

-Tú de verdad necesitas ayuda

-No más que tú porque él nunca vendrá, mamá. De verdad jamás.

(...)

Creo que Liam se espantó. Yo también me hubiera espantado si mi novia hubiera tenido una pesadilla y se hubiera puesto a llorar a las 6 de la mañana.

De verdad me arrepiento tanto por eso. No le hubiera dicho eso por muchas razones, pero las principales: 1) Es mi mamá. 2) Es demasiado grosero. 3) Al final, John si volvió.

Pasaron pocas horas y volví a casa como le había dicho a Rachel. No había señales de vida, aún, digo.

Abrí la puerta, la cerré con cuidado y subí la escalera sigilosamente.

-¿Cómo te fue? -preguntó John

-Dios. ¿Quieres darme un infarto? Pensé que seguían dormidos tú y mi mamá

-Bajé por agua

-Ah, ya.

-Oye, necesito hablar contigo. Es algo serio.

Demonios, oh, demonios.

Angela •l.p•  EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora