6
Anoche conseguí regresar al apartamento, en vez de ir a buscarlos y pedirles explicaciones. Pasé por una pesadilla pero hoy veo las cosas con más claridad. Conozco a Leire, no me haría algo así. Debe haber un motivo por el que Leo fue a verla y lo sabré muy pronto. Ella me lo dirá, estoy segura. No puedo darle el gusto a mi esposo y creerme eso de que me engaña. Al contrario, puedo aprovechar su intento de fastidiarme, vengarse o lo que sea y demostrarle que sí puedo confiar en él. ¡Ahí está! Si no le reclamo nada acerca de su encuentro con Leire, tal vez vea que intento mejorar y...
A la hora de almorzar, dejo la oficina para comer algo fuera, muy cerca. Camila decide acompañarme y aprovecho para contarle lo que me sucedió.
―Que lío... ―murmura, mientras empieza hojear el menú
―Me di cuenta de que estoy muy mal. O sea hasta de mi propia amiga llegué a dudar.
―Te lo advertí muchas veces. Tus celos sólo traen problemas.
―Sí... Aunque, no dejo de preguntarme dónde podría estar Leo. ¿En un hotel?
―O con algún amigo, quién sabe. ―contesta ella
Sí, no puedo descartar esa posibilidad. Y tampoco me pondré a visitar a todos sus amigos.
― ¿Cómo le haces para que todo vaya tan bien con Sebas? ―sonríe ante mi pregunta― ¿Nunca tuviste celos?
―Todos nos ponemos celosos a veces. Pero bueno, con distintas intensidades. Y lo mostramos de manera distinta. Y tú eres de los que lo muestran... muy...
―Tengo un problema ¿verdad?
―No digas eso.
―Es que llegué a ponerlo a prueba. ¡Dos veces! Necesito un psicólogo.
Observo los ojos de Camila abriéndose aún más, dejando de parpadear por varios segundos. Sus manos quedan inmóviles sobre la mesa, al igual el resto de su cuerpo.
― ¿¡Dos veces...!? ―cuestiona, muy aturdida
Se me olvidaba que ella no conoce todo la historia. No se lo había contado por vergüenza.
― ¿Qué hiciste, Maite? Habla ya.
Ni modo, ahora lo sabrá. Quizá deje de hablarme o me mire como si fuera loca pero... Le empiezo contar sobre la primera vez que puse a prueba a mi esposo, sobre esa noche cuando mi propia amiga tenía que seducirlo. Al terminar, ni me atrevo mover mi mirada del menú.
Luego nos toca pedir la comida y de esa forma los reprochen tardan en llegar.
―Te pasaste ―sentencia Camila, al quedar a solas―. ¿Leo lo sabe?
Ladeo la cabeza, mientras que por fin me armo de coraje para verla en los ojos. Me siento tan avergonzada, eso debe ser señal de que empiezo comprender mis errores. O bueno, ya sabía que eran tonterías pero no pensaba que podrían tener consecuencias muy graves.
―Es que mira como se puso por lo de Maribel ―murmuro―. Imagínate si...
―Sí que eres un caso especial. Tus celos te hicieron ir demasiado lejos.
―Por favor, no me... No me digas eso ―callo un momento―. ¿Sí que necesito un psicólogo?
―Por el momento, necesitas contarle todo.
― ¡No!
Me tapo la boca al darme cuenta de que casi he gritado, haciendo que algunos me miraran extraño. Es que Camila no puede pedirme esto. Llegó a conocer a mi esposo.
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¿Aún planeamos el divorcio? © |COMPLETA|
Художественная прозаMaite y Leo se apuraron en casarse tras sólo un año de noviazgo. Sin embargo, ya se hicieron mucho daño y saben que la opción más sana es el divorcio. Más bien, Maite considera que sólo Leo es culpable del fracaso de su matrimonio. Y entonces... ¿Qu...