Capitulo Veintinueve: El Toque Accidental

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Ahora Allen no tenia como salir de aquella habitación por mucho que se arrepintiera de estar ahí, pues jamás se habría imaginado que sería dominado por un deseo que no era correcto, además de todo, Lain le había advertido bastante bien que podía merodear en todo tiempo en la habitación de la chica exceptuando los momentos en los que era estrictamente necesario estar solo.

-Si desobedeces lo que te acabo de decir nos mataran a los dos, así que más vale que respetes la poca privacidad que le quedará a la joven esa desde el primer momento en el que decidas entrar a sus aposentos.

La mente no dejaba de maquinar lo que sería acercarse al cuarto de baño al menos por un instante y observar separando las cortinas, al menos de manera leve. Después de todo, su presencia seria invisible a la chica y él podría disfrutar de un buen momento.

-Aborrezco a esa niña ahora más que nunca – dijo para sus adentros pero al momento decidió salir de debajo de la cama al menos para poder buscar otra cosa con que distraerse.

-Vaya que ah sido una buena ducha – escuchó decir a Grace mientras se escuchaban pasos que indicaban que la joven se acercaba.

En aquel instante al ver la puerta del cuarto de baño abrirse, Allen pensó en ocultarse de nuevo bajo la cama pero no habría tiempo suficiente como para lograr bajar la cabeza y desaparecer en el sitio. Por otra parte Allen recordaba que Lain le había dicho que él no sería visible para Grace  pero el joven no confiaba tanto en su protector después de que este lo hiciera besar a Kimy estando de acuerdo con Kaylen.

No pudiendo observar otro espacio en el cual ocultarse, Allen debió meterse bajo las sabanas de la cama de Grace.

Cuando la joven salió del cuarto de baño pudo observar un leve movimiento en las sabanas de su lecho, por lo que se mostró extrañada ya que en un lugar como aquel no había ni el mas mínimo viento que pudiera provocar aquel leve levantamiento.

-Debo estar alucinando – dijo frotándose los ojos.

Bajó el pequeño escalón que había entre el cuarto de baño y el suelo para luego colocarse frente a su guarda ropa.

-Veamos que puedo ponerme hoy.

Dubitativa sacó varios vestidos sencillos de aquel mueble y los colocó sobre la cama.

Entre los modelos de vestido destacaban uno en color morado fuerte, de encaje y tirantes.

-Tal vez este sea el modelo que deba lucir hoy – dijo tomando el vestido por el gancho – pero, este otro – dijo mientras tomaba un vestido blanco de mangas pequeñas con un forro de encaje de flores – también me agrada.

Era cierto que Marena le había facilitado la tarea a Grace poniéndole buenos y bonitos vestidos en aquel guarda ropa pero cuando la fémina demonio no  la ayudaba a elegir sus prendas para cada ocasión, la joven se sentía tan perdida como cuando ella en vida escogía sus nefastos modelos de ropa.

-¡Oh por dios! – Dijo haciendo un mohín de tristeza – cuando será el día que pueda aprender del buen gusto.

Al término de sus lamentaciones, Grace -aun en toalla de baño- se sentó sobre la cama rindiéndose a esperar a Marena para que le diera la mejor opción para vestir.

Allen  podía sentir el aroma agradable de la fragancia de baño de la joven, pero con el rostro aun cubierto por las sabanas se forzaba a sí mismo a no ser vencido por  las tendencias irrespetuosas.

El cabello de Grace se encontraba chorreando agua por lo  que la joven se levantó de su lugar para tomar una franela con la que pudiera secarlo y una vez hecho esto, volvió a sentarse en un lugar distinto al que había estado ocupando hacia unos segundos.

Por el amor de BlakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora