Capitulo Cuarenta y Cinco: La Visita De Caroline

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El ambiente pareció volverse pesado  de un momento a otro y Allen tenía la boca semi abierta como si se estuviera asfixiando, además de tener la respiración agitada al momento de hablar otra vez.

-Te he preguntado qué es lo que has dicho.

Grace desmesuro los ojos comprendiendo por fin que había cometido un error gracias al coraje que sentía en aquel instante.

El silencio reinó en la habitación durante un largo momento mientras ambos protectores se daban por enterados de la discusión en la sala de la mansión sin estar presentes en ella.

-Lo que oíste – respondió Grace en seco – ¡tenias que enterarte algún día pero si no hubieras sido tan duro conmigo quizá no te hubieras enterado de esta manera tan desagradable!

-Estas haciéndome una mala broma ¿no?

-Aunque no lo creas me encantaría que todo esto fuera una broma, pero lamentablemente no lo es.

Por un instante Allen bloqueo su mente para no entender de qué se estaba hablando.

El joven retomo aquella postura de normalidad en la que su respiración no estaba alterada, en la que sus ojos volvieron a tener aquella mirada de siempre, en donde volvió a ser el de Allen de  unos instantes atrás.

-Es hora de que te vayas a tu habitación – le dijo a Grace – ya es tarde y mañana debes ir a la escuela para escuchar todos los comentarios que las personas que fueron a la fiesta tienen para decirte.

Grace agacho el rostro y acató la orden de Allen como si fuera una niña regañada.

-Buenas noches  - dijo como ultimo en una voz casi imposible de escuchar.

La joven Smith caminó para subir las escaleras a su habitación, pero antes de que pudiera poner un pie en el siguiente escalón…

-Dime que nada de lo que dijiste antes es cierto.

Grace se detuvo en seco y aferró una de sus manos al barandal de la escalera mientras  el largo cabello caía sobre su rostro.

-No podría mentir con algo tan serio como eso.

-¡Maldita sea! – gritó Allen arrojando un jarrón en dirección de Grace.

-No desquites tu coraje con quien no te ha hecho nada – se escuchó decir a Marena mientras el jarrón se desviaba hacia el lado contrario.

La fémina demonio estaba ahora frente a Grace con el rostro inexpresivo y los ojos con aquella mirada que era capaz de matar.

Ahora fue Allen el que comenzó a buscar objetos de vidrio que poder lanzar al suelo para desquitar de esa manera su coraje.

Grace estaba en shock puesto que no entendía porque Allen había arrojado el jarrón en su dirección.

-Sube a tu habitación – le ordenó Marena – intenta dormir y olvídate de esto.

Grace hizo caso por segunda vez en la noche a aquella orden y subió las escaleras con la respiración casi suspendida.

El shock de Grace era más grande de lo que ella se podía imaginar, puesto que el carácter modificado que tenia ahora, le permitía mantenerse en calma por más fuerte que fuera la situación a la que se expusiera. Pero en esta ocasión, al meterse dentro de aquella oscura habitación y con el reflejo de la luna pegándole de lleno, la joven reconoció que la reacción de Allen le había afectado mucho más de lo que alcanzaba a comprender.

Quedándose en silencio y mirando la almohada, Grace se dio cuenta de que pese a la agresión que Allen había ejecutado en su contra, ella en realidad deseaba estar a su lado, acompañándolo en el dolor tan grande que debía estar sintiendo.

Por el amor de BlakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora