Por el amor de Blake

Capitulo Cuarenta y Dos: La Misteriosa Chica De La Nieve

El primer día de clases había sido bueno por el simple hecho de haber presenciado un espectáculo nervioso por parte de Brooklyn, la chica más deseada de toda la universidad y la mejor capitana de porristas que cualquier escuela podría tener, pero la joven no solo destacaba por ser la líder en el grupo de animadoras sino por tener fama de ser mas que complaciente en la intimidad, habiendo pasado ya por la cama de varios de los hombres que estudiaban en el plantel. Ahora con lo acontecido, su fama había dado un giro de ciento ochenta grados, pasando de ser “la barbie” que todos desean” a la “drogadicta loca” de cuyos excesos la mayoría de los alumnos tenia conocimientos.

Aquella mañana al salir de la enfermería, Brooklyn notó la ausencia de Blake y sintió un gran coraje, puesto que siendo su novio se suponía que debía estar al pendiente de ella en todo momento, pero después, al recordar de quien se trataba rio irónicamente murmurando por lo bajo: “Se trata de Blake Thompson no del príncipe Eric”.

Siendo franca con ella misma, la joven porrista debía admitir que la mayoría de las veces pensaba que su novio era un idiota o más bien, tenia pleno conocimiento de ello pero no lo dejaba porque su nivel de popularidad bajaría considerablemente y tal vez porque no soportaría el hecho de que le pasara a otra por las narices.

-¿Y ahora que se supone que debo hacer? – pregunto Brooklyn a Erin mientras se mordía las uñas por el nerviosismo que le producía ver su irresistible imagen destrozada.

-La verdad amiga – dijo Erin – no tengo ni la menor idea de cómo solucionar esto, porque las evidencias fueron vistas por más de la mitad de los chicos de la escuela y quienes no pudieron verlo de seguro ya han tenido quien les cuente lo ocurrido.

-¡Pero Erin – contesto Brooklyn desesperada – cuantas veces tengo que decir que no había consumido drogas, es enserio NO – LO – HICE – confirmó Brooklyn haciendo un espacio entre cada palabra para dejarlo bien claro.

-¿De qué sirve que yo te crea Brooklyn? – Inquirió Erin – creo que el ataque de nervios que te agredió esta mañana pudo haber sido el efecto a largo plazo del consumo excesivo de drogas que has estado consumiendo desde el incidente de la muerte de…

-¡Cállate! – Le gritó Brooklyn hecha un manojo de nervios – yo no sé porque todas ustedes piensan que la muerte de esa rata de biblioteca pudo afectarme de alguna manera, es ilógico, digo…por principio de cuentas a mí solo me encantaba hacerle la vida imposible, pero jamás desee que muriera.

-¿Ni siquiera cuando toda la escuela supo que se había acostado con tu novio?

-Eso fue un incidente que me causo mucho estrés y claro está que me dio mucha rabia, eso es más que obvio porque después de todo yo era la mujer engañada pero de ahí ¿a matarla? No, porque eso sería darle demasiada importancia a un ser que no la tiene, o más bien, que nunca la tuvo.

-¿Es curioso no? – comentó Erin mirando hacia la nada como para retroceder el tiempo.

-¿Qué te resulta curioso?

-Que estemos hablando de Grace un día antes del aniversario de su muerte.

-Iug – dijo Brooklyn mirando a su amiga como si se tratara de una “friki” - ¿Cómo es que puedes tener en la mente una cosa tan estúpida de recordar siendo que eres mi mejor amiga? Eso me hace pensar en que tal vez deba hacer un cambio drástico de amistades.

-Si lo haces nadie te apoyara porque todos están hartos de tus estupideces.

-¿Pero qué es lo que has dicho? – dijo Brooklyn sentida.

-Lo que has oído, ni más ni menos.

-¡Ja! Ahora resulta – comentó la chica- lo bueno de esto es que estoy dándome cuenta de lo falsos que han sido todos conmigo.