Por el amor de Blake

Capitulo Treinta y Dos: La invasión de las criaturas"come hombres."

Corriendo a velocidad luz, Allen guiaba a Grace por entre las paredes, llevándola de la mano y manteniéndose siempre delante de ella.

Grace solo era capaz de ver el panorama reducido a manchas de colores debido a la velocidad a la que se movían.

Escuchaba el estallido del viento al toparse de lleno con alguna pared que ellos esquivaban.

Aquella zona que esta hace unos momentos servía como escenario de diversión para los jóvenes, ahora se había convertido en el lugar detonador de los miedos, la estrategia y la batalla por la vida.

Detrás de sí, Grace pudo sentir un flujo de aire veloz, por lo que intento mirar de reojo, dándose cuenta de que largos cabellos rizados venían aproximándose, dándoles alcance cada vez más.

Poniendo más atención a la borrosa figura, Grace pudo concluir que quien venía detrás era Kimy.

-¡Nos siguen! – le gritó a Allen.

-¡Lo sé! – Le respondió el joven sin detenerse – de todos modos no bajes tu velocidad porque si lo haces cualquiera de esas criaturas podría darnos alcance.

Aunque Grace no lo decía, estaba realmente agradecida de continuar el camino de huida de una manera más segura.

De pronto Grace, sintió un fuerte aruño en su pierna derecha pero prefirió no decirle nada a Allen para no entorpecer el camino por una pequeñez sin embargo el joven –quien había sido dotado de grandes habilidades por parte de su protector – pudo darse cuenta de lo sucedido a Grace, mediante el olor de la sangre de la joven.

-¿Qué te ah pasado? – preguntó Allen.

Grace se mostró sorprendida ante la pregunta puesto que no había gritado ni hecho nada con lo que Allen pudiera enterarse de lo ocurrido.

-Me han aruñado, pero no es nada de cuidado. Es algo muy leve.

-El simple hecho de que este sangrando de la manera que lo hace, quiere decir que no es algo leve.

Grace ni siquiera sentía que la herida estuviera sangrando, sin embargo Allen ya se había percatado de eso.

-Ahora no te duele pero muy pronto lo hará.

Intentado dejar de lado su preocupación por lo sucedido, Grace se vio forzada a exigirle más velocidad a su cuerpo.

-¿A dónde vamos exactamente? – pregunto Grace.

-A cualquier sitio en el que podamos estar a salvo de esas criaturas.

En aquel instante para Grace, las cosas estaban en calidad de incierto, pues lo único que podía asegurar era que de un momento a otro unas criaturas invadieron el infierno, que todos habían echado a correr en grupos de dos y que Kimy se había empeñado en hacer pareja con Allen.

-Tienes que concentrarte en correr – pensó para sí misma – debes mantener el ritmo.

De pronto, sintió otro arañazo en la misma zona en la que le habían provocado el anterior y al voltear atrás miró a Kimy casi encima de ella.

Resultaba que una de las habilidades de Kimy era correr al estilo “animal” es decir usando brazos y piernas para obtener mayor velocidad y cuando Grace sintió aquellos rasguños no eran sino mordidas ocasionadas por los dientes de la chica.

Ahora cuando Grace la vio por encima de su cabeza fue porque había dado un salto así como los que efectúan los animales salvajes y su objetivo al caer de nuevo a tierra era separar a Allen de Grace.

Grace lanzó un grito de terror al tiempo que Allen la jalaba hacia sí por el brazo.

Ahora ambos chicos habían salido proyectados hacía una pared.