Capitulo Treinta y Cinco: El Obsequio

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“Justo cuando comenzaba a adaptarse, su estancia en el sitio se convirtió en algo fugaz”

Después de haber sometido el cuerpo de Grace a una tortura tan dolosa, Kaylen optó por detener sus ataques en contra de la chica, ya que Allen estaba dañando aún más a su protegida.

Grace cayó de bruces al suelo sintiéndose completamente rota e incapaz de hacer movimiento alguno.

Kimy aterrizo después de Grace vomitando sangre a discreción, lo que provoco las nauseas en la joven inadaptada y poco tiempo después ya se miraba a dos chicas en estado nefasto, vomitando sin esperanza alguna de detenerse.

Dentro de sí, Allen moría por ver a Grace en un estado tan grave y la rabia hacia acto de presencia queriendo haber sido capaz de terminar con la vida de Kimy.

Lain coloco una mano en el hombro izquierdo del joven en señal de apoyo pero este de inmediato pidió a su protector que se diera a la tarea de tomar a Grace en brazos para llevarla a su habitación.

-¿Estás seguro de que quieres llevarla a tu habitación? – inquirió el protector.

Allen asintió sin dejar de mirar como la chica se desvanecía en el suelo.

-Muy bien – dijo Lain finalmente caminando hacia Grace para seguidamente tomarla en brazos.

Aun agonizando en el dolor, al darse cuenta de las intenciones que Allen tenia para con Grace, Kimy luchó por levantarse aunque minutos después acepto la ayuda de su protector.

-¿Por qué – pregunto doliente – por que la prefieres a ella y no a mi?

Los ojos de la joven parecían estar inyectados en sangre pero en sus palabras el dolor era más que notorio.

Allen no respondió aún cuando la joven se coloco frente a él.

-Durante mucho tiempo eh estado dispuesta a dártelo todo, desde el maldito día en que llegue a este sitio me sentí atraída por ti y aún contra mi voluntad siempre termino rogando y cayendo en uno de los aspectos más patéticos en la vida de una mujer. Sin embargo, tú no aprecias nada de lo que yo hago por ti, sino que a cambio recibo desprecio de tu parte.

A veces tengo la sensación de que te odio más que a nadie y me pongo el propósito firme de ya no estar más tras de ti, pero todo parece salirse de control y derivar en malditos ataques de ansiedad en los que muero por tenerte a mi lado y vivir una realidad diferente.

El resentimiento era palpable en las palabras de la joven y Grace a pesar de estar casi inconsciente, se sintió terrible al escuchar cada una de las palabras de aquella joven, pues en aquel instante arribaron a su memoria los días en los que ella tenía sensaciones de ese tipo respecto a Blake.

-Tienes la libertad de hacer lo que te plazca – dijo Allen de pronto.

Los ojos de Kimy se abrieron como platos debido a la sorpresa que le causaron aquellas simples pero hirientes palabras.

Los jóvenes en el comedor se encontraban teniendo sentimientos encontrados en aquel momento, pues era cierto que Kimy se había enamorado de un modo fatal del joven Allen y había hecho todo lo que estaba a su alcance para que él se interesara en ella, así como también era cierto que Allen la despreciaba de forma inhumana.

El sonido de una bofetada provoco que todos los presentes clavaran la vista en Kimy.

-Vamos – le animo Allen – continua abofeteando.

Aquellas palabras dichas por el joven, sorprendieron al club de los protegidos, pues Allen jamás permitía que alguien lo tocara de ese modo.

Kimy lloraba por lo que había hecho pero dentro de sí, había algo que le pedía saciar su furia de esa manera.

Por el amor de BlakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora