Primer encuentro a solas

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-¡Kyaaaaa!-
La joven Pucca, apenada por la situación, soltó un fuerte grito.

-¡No! ¡No! ¡Shhh! ¡L-lo siento, guarda silencio por favor!-
Tobe suplicaba por que ella no gritará, no quería que los demás pensaran que trataba de hacer algo pervertido con la chica nueva, aunque él disfrutaba la hermosa vista.

-¡Shh! ¡Guarda silencio!- al ver que la dulce chica no le hacía caso y aumentaba el volumen de su voz, Tobe decidió taparle la boca con su mano y encerrarse con ella a los vestidores, que, por suerte para él, estaban vacíos.
Ya adentro, Pucca lo aventó, alejándolo de su esbelto cuerpo y tratando de cubrirlo con una toalla.

-¿Q-qué es lo que estas tratando de hacerme? ¡déjame salir!- suplicaba Pucca, temblando de miedo.

-N-no quiero hacerte nada malo, es que yo...- Tobe se mostraba apenado, su cara estaba sonrojada y no podía apartar la vista sobre la hermosa chica.

-¿Tú qué?- la joven esperaba una respuesta lógica a su comportamiento.

-Y-yo...¡caminaba tranquilamente cuando tu saliste del vestidor y comenzaste a gritar! ¡es tu culpa, y-yo no estaba haciendo nada malo!- Respondió el atractivo joven, esforzandose por apartar la vista de la chica. -¡Yo nunca me fijaría en una enana como tú!-

-¡Oye, ya sé que mi presencia te molesta, pero no es para que me insultes de esa manera!- la joven lo apartó de la puerta. -Y más te vale que no vuelvas a molestarme o todo el colegio se enterará de esto.

Tobe, en ese momento, supo que todo estaría arruinado si no actuaba rápido, al momento en que Pucca abría la puerta del vestidor, esté la cerró bruscamente y arrinconó a la joven contra la pared, sosteniendose de sus brazos para evitar que escapará.

-No le dirás a nadie sobre esto, si lo haces te arrepentiras toda tu vida- El joven apretó su puño como amenaza, pero rápidamente volvió en sí. Miró a Pucca, esta mostraba una mezcla de enojo y miedo en su rostro, algo que a él no le agradaba, quería verla con la hermosa sonrísa de siempre, pero sabía que eso era imposible. Disfrutaba el momento junto a ella, pero al mismo tiempo lo odiaba por hacerla sentir mal.

-L-lo siento- Tobe dió media vuelta, dándole la espalda a Pucca, abrió la puerta y salió de ahí, dejando a la chica en una completa soledad.

Lo único que aprendí fue amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora