Tengo que irme

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—....D-donde estoy? Q-que ha pasado?...—
Tobe abrió lentamente los ojos, no recordaba lo que había hecho ni en donde estaba, dirigió su vista hacia la ventana, aún era de noche, entonces vino a su mente lo que planeó hace unas horas y estaba a punto de levantarse exaltado, hasta que miró a su lado y vio el bello rostro de Pucca durmiendo tranquilamente, se había quedado dormido al estar tan cerca de su cálido cuerpo, pero, sentía algo más sobre él.
—Pero que...?—
Pucca estaba abrazada a su cuerpo, no podía creerlo, lo estaba abrazando solo a él y a nadie más. Acaso ella se habría despertado y lo vio a su lado? No, no era posible, Pucca apenas lo conocía, y además ella estaba semidesnuda, probablemente lo hubiera golpeado en una situación tan vergonzosa, o peor aún, se asustaría y gritaría pidiendo ayuda.

—Tal vez confundió mi cuerpo con alguna almohada— Pensó Tobe, aunque muy en su corazón, disfrutaba estar tan cerca de ella, podría permanecer así para siempre, pero, para su mala suerte tenía que irse ya, o todo lo que imaginó podía suceder esta vez si Pucca despertará.
Con mucho cuidado, se levantó de la cama muy despacio, moviendo lentamente el brazo de Pucca y dejándolo reposar sobre la cama, cubrió a la chica con las sábanas y antes de irse se acercó una vez más a su rostro.

—Pero que estoy haciendo?— Pensaba Tobe, aunque el lo sabía perfectamente, quería besarla, pero solo le dio un pequeño beso en la frente, no quería un beso del cuál ella no tendría ni el más mínimo recuerdo, ni tampoco quería un beso forzado por parte de Pucca, el esperaría probar sus labios cuando la joven se lo permitiera.
Se acercó hasta la ventana, y antes de cerrarla volvió su cabeza para ver a la chica una vez más, después saltó de la habitación y al tocar el suelo comenzó a correr muy rápido, su corazón saltaba de emoción y la adrenalina se hizo presente pues lo que más anhelaba por ahora era estar más cerca de su amada y esta vez lo consiguió, y sin que ella se diera cuenta, o eso era lo que él creía, pues el joven no notó que la navaja que llevaba con él había resbalado de su pantalón y la olvido en la cama de Pucca, pero por ahora no pensaba en otra cosa más que en esa dulce chica, y por que no, en su tan ardiente cuerpo. Así continuó fantaseando mientras corría hasta perderse en la oscura noche.



Hola gente hermosa :3 aprovecho este espacio pequeño para pedirles una enorme disculpa por todo este tiempo que no publiqué nada, ya ha pasado en otras ocasiones y la verdad me da mucha pena con ustedes por que se que les gusta la historia, pero la universidad no me ha dado tiempo para nada, y hay veces en las que quiero seguir la historia pero la falta de inspiración se hace presente y ajgsjagjah enserio odio cuando ocurre esto :c espero y puedan comprender, pero no se preocupen por que yo pienso en seguir la historia :) bueno, eso es todo, trataré de publicar más capítulos para ustedes, solo que serán un poco cortos, los amo chicos y chicas 💕

Lo único que aprendí fue amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora