Flor de Loto

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—¡¿Pero que estas diciendo?! ¡tú! ¡abusivo!—
Pucca al escuchar lo que Tobe le pedía como disculpa comenzó a golpearlo con ambas manos, Tobe se reía y lo unico que podía hacer era cubrirse con sus brazos, le parecía muy tierno ver como se molestaba la hermosa chica.

—¡Ja Ja Ja! Esta bien, ya, no te escandalices, solo era una broma—Tobe la detuvo sosteniendole sus brazos —Nunca besaría a una chica que más bien debe ser un duende, solo mira que enana estas—

Pucca al escucharlo decirle eso su rostro enrojeció, era una mezcla de enojo y vergüenza, pues sabia que su estatura no era muy alta.

—¿C-cómo te atreves? Tonto, no sé como pude pedir disculpas a un poste de luz como tu— Pucca aprovechó la gran estatura de Tobe para insultarlo.

—Ouch, acabo de escuchar a alguien decir algo, pero no la veo en ninguna parte, tal vez la he pisado sin querer— Tobe levantó uno de sus pies y revisó la suela de su zapato, comenzó a reirse y una guerra de insultos se desató entre ambos.

—¡Grrr! Gulliver...—

—Chibi—

—Piernas largas—

—Pulgarcita....—

—Torre de Babel....—

—¡Pitufina!—

—¡Girafa!— Al decir esto Pucca decidió aventarlo, pero Tobe era muy veloz asi que la tomó con ambos brazos y comenzó a reirse—

—Bien, tu ganas, parece que no eres tan dulce como pareces—

Pucca se sorprendió cuando Tobe la abrazó, pero, extrañamente no lo separó de ella.

—¡Tonto! Tu comenzaste a molestarme—

—Lo sé, perdona, en realidad, eres pequeña como una Flor de Loto— Cuando Tobe dijó eso Pucca se sonrojo.

—Ehh...la flor de loto no es tan pequeña ¿sabes?—

—Bueno, no me culpes, yo no se de flores y esas cosas de chicas, pero eres muy parecida a una— Tobe sentía los latidos de su corazón acelerarse, flotaba, suspiraba al estar tan cerca de Pucca.
La joven también se sentía extraña. ¿Por qué Tobe le habrá dicho algo que en vez de apodo se escuchaba mas bien como un piropo o una alabanza a su belleza? Estaba a punto de preguntarle cuando sintió que alguien separaba a Tobe de su cuerpo.

—¿Tu otra vez? ¡Es el colmo, otro reporte más en esta semana!— la directora de la escuela salió de su oficina y tomó a Tobe por el uniforme, haciendoló entrar, este miró a Pucca por última vez —¡Pucca! Te veo en la salida!—

—Jovencita, regresé a su clase ahora mismo o usted también tendrá su sanción— Le ordenó la directora a la joven.

Pucca salió corriendo, despidiendose de Tobe con la mano, ese mismo dia ambos volverían a encontrarse al finalizar las clases, el comienzo de una amistad.

Lo único que aprendí fue amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora