Lo único que aprendí fue amarte

Grieta en el corazón

—Vaya, ahora entiendo por qué se peina como una niña— Tobe reía satisfecho, aquel joven había huido por miedo a enfrentarse a él, o al menos eso penso hasta que alguien salió corriendo de entre la multitud, aventando a Tobe.

—¡Oye, fijate por dónde caminas!— Tobe gritó furioso, pero luego esa ira desapareció al ver a la chica de sus sueños correr detrás del joven de coletas, parecía divertida al hacerlo, y eso le asusto a Tobe, con él nunca había logrado sacarle ni una sonrisa y ese tipo....pareciera que a ella le comenzaba a gustar.

—¡No! ¡eso no lo puedo permitir!— Tobe salió corriendo, persiguiendo a la joven Pucca quién reia y saltaba alegremente por los pasillos del colegio, a solo unos cuantos metros de alcanzar a su amor plátonico quién se estaba quedando sin fuerzas y su velocidad comenzaba a disminuir.

Tobe sudaba frío, el cuerpo le temblaba, su mente no pensaba con claridad....tenia miedo, miedo de que Pucca se olvidara de él por un amor no correspondido, eso le dolía en el corazón.
Por un segundo perdió de vista a Pucca y a aquel chico, entró en pánico, se imaginaba lo peor, y lo peor era que ella....besara a aquel sujeto.

—¡No! ¡No puedo dejar que eso pase!—con mucho miedo comenzó a buscarla en todas partes, hasta gritaba su nombre pero no recibía respuesta alguna, solo el eco que se alejaba lentamente y lo hacia sentir más solitario de lo que ya era.
Corrió hasta agotarse, pensó que Pucca probablemente había regresado al aula y estaría sentada, en su banca, con la dulce sonrisa de siempre.
Eso lo calmó un poco, camino por los pasillos del colegio, estaba agotado, necesitaba descansar un poco. Llego al aula y al abrir la puerta sus ojos vieron que la pesadilla que tanto temía, estaba materializada frente a sus ojos.