Capítulo 2

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Cuándo entré en el cuarto ella ya había visto todo y me exclamó:

Madre de Harry enojada:

- ¡Harry! ¿¡Qué es esto!? ¿¡Quién es este chico!?

Harry nervioso:

- ¡Mamá no es lo que parece! Este chico es de mi clase.

Madre de Harry enojada:

- ¿Y por qué tienes todo esto? ¿Te volviste loco? Estaba pensando en que acabaras el curso, pero estoy pensando en hablar con el instituto para que acabes esta misma semana.

Entonces me enfadé muchísimo, se podía meter conmigo, pegarme e insultarme, me daba igual, ¡pero con mi Sebastián no! ¡CON ÉL JAMAS! Nunca permitiría que alguien me apartara de él, así que le di varias bofetadas mientras le gritaba:

Harry furioso:

- ¡Nunca te permitiré que me separes de mi Sebastián! ¡MALDITA ZORRA!

Estaba como ido, no me podía controlar y mi madre de lo asustada que estaba ni se movía, sólo lloraba. En ese momento llegó mi padre a casa, en cuanto vio el panorama me separó de mi madre rápidamente pero no me hizo nada, desde que pasó el incidente entre él y yo simplemente se limitaba a pasar de mí, pero mi madre le dijo haber qué hacían conmigo, que deberían llevarme a un manicomio o algo así por lo loco que me estaba volviendo. También le explicó lo del cajón.

Yo era consciente que ahora más que nunca querrían sacarme del instituto, la verdad es que estaba furioso y entonces recordé que había una chica en clase la cual había perdido a sus padres en un accidente, a esta chica al ya ser mayor de 16 años se quedó viviendo sola en su casa y pudo seguir estudiando. Entonces es cuando me vino la idea de matar a mis padres, cuando ellos murieran podría seguir viviendo en mi casa y además no estarían ellos para molestarme y sobre todo podre seguir con mis estudios y eso significaría poder seguir viendo a Sebastián.

Encontrar la mejor manera para matar a mis padres sin que me pillaran no fue difícil pues mi padre seguía maltratando a mi madre y la gente lo sabía. Y lo tuve claro, los mataría de manera que pareciera que mi padre había matado a mi madre y luego se había suicidado. Entonces fue cuando empecé a planearlo todo. Primero debía matar a mi madre para que cuando les hicieran el análisis de los cadáveres pareciera que mi padre se había suicidado después de asesinar a mi madre.

Era miércoles y llegué del instituto a casa, sólo estaba mi mamá y aparenté normalidad aunque en realidad estaba estudiando la manera y el sitio mejor para llevar a cabo mi plan, hasta tenía el cuchillo preparado, entonces mi madre me dijo que tenía que ir a comprar unas cosas y que se iba a vestir, y lo vi, era el momento perfecto, si la mataba en la habitación no tendría que esconder el cadáver para que mi padre no lo viera, nada mas entrara y así no habría tanto riesgo de dejar huellas.

Así pues me puse los guantes, tomé el cuchillo y me dirigí a la habitación de mi madre. Estaba cambiándose y entonces entré y ella me dijo:

Madre de Harry:

- Harry, hijo, ¿quieres algo?

Harry decidido:

- Sí, quitarte del medio de mi camino de una vez por todas.

Se me quedó mirando extañada y parecía que iba a decir algo pero no le di tiempo. Rápidamente saqué el cuchillo y se lo clavé en el estómago. Sus ojos parecían salirse de sus órbitas y me miraba agonizante, con la poca voz que le quedaba me preguntó:

Madre de Harry agonizante:

- ¿Po-por qué haces esto...?

Yo simplemente le dije:

Harry decidido:

- ¡Porque lo amo!

Y acto seguido le clave una segunda puñalada que acabó con su vida. En ese momento sonó el móvil de mi mamá y fui a mirar qué era, y eran varios WhatsApps de un tal Héctor que le preguntaba a mi madre que cuándo volverían a verse en aquel hotel del centro. Mi felicidad en ese momento fue máxima, eso me venía perfecto para mi plan.

Dejé el móvil al lado de mi madre para que parezca que ese fue el motivo por el cual la había matado mi padre. Y corriendo fui a prepararme, sólo quedaba una hora y media para que mi padre llegara de trabajar y yo debía hacer muchas cosas. Metí los guantes y la ropa que había usado en una bolsa, después de asesinar a mi padre ya la tiraría con todas las cosas que podrían incriminarme, así que me duché y me arreglé. Me puse bastante sexy para la ocasión, debía seducirlo para que todo fuera bien. A las 9:00 p. m. escuché que abrían la puerta, era mi padre que ya había llegado. Yo había preparado 2 copas con ron, el que era para él le había puesto somníferos.

Cuando entró pude apreciar que estaba un poco borracho y entonces sonreí, eso no hacía mas que favorecer mi plan. Me acerqué a él con las copas y le dije que mi madre había salido y que si hablamos un rato mientras nos tomábamos una copa. La verdad es que dudó un poco pero como estaba borracho y yo muy guapo aceptó.

Y entonces me dijo:

Padre de Harry ebrio:

- ¿A dónde a salido tu madre? ¡No! Espera, no me digas, me importa demasiado poco en verdad. ¿Sabías que te ves muy guapo?

Yo la verdad es que estaba nervioso, temía que algo saliera mal. No obstante seguí con mi plan, después de haber matado a mi madre ya no podía echarme hacia atras así que le dije:

Harry seductor:

- ¿Sí? ¿Crees que estoy guapo? Pues sentémonos, lo vamos a pasar muy bien

Me daba un asco tremendo ese señor que se suponía que era mi padre y aún así no disimulaba sus asquerosas intensiones conmigo, pero no me quedaba más remedio, debía seguír con el plan. Cuando ya estábamos los dos en el sofá tomé mi copa y le dije que brindáramos y así lo hicimos. Era un alcohólico así que para mi suerte se bebió de un trago el ron por lo que en menos de 2 minutos ya estaba completamente dormido.

La manera en la que lo maté fue inyectándole aire con una jeringuilla en una vena, eso era una muerte segura y rápida. Para ser sincero habría preferido haberle hecho sufrir un poco más después de todo lo que me había hecho pero debía parecer un suicidio. Después de inyectarle el aire lo arrastré a la habitación donde estaba mi madre. Los dejé a los dos cerca y al móvil de mi madre en la mesita con el mensaje de ese tal Héctor abierto para que cuando la policía lo viera pensara que había sido un asesinato por celos.

Cuando acabé todo, me di prisa para meter en una bolsa todas las cosas que podían incriminarme y las tiré a la basura, subí a casa y llamé a la policía. El caso quedó como un asesinato y suicidio apasional y lo cerraron, en cuanto a mí al ser mayor de 16 años se me permitió seguir viviendo solo en mi casa, eso sí, una asistente social vendría a verme una vez por semana y se encargaría de que todo estuviera en orden. Además pude seguir con mis estudios porque mis padres tenían muchos ahorros.

Todo había salido como lo había planeado, yo no podía estar más feliz. A partir de ese momento viviría solo y por lo tanto podía hacer lo que quisiera y me dedicaría en cuerpo y alma a conquistar a Sebastián.

Una Obsesión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora