Al cabo de cinco horas (eran ya las 10:00 de la noche) empecé a escuchar murmullos que venían de la habitación de mis padres, entré y efectivamente era el padre de Sebas que ya se había despertado, entonces, le dije que si no empezaba a gritar le quitaría el pañuelo de la boca y me indicó con la cabeza que estaba de acuerdo, se lo saqué y empezó a balbucear que lo dejara salir por favor, que no diría nada a nadie y todas esas tonterías. Yo me puse muy serio y le dije:
Harry decidido:
- Lo siento mucho, pero eres un obstáculo entre Sebas y yo, le querías presentar a otra persona y eso no me gustó nada. No me importa contra quién tenga que ir con tal de que no me separen de Sebas.
Entonces él me contestó:
Padre de Sebastián asustado:
- Te juro que ya no le presentaré nadie, además aceptaré su relación.
Harry decidido:
- Sintiéndolo mucho no te creo nada.
Entonces le volví a poner el pañuelo en la boca y me salí de la habitación, empezó a murmurar aún más fuerte pero no me preocupé porque sabía que desde afuera de la casa no lo escucharía nadie así que tranquilamente me fui a mi habitación a descansar.
Al día siguiente fui al instituto y me encontré a Sebas, entonces se echó a llorar diciéndome que su padre había desaparecido, que no sabían dónde buscar ni dónde estaba y que ya habían llamado a la policía pero que debía transcurrir un lapso de 3 días para poder dar a alguien como desaparecido.
Pasaron varias semanas y yo seguía teniendo al padre de Sebas atado a la cama y amordazado, yo sólo le quitaba la mordaza una vez al día para darle comida y agua, sin embargo Sebas seguía igual de deprimido ya que veía que iba pasando el tiempo y su padre no aparecía, poco a poco parecía que iba perdiendo la esperanza. No obstante eso no era del todo malo ya que al estar mal anímicamente se apoyó mucho en mí y eso reforzó nuestra relación ya que hacíamos muchas cosas juntos, nos íbamos al parque de atracciones, también íbamos a pasear, a tomar refrescos y muchas cosas más. Estábamos en ese sentido los dos muy felices pero había un pequeño problema, nos amabamos tanto que queríamos fundirnos los dos en un sólo ser. El pequeño problema es que no sabíamos dónde hacerlo ya que en su casa estaba su madre y en la calle no podíamos, entonces fue cuando él me dijo:
Sebastián excitado:
- Harry, tú vives solo, ¿no? Tenemos tu casa para hacerlo, la verdad... yo tengo muchas ganas, te quiero mucho y para mí esa es una manera de demostrártelo.
Se me vino el mundo encima, ¿cómo iba a llevarlo a mi casa si tenía a su padre allí mismo secuestrado? Y no podía decirle que no ya que Sebas podría pensar que no lo quería. Entonces pensé en que podría darle a su padre los mismos somníferos que le di el día que lo secuestré, entonces no habría problema de que hiciera ruidos en el rato que Sebas pasaba en mi casa.
Hablé con Sebas y le dije que podíamos quedar el domingo por la tarde en mi casa pero que me enviara un mensaje media hora antes de llegar.
Llegó el domingo y yo ya tenía preparado los somníferos, ese día se los echaría en el agua que le daba a la hora de comer así que esperé a que Sebas me enviara el mensaje para darle la comida a su padre. Finalmente Sebas me envió el mensaje y yo le di la comida y el agua al padre de Sebas y quedó completamente dormido. Yo calculaba que con la cantidad que le había dado era suficiente para que estuviera dormido unas 3 horas.
Entonces Sebas tocó la puerta y le abrí, le hice pasar y le dije:
Harry nervioso:
- Por favor siéntate, ¿quieres algo de beber?
Sebastián sonriente:
- Sí por favor, vengo muerto de sed.
Harry nervioso:
- Está bien, ya te lo traigo.
Me dirigí hacía la cocina y le traje una gaseosa con una bolsa de papitas. Entonces empezamos a hablar:
Sebastián impaciente:
- Harry, llevo mucho tiempo esperando este día, sin embargo estoy muy nervioso...
Harry nervioso:
- Yo también, pero como tú tengo muchas ganas.
Nos terminamos la gaseosa y las papitas y fuimos hacía la habitación. Los dos nos moríamos de vergüenza, sin embargo nos tumbamos en la cama e hicimos el amor.
No hay palabras que describan la gratificante sensación que sentíamos, los dos estábamos muy felices, al fin eramos uno, cuando de repente Sebas se vino dentro de mí, la verdad se sentía muy bien y cayó exhausto, su bello rostro sonrojado era muy hermoso, yo también estaba exhausto y los dos nos quedamos dormidos.
Cuando desperté no sabía muy bien ni dónde estaba pero entonces vi a Sebas y me acordé, me sentía muy feliz de verlo dormir con esa carita tan tierna que tenía, pero de repente toda esa felicidad se esfumó cuando me acordé que tenía a su padre en la habitación de al lado y que Sebas no podía estar ahí mas de 3 horas.
Miré rápidamente el reloj y vi que eran las 7:55 p. m. faltando exactamente 5 minutos para que el padre de Sebas se despertara. Me di prisa para despertar a Sebas y él al abrir los ojos se puso muy romántico y sensual y empezó a besarme, sin embargo con todo el dolor del mundo tuve que quitármelo de encima y decirle que se fuera, él se extrañó mucho de que tuviera tanta prisa entonces yo le dije que lo hacía por él porque si tardaba mucho en llegar a casa su madre se preocuparía mucho.
Se vistió y cuando ya estaba en la puerta despidiéndose fue a darme un beso cuando se empezaron a escuchar los murmullos de su padre
Sebastián extrañado:
- ¿Qué es eso?
Harry nervioso:
- Na-nada, por favor vete.
Sin embargo, Sebas no me hizo caso, me apartó y se dirigió a la habitación de mis padres guiándose por el ruido de los murmullos. Yo fui corriendo detrás de Sebas gritándole para que se detuviera, sin embargo fue demasiado tarde, él ya había visto todo.
Se quedó paralizado de la sorpresa y del miedo, entonces yo me puse detrás de él y le dije:
Harry decepcionado:
- ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué tuviste que arruinarlo todo de esta manera? Con lo bonito que iba todo...
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Una Obsesión.
Misterio / SuspensoMi primer contacto con el chico comenzó un día normal y corriente. Estábamos a mediados de abril, el chico que se llamaba Sebastián llevaba un mes en nuestra clase. Ese día al salir de clases estaba lloviendo y por buena o por mala suerte había deja...