Una Obsesión.

Capítulo 18

Al escuchar eso me quedé roto y empecé a llorar y entonces Sebas se puso triste y se acercó a mí también llorando, me abrazó y me dijo:

Sebastián llorando:

- Perdóname, me he pasado yo no sabía lo que estaba diciendo, no llores por favor.

Me tranquilicé un poco y también lo abracé pero en ese momento llegó el padre de Sebas y nos vio y entonces él dijo enfurecido:

Padre de Sebastián furioso:

- ¿Ya vuelves a estar aquí? Estamos cansados ya de ti, qué ganas tengo de que acabes ya tras las rejas.

Yo entonces me aparté de Sebas diciéndole:

Harry muy calmado:

- Espera un momento.

Él me miró asustado y yo me dirigí hacia mi bolso con una total tranquilidad, seguidamente saqué el cuchillo que traía y fui directo a apuñalar al padre de Sebas, pero entonces como el padre de Sebas empezó a gritar su madre llegó corriendo y justo cuando iba a clavarle el cuchillo a él se metió ella por el medio y sin quererlo la apuñalé. Cuando cayó al suelo me quedé parado como en shock, no podía creer lo que acababa de hacer y el padre de Sebas también miraba la escena sin decir nada pero entonces Sebas se acercó a su madre llorando y abrazádola y le dijo gritándole a su padre:

Sebastián desesperado:

- ¡Llama una ambulancia!

Cosa que el padre de Sebas fue rápidamente a hacer, mientras que Sebas giró la cara hacia mí y me dijo:

Sebastián furioso:

- ¡¿Cómo has podido hacer esto?! ¡¡¡TE ODIO!!! ¡Ahora sí que tengo claro que no quiero verte más! ¡Vete de aquí y no vuelvas nunca más! ¡Te juro que si algo malo le pasa a mi madre... YO MISMO SERÉ CAPAZ DE MATARTE!.

Me fui corriendo con lágrimas en los ojos por la ventana que había roto para poder entrar. Mientras tanto ya en mi casa las horas iban pasando pero yo no sabía nada de Sebas y la verdad es que no me atrevía a llamarlo ni a enviarle ningún mensaje para preguntarle cómo estaba su madre después de lo que había pasado, pero entonces sonó mi teléfono y fui corriendo a ver qué era y vi que era un mensaje de Sebas, me medio alegré pero cuando lo abrí casi me muero. El mensaje decía:

Mensaje de Sebastián:

- Mi madre está muerta.

Cuando lo leí me sentí morir, no había manera de arreglar eso, yo sabía que él quería mucho a su madre y que nunca me perdonaría por ello.

Harry en su mente:

- ¿Qué puedo hacer? ¿Qué puedo hacer? ¿Qué puedo hacer...?

No obstante decidí ir a buscarlo, decidí ir al hospital para preguntar en recepción a dónde habían llevado el cadáver de la madre de Sebas y dónde iba a ser el velorio y todo eso. Cuando llegué hablé con la chica de recepción y le dije que la madre de Sebas era una amiga de la familia y que dónde habían llevado el cuerpo. Pero mi sorpresa fue cuando ella me dijo:

Chica de recepción:

- Ja, ja creo que estás confundido, ella no está muerta, tuvo muchísima suerte ya que la herida del cuchillo no fue tan profunda y además también la atendimos a tiempo. Ella se hospeda en la habitación número 114 en el 4to piso.

Yo no entendía nada pero de todos modos me dirigí hacia la habitación a ver qué pasaba, cuando llegué a la habitación donde estaba la madre de Sebas me escondí detrás de la puerta y vi que estaba con ella el padre de Sebas.

Madre de Sebastián un poco débil:

- ¿Dónde está Sebastián?

Padre de Sebastián:

- Él no podrá venir por unos días porque está muy afectado por todo esto.

Ahora entendía todo, el padre le había mentido a
Sebas diciéndole que su madre está muerta para que así me odiara más y no quisiera saber nada de mí. Tenía que avisarle a Sebas lo más pronto posible de que su madre estaba viva, luego salí del hospital en dirección a su casa y mientras intentaba llamarlo pero él no contestaba.

Cuando llegué a su casa vi que no habían arreglado aún la ventana así que entré por ahí, fui buscando por la casa, no tenía ni idea de dónde se encontraba Sebas pero cuando entré en su habitación lo vi, estaba sentado en una silla y además tenía la cara totalmente desencajada de tanto llorar. Yo entonces fui a decirle:

Harry apresurado:

- Sebas, tu madre-

Iba a terminar la frase pero Sebas no me dejó terminar. Vi como él tomaba un cuchillo que tenía al lado y mirándome con odio me dijo:

Sebastián furioso:

- ¡Voy a vengar la muerte de mi madre!