Capítulo 15

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Fuimos a mi casa ayudándole a andar porque el pobre estaba muy débil, cuando llegamos lo ayudé a sentarse y preparé algo de comer para los dos. Cuando acabamos de comer los dos nos quedamos dormidos, dejé de dormir cuando sentí que una mano me estaba acariciando, al abrir los ojos vi que era Sebas, le sonreí y me dijo:

Sebastián enamorado:

- Precioso, es hora de que despiertes.

Lo vi más animado, se notaba que el haber comido le había dado energías. Simplemente le sonreí y me dijo:

Sebastián coqueto:

- Necesito darme un baño, ¿y si lo hacemos juntos?

Me puse rojo como un tomate pero le dije que sí sin dudarlo, no era momento para vergüenzas. Mientras nos estábamos bañando me dijo:

Sebastián coqueto:

- Gracias por haberme salvado, cada vez me doy más cuenta de que te amo.

Me puse muy nervioso y le dije:

Harry nervioso:

- ¿Salimos de la ducha?

Y fuimos hacia la habitación, los dos estábamos nerviosos porque sabíamos lo que iba a pasar. Y así fue nos estiramos en la cama he hicimos el amor.

Cuando acabamos él me dijo:

Sebastián excitado:

- Sé que te lo he dicho muchas veces, pero te amo y no te quiero perder, pero siento que va a pasar.

Me le quedé mirando sorprendido y le dije:

Harry preocupado:

- ¿Por qué dices eso?

Y él me dijo:

Sebastián preocupado:

- Bueno, está mi padre, Taylor, la denuncia que te han hecho, dime, ¿qué se supone que vamos a hacer?

Yo muy seguro de mí mismo le contesté:

Harry confiado:

- Lo que haremos será acusarlos de secuestro por lo que tu padre te había hecho, eso más que un testimonio haría pensar al juez que yo no había hecho nada de lo que me acusaban.

Pero entonces él se me quedó mirando bastante serio y me dijo:

Sebastián serio:

- Pero sí hiciste todo eso.

Me quedé sorprendido con esa respuesta y le dije:

Harry enfadado:

- Creí que me habías perdonado, te prometí que no mataría nunca más a nadie y lo he cumplido, por eso antes sólo he apuñalado a tu padre en una pierna para salvarte y no en otro sitio donde pudiera haber muerto.

Sebastián serio:

- Sí, tienes razón, y sólo por eso es que estoy aquí contigo, pero tampoco quiero acusar a mi padre así que iré a hablar con él, le diré que retire la denuncia en tu contra y así ya no habrá problema de ningún tipo.

Harry algo asustado:

- Pero, Sebas, no me fio de que vayas a hablar con tu padre. ¿Y si vuelve a secuestrarte? ¿Y si te habla mal de mí? ¿Y si-

Sebastián enfadado:

- ¡Ya, Harry! ¡Cállate de una vez y no me hagas enfadar! Si tuviera que pensar tan mal de la gente ahora mismo no estaría en esta cama contigo, ¿no crees?

Me quedé muy triste al escuchar eso, me di cuenta de que después de todo lo que le había hecho a Sebas sería muy difícil recuperar su confianza y aunque estaba claro que él me quería, sin confianza una relación no iba a ningún lado. Cerré los ojos y se me salieron algunas lágrimas pensando en esto pero Sebas no me consoló, parecía medio enfadado.

Vi cómo se vestía y salía de mi casa para ir a hablar con su padre, quería seguirlo pero pensaba que no me convenía hacerlo enfadar así que preferí no arriesgarme. Pero yo era un chico de acción, no podía estar sin aprovechar el tiempo así que decidí ir a tener unas palabritas o algo más con Taylor. Esta vez me preparía para la ocasión así que tomé una hacha y la metí en mi bolso, luego me dirigí a la casa de Taylor ya que sabía dónde vivía por las miles de veces que los había seguido a ella y a Sebas.

Cuando llegué a su casa simplemente piqué al timbre, Taylor me abrió y se me quedó mirando con cara de la gran cosa, esa chica había pasado de tenerme miedo a creerse mejor que yo, me parece que debía enseñarle quién era el que mandaba. Después de mirarme con esa cara me dijo:

Taylor confiada:

- ¿Qué coño haces aquí? ¿Aún no estás en la cárcel, puto loco?

Harry sarcástico:

- ¡Ja, ja, ja! Para tu información no estoy en la cárcel ni lo voy a estar. Rescaté a Sebas del secuestro donde lo tenían sometido y los que van a ir a la cárcel serán el padre de Sebas y tú, ¡banda de hijos de puta!

Su expresión de creerse mucho cambió a una de miedosa y me dijo:

Taylor nerviosa:

- Mira, Harry, yo no sé de qué estás hablando.

Harry confiado:

- ¡Ya claro!, ja, ja. Por cierto... ¿estás sola?

Taylor nerviosa:

- Sí, claro, ¿por qué lo preguntas?

Me contestó en tono de desconfianza y le dije:

Harry coqueto:

- Para que me dejes pasar y hablemos porque, chica, de verdad eres una maleducada, ni un té me has ofrecido.

Le dije con una sonrisa seductora y un guiño. Ella dudó pero supongo que pensó que podíamos llegar a un acuerdo sobre las denuncias y me dejó entrar. Al entrar me dejó sentarme en su sala de estar y me dijo que iba por un té, yo no me fié así que dejé mi hacha en un lugar no muy visible pero de rápido acceso.

Taylor llegó con el té y me dijo:

Taylor confiada:

- Mira, Harry, podemos hacer una cosa: tú no me denuncias a mí y yo convenzo al padre de Sebastián para que quite la denuncia en tu contra.

Harry decidido:

- No, si Sebas ya ha ido a hablar con su padre, por eso no hace falta que te preocupes

Taylor pensativa:

- ¡Ah!, ya veo...

Me dijo quedándose muda.

Una Obsesión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora