Capítulo 5

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Lo primero que hice al volver a a casa fue quemar la ropa que había usado al matar a Ashley para que cuando descubrieran el cuerpo si investigaban no hubieran pruebas que me incriminaran. Pasé el fin de semana en casa pero muy feliz, había eliminado al obstáculo y además Sebas me quería.

Llegó el lunes y al entrar a clases vi que habían varios policías y la profesora explicó que habían encontrado ese fin de semana el cuerpo Ashley. La verdad es que me lo imaginaba porque lo había dejado muy cerca de la casa pero es que no fue un asesinato planeado, por lo tanto tuve que ir improvisando. No obstante tampoco me preocupé ya que no parecía que sospecharan de nadie pero se ve que querían hablar con todos y cada uno de nosotros para saber la última vez que la habíamos visto. La policía habló con cada uno de los alumnos incluyéndome a mí y todo salió a la perfección ya que les dije que la última vez que la había visto había sido a la hora de ponernos a dormir y no sospecharon nada. Los policías dijeron que seguirían investigando el caso y aunque me sentía más feliz que nunca debía disimular ya que todos los alumnos estaban muy nerviosos y asustados por lo que había pasado, la verdad es que encontrarse una compañera asesinada en unas colonias no suele ser lo más normal.

Como era de esperar los chicos con los que iba a hablar decían que debíamos ir al velorio, ellos estaban horrorizados y con más razón ya que Ashley era de nuestro grupo. Yo iría con ellos ya que ante todo debía disimular. El velorio fue al día siguiente, me puse ropa negra y elegante y me dirigí al velorio y cuando entré vi a mucha gente que no conocía así que me puse bastante nervioso y no sabía a dónde ir o a quién dirigirme, pero en medio de mi desesperación localicé a mis amigos y me dirigí rápidamente hacía ellos, y me dijeron que fuera a darle el pésame a los padres de Ashley y me señalaron dónde estaban. Al verlos me quedé paralizado, estaban empapados en lágrimas y destrozados pero debía aparentar normalidad, entonces me dirigí a ellos y les dije:

Harry apenado:

- Lamento mucho su pérdida, ella era una buena amiga...

Madre de Ashley:

- Gracias cariño, ¿cuál es tu nombre?

Harry apenado:

- Me llamo Harry.

Madre de Ashley:

- ¡Ah! Sí, ella te había nombrado en alguna ocasión, nos dijo que te habías unido a su grupo de amigos.

Harry apenado:

- ¿Sí? Bueno si me disculpan iré a verla, me gustaría despedirme...

Madre de Ashley:

- Claro que sí, cariño.

La verdad es que estaba en shock los padres de la chica que yo había asesinado eran personas amables y que ahora estaban destrozados por mi culpa. No obstante tampoco me arrepentía, quién sabe que habría pasado si no la mataba. Sebas habría podido cambiar de opinión y preferirla a ella y ahora estaba claro que eso no iba a pasar. Me fui con mis amigos que estaban observando a Ashley mientras lloraban, al acercarme y verla me dí cuenta de la magia del maquillaje, no había rastro de aquella cara que tenía cuando acabé de degollarla de hecho la vi bastante bonita, estaba mirándola cuando vi a Sebas a pocos metros, mis amigos me dijeron que se tenían que ir pero yo les dije que me quedaría un rato más despidiéndome de Ashley. Cuando se fueron me acerqué a Sebas y le dije:

Harry apenado:

- Hola, Sebas, ¿cómo estás? Imagino que como todos, yo no me puedo creer esto que haya pasado...

Entonces pasó algo que jamás hubiera imaginado, se echó a llorar y me dijo:

Sebastián destrozado:

- Vino a mi cuarto esa misma noche y me dijo lo que sentía por mí y yo le hablé fatal, nunca imaginé que esto iba a pasar, de haber sido así no la hubiera tratado como lo hice, ahora la culpa me come por dentro.

A mí sí que me comía la rabia por dentro, ¿qué no la tenía que haber tratado como lo hizo, y qué se suponía que tenía que haber hecho, corresponder sus sentimientos y al beso que le dio? Ahora sí que tenía claro que hice bien en matarla. No obstante me sentía mal por él, mi gran amor estaba triste y era culpa mía, así que para compensarlo lo abracé y le dije que no se preocupara porque esté donde esté Ashley seguro que lo perdonaba. La verdad es que estaba sorprendido de cómo iba tomando cada vez más confianza con Sebas, antes ni siquiera era capaz de dirigirle la palabra y ahora hasta lo abrazaba. Él también me abrazó y empezó a llorar más fuertemente y sentí mi corazón ir más rápido. Me sentía tan a gusto con él. Entonces se separó y me dijo que se tenía que ir pero antes me pidió mi número de teléfono. Llegué a casa muy feliz, me hice tranquilamente la cena y también me duché y cuando estaba apunto de quedarme dormido recibí un WhatsApp, era de Sebas y decía:

WhatsApp de Sebastián:

- Me ha encantado verte hoy, estaba muy deprimido pero tú le has dado algo de luz a mi día. Mañana en clases te veo, Harry. ;)

No me lo podía creer, me quedé dormido con una sonrisa en la cara y esperé a que fuera el martes para verlo en clases. Al día siguiente al entrar en clases vi a Sebas y le sonreí acordándome del WhatsApp que me había mandado él día anterior, nos pasamos todas la clases mandándonos mensajitos por el teléfono y hasta hubo un profesor que nos llamó la atención y nos dijo que nos salieramos castigados al pasillo.

Harry en su mente:

- Eso más que un castigo es un regalo.

Pensé yo. Cuando estábamos afuera Sebas me dijo:

Sebastián sonriente:

- Creo que nos hemos pasado un poco ja, ja.

Harry sonriente:

- Sí... Pero nos lo hemos pasado bien.

Sebastián decidido:

- ¡He tenido una idea! ¿Y si nos escapamos?

Harry confundido:

- ¿Escaparnos?.

Le contesté extrañado ya que no sabía muy bien a qué se refería

Sebastián sonriente:

- ¡Sí! Saltarnos las clases y tomarnos el día para nosotros dos. Sé de un parque muy bonito donde podríamos ir.

Harry sonriente:

- ¡Por supuesto!

Le dije que sí sin dudarlo y fuimos, de camino al parque había un puesto de churros y cada uno compró una bolsita y descubrimos que nos encantan los churros. Hablamos durante un largo rato y él me contó que sus padres se habían tenido que mudar de Latinoamérica porque a su padre lo habían enviado para acá por el trabajo ya que que los tres vivían de su sueldo, además tanto él como yo no tenía hermanos. Yo también le conté la mentira de mis padres, que mi padre había asesinado a mi madre y que luego se había suicidado y yo ahora vivía solo controlado por un asistente social que venía a verme de vez en cuando. Al contarle esto él se me quedó mirando muy sorprendido y horrorizado y me dijo:

Sebastián un poco asustado:

- Lo siento... De verdad que mal lo tuviste que haber pasado... y yo quejándome porque me tuve que mudar ya que ahí tenía mis amigos. Lo mío es una tontería comparado con lo que has tenido que pasar tú.

Harry sonriente:

- ¡No te preocupes! Cada uno tenemos nuestro drama, además ya no pienso mucho en ello. ¿Por qué en lugar de hablar de cosas tristes no vamos al parque del que me hablaste?

Sebastián decidido:

- ¡Sí! Vamos que tengo muchas ganas de que lo veas.

Una Obsesión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora