Capítulo 11

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Cuando Sebas abrió los ojos estaba muy desorientado y exclamó:

Sebastián desesperado:

- ¡¿Qué hago aquí atado?! ¡¿Qué es todo esto?!

Entonces yo le contesté:

Harry furioso:

- ¿Es que acaso no lo ves? ¡Vas a pagar por todo el daño que me has hecho, Sebastián, al igual que esta zorra! Antes te quería como nunca había llegado a querer a nadie en el mundo pero ahora lo que siento por ti es un odio terrible, ¡un odio incluso más fuerte incluso que el que llegué a sentir por mis padres!

Sebastián nervioso:

- Harry... Imagino que lo que pasó con tus padres debió ser muy duro... lo de que tu padre matara a tu madre y luego se suicidara... ¡pero ni Taylor ni yo tenemos la culpa de esa gran desgracia, ni tampoco justifica que secuestres a mi padre! Y... aunque ahora no te lo creas... yo te quiero mucho...

Harry psicópata:

- ¡JAJAJAJAJAJAJA!

No pude evitar una gran carcajada

Harry psicópata:

- ¿Que tú me has querido mucho? Tú no sabes lo que es querer, tú no sabes lo que es amar. ¡Esas son dos cosas que yo he sentido por ti, no tú por mí! Y por cierto, eso no fue lo que pasó con mis padres, lo que realmente pasó es que yo lo maté.

Sebastián abrió mucho los ojos y se quedó boca abierta, como si hubiera visto un fantasma y entonces yo le dije:

Harry psicópata:

- ¡Sí! Así como lo oyes. Los dos me maltrataban y yo los maté y no me arrepiento de hacerlo. ¿Sabes por qué te cuento esto ahora? Porque no hay peligro alguno de que vayas a contar nada ya que hoy los dos van a morir.

Esperaba que Sebastián empezara a llorar y a suplicar por su vida pero en vez de eso me dijo muy tranquilo:

Sebastián destrozado:

- ¿De verdad crees que te iba a delatar? Harry... no le conté a nadie que secuestraste a mi padre... ¿cómo iba a contarle a alguien lo que le hiciste a tus padres? Harry yo te quería y yo de hecho te quiero, te quiero muchísimo.

Mi corazón me empezó a ir muy deprisa, aunque no lo quisiera admitir aún lo quería mucho. Se me salieron algunas lágrimas por lo que me había dicho Sebastián, sin embargo no podía evitar pensar que si me quería, entonces por qué estaba con Taylor. Y no obstante sin dudarlo se lo pregunté:

Harry confundido:

- Si me quieres... ¿entonces por qué estás con Taylor?

Sebastián tratando de calmar a Harry:

- Está bien, te lo explicaré, cuando empecé a salir contigo me enamoré muchísimo, te quería demasiado pero cuando pasó lo de mi padre y cortamos yo estaba destrozado. Pero entonces apareció Taylor y aunque no la quería fue como una vía de escape, como una manera de olvidar de todo lo que había pasado.

Yo estaba muy feliz escuchando lo que decía Sebastián, ya que había dicho que no la quería y que sólo estaba con ella para olvidarme a mí cuando él continuó hablando

Sebastián tratando de calmar a Harry:

- Pero eso fue al principio... con el tiempo fui aprendiendo a quererla y a olvidarte a ti.

Eso me sentó igual que si me hubiesen clavado un puñalada, enfurecí completamente y me dirigí hacia la cocina y tomé un cuchillo y seguidamente volví a la sala y dije dirigiéndome a Sebastián:

Harry psicópata:

- ¿Así que fuiste aprendiendo a quererla? Pues a ver si aprendes a verla sufrir, ¡a verla sufrir como he sufrido yo!

Dije enfurecido clavándole el cuchillo en la pierna a Taylor, entonces ella se despertó de golpe gritando y llorando y yo me reí muchísimo, eso había sido demasiado divertido. Sebastián empezó a gritar desesperadamente tratando de salir de la silla y diciendo:

Sebastián desesperado:

- ¡Déjala! ¡No le hagas daño a mi novia!

Cuando para su sorpresa Taylor dijo en un apuro:

Taylor desesperada:

- ¡Por favor no me mates, no me hagas daño! Si quieres quedarte con Sebastián, quédatelo, incluso si lo quieres matar hazlo pero te lo ruego, ¡no me hagas daño!

Sebastián se quedó mudo de la sorpresa y parecía desolado, yo no pude evitar sentirme fatal, aunque ahora lo odiara lo había querido mucho y estaba sufriendo por culpa de esa zorra, pero eso iba a durar poco ya que levanté el cuchillo decidido a darle una segunda puñalada pero esta vez en un sitio más vital para que acabara con su vida cuando empecé a escuchar que intentaban abrir la cerradura. Eran los padres de Sebastián que ya habían llegado a casa pero no podían entrar por la llave que yo había dejado por dentro, sabía que no tardarían en hallar alguna forma de abrir la puerta ya que Taylor empezó a gritar pidiendo auxilios mientras que Sebastián simplemente seguía en shock por haber visto que a Taylor no le importaba que lo mataran con tal de salvar su vida.

Para que no me vieran me fui saltando por la ventana ya que sólo era un primer piso, lo primero que hice al llegar a mi casa fue empacar todas mis cosas, no podía estar mucho tiempo allí ya que pronto la policía vendría a buscarme, pues aunque Sebastián no quisiera delatarme, Taylor sí lo haría sin dudarlo. Así pues empaqué todas mis cosas y me fui a una casa pequeña que mis padres tenían en un bosque, no era gran cosa pero era mejor que ir a la cárcel, a allí me quedaría por el momento.

Al pasar toda la noche en esa casa solo, tuve mucho tiempo para pensar en lo que había pasado, y me di cuenta de que toda la culpa era de Taylor y no de Sebastián, y también de lo mal que había hecho en querer matarlo a él también. Analizando bien los hechos, él aún me quería, sólo que estaba demasiado herido por todo lo que había pasado, pero el problema estaba en que ahora ya no podría volver a clases ni volver a estar con Sebastián, ya que seguro que Taylor ya había avisado a la policía de los hechos.

Decidí que el día siguiente iría al instituto sin que nadie se diera cuenta a espiar a Sebastián.

Una Obsesión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora