Capítulo 3

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Llegó el verano y aunque estaba más o menos feliz, ya que ya no tenía a mis padres molestando, me aburrí muchísimo, eso era debido a que no tenía amigos, me abría gustado pasarme el verano espiando a Sebastián pero me enteré en clases de que pasaba todo el verano en su pueblo.

Finalmente, después de casi 3 largos meses llegó el 15 de septiembre, el primer día de clases. Al fin volvería a ver a Sebastián. Y pasó, cuando lo vi entrar por la puerta del salón mi corazón empezó a irme muy deprisa y casi se me sale cuando ya lo tuve cerca. Estaba tan guapo como siempre, su precioso cabello castaño, su bonita piel clara y sus hermosos ojos claros. Me había pasado el verano ensayando las cosas que le diría nada mas al verlo pero a la hora de la verdad sólo fui capaz de pronunciar un tímido "Hola" el cual fue respondido educadamente. Qué decepción, me sentí realmente tan frustrado y triste, no obstante no me rendiría hasta conseguir conquistarlo.

Los días iban pasando y todo iba más o menos bien. Mis notas eran muy buenas pues aunque me pasaba todo el día obsesionado con Sebastián también dedicaba tiempo a estudiar y a las tareas del hogar. Esto era muy importante ya que al ser menor de edad tenía una tutora que se encargaba de comprobar de que todo en mi vida fuera correcto y además hacía visitas cada 2 o 3 semanas. Si algo fallara podrían internarme en un centro de menores, eso sería realmente horrible ya que no podría ver a mi gran amor, así que me esforzaba muchísimo para que no ocurriera.

Un día los profesores nos dijeron que haríamos como unas mini colonias 3 días y 2 noches. Iríamos a una casa que estaba en el bosque, allí haríamos diversas actividades que nos ayudarían a hacer nuestro trabajo de ciencias naturales. Yo la verdad es que me puse muy contento, eso suponía dormir en la misma casa que Sebastián, aunque también tendría que ir con cuidado para que ninguna persona de la clase intentara algo con él, sería capaz de matar con tal de que eso no ocurriera.

Finalmente ese día llegó, quedamos todos los alumnos y los 2 profesores encargados del grupo delante del colegio a las 8:00 a. m. para tomar el autobús. Yo me senté con un grupo de 3 chicos que me había hecho más o menos amigo, no tenía interés en ellos pero tampoco iba a estar solo ya que Sebastián pensaría que era un raro. Desde la posición en la que estaba podía verlo perfectamente y eso me encantaba, los chicos no paraban de hablar de sus cosas pero a mi la verdad es que yo sólo estaba pendiente de Sebastián. Hubo un momento en el que miró hacía nosotros y yo desvíe la mirada, recé para que no se diera cuenta de que lo estaba observando y me morí de la vergüenza.

Al cabo de 3 horas llegamos a la casa, era una casa bastante antigua perdida en mitad del bosque, pero constaba con 2 habitaciones grandes, en una dormiría el grupo 1 y en la otra el grupo 2. Al llegar los profesores nos dijeron que dejáramos nuestras cosas y que en 45 minutos quedábamos adelante de la casa para ir a inspeccionar el bosque. Mientras me dirigía a la habitación escuché a mis amigos que empezaron a hablar de chicas, yo me quedé completamente callado, no quería que nadie se enterara de la verdad, tenía miedo de que luego me discriminaran o peor aún, que él se enterara. Entonces mis amigos empezaron a decirle a una del grupo cuyo nombre era Ashley que cuándo confesará sus sentimientos por Sebastián. Me quedé alucinando, quería matarla cuando Ashley se echó a reir y dijo que no dijeran tonterías porque ella nunca se sentiría atraída por un idiota como Sebastián. Me tranquilicé un poco, aunque no me hizco nada de gracia que insultara a mi gran amor.

Ashley tenía el cabello negro y unos hermosos grandes ojos azules, la verdad es que era bastante bonita. Llegó la hora y fuimos toda la clase a ver el bosque, la verdad es que era hermoso. Me separé de mis amigos porque a causa de lo bonitas que me parecían todas las flores me quedé de último embobado. Entonces oí una voz que me decía "¡Harry! Si te quedas tan atrás te vas a perder ja, ja". No podía ser, era Sebastián y me había hablado, yo me sonrojé y le dije:

Harry sonrojado:

- Sí, lo siento, es que las flores me parecieron muy bonitas y adoro mirarlas.

Sebastián sonriente:

- ¿Y cuál es tu favorita?

No sabía qué decirle, pues aunque las flores me parecían muy bonitas no sabía el nombre de casi ninguna. Dio la casualidad que pasamos por un rosal así que le dije:

Harry sonrojado:

- Pues las rosas...

De repente Sebastián se acercó al rosal, arrancó una flor y se acercó con ella y me dijo:

Sebastián seductor:

- Toma la rosa, son tus favoritas, ¿cierto?

Harry con el corazón acelerado:

- Muchas gracias, Sebastián.

Alcancé a decir con el corazón yéndome a mil por segundo, estaba demasiado emocionado y entonces él me dijo:

Sebastián sonriente:

- Llámame Sebas, así me dicen mis amigos, y tú y yo ya lo somos.

Harry enamorado:

- Tienes razón, muchas gracias, Sebas.

Sebastián sonriente:

- Bueno, ahora sí, acerquémonos al grupo o nos vamos a perder.

Harry enamorado:

- Sí, tienes razón, vamos.

Una Obsesión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora