Capítulo 6

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Y nos fuimos al parque, cuando llegué me quedé sorprendido, la verdad es que era precioso, tenía una hermosa fuente en el centro de todo el parque de la cual salía mucha agua hacía arriba y estaba rodeada de hierbas. Al llegar nos estiramos en la hierba y de repente, Sebas se acercó lentamente hacia mí, mi corazón latía demasiado rápido y poco a poco fuimos cerrando los ojos los dos mutuamente, y entonces lo sentí, nos empezamos a besar, yo no podía estar más feliz, quería que ese momento durara para siempre pero entonces él se separó y me dijo:

Sebastián enamorado:

- Harry, cada vez tengo más claro que me gustas mucho. ¿Quieres salir conmigo?

Harry confundido:

- ¿A qué te refieres?

Sebastián enamorado:

- En otras palabras, ¿quieres ser mi novio?

Mi corazón casi estalla, sin dudarlo ni un poco le dije que sí cuando de repente me volvió a besar. Estuvimos un rato descansando abrazados sobre la hierba hasta que él me dijo que debíamos volver a casa ya que en el instituto ya habían acabado las clases y no debían sospechar. A mí la verdad es que me daba igual ya que vivía solo pero él no estaba en la misma situación que yo así que nos fuimos los dos llevándonos de la mano a casa y llegó un punto del camino en el cual nos tuvimos que separar, nos dimos un beso de despedida y cada uno se fue para su casa.

Ese día antes de irme a dormir recibí un WhatsApp de Sebas diciéndome que sus padres querían conocerme y que como mañana era sábado sus padres habían dicho que podía ir a cenar a su casa. Entonces me puse muy contento, eso quería decir que la relación iba en serio, ya estaba impaciente por saber los gustos, costumbres y forma de ser de sus padres.

El sábado me lo pasé todavía nervioso pensando en que tenía que ir a casa de Sebas a comer. Llegó la noche y me arreglé bastante para causar una buena impresión a sus padres y al llegar a su casa sus padres me recibieron muy amables y alegres, entonces, ya era la hora de cenar y habían preparado cosas muy buenas así que nos sentamos los cuatro en la mesa y cenamos mientras hablábamos del colegio, de cómo empezamos a salir y todo eso. La verdad es que me cayeron muy bien, estaba muy contento de que los padres de Sebas fueran tan agradables.

Llegó la hora de irse a dormir y me enseñaron el cuarto de invitados, en el cual, yo dormiría. También me dejaron una pijama de Sebas para que durmiera más cómodo, me lo había puesto ya cuando escuché unas voces que provenían del comedor, no quería ser chismoso pero tenía mucha curiosidad así que salí de puntillas de la habitación para no hacer ruido y me dirigí hacia el comedor. Eran los padres de Sebas, su padre le decía a su madre que aunque yo parecía un buen chico, no le gustaba para nada mi problemática familiar y mucho menos que a su hijo le gusten los hombres, así que le presentaría otra persona a Sebas para que se olvide de mí. Tras decir eso escuché como se levantaban del sofá así que me fui rápidamente a mi habitación rezando para que no me escucharan.

Ya en la cama empecé a pensar en todo lo que había escuchado y no me lo podía creer, realmente no sólo mis padres eran malos sino que todos los padres lo eran, estaba seguro de que no iba a permitir que se interpongan en nuestra relación y más ahora que iba tan bien. Analizado la conversación que había escuchado, no era tanto su madre el problema, al contrario, ella aceptó que yo fuera la pareja de Sebas sin importarle si fuera chico o chica, el verdadero problema era su padre, era a él a quien debía quitar del camino.

Pensé en matarlo, pero en ese caso el problema sería Sebas ya que matando a su padre le iba a causar un gran daño y la verdad no estaba seguro si quería hacer eso. Pero por otra parte él podía echar a perder nuestra relación así que lo mataría, pero tenía que pensar en la mejor forma de cómo hacerlo.

Lo que hice primero de todo fue conseguir su número de teléfono, eso no fue muy difícil ya que en un descuido de Sebas le quité el teléfono y anoté el número de teléfono de su padre en el mío, después de eso dejé que pasaran algunos días y al cabo de 3 días llamé a su padre diciendo:

Harry al teléfono:

- Hola, ¿es el padre de Sebastián?

Padre de Sebastián:

- Sí, ¿quién habla?

Harry:

- Es Harry.

Padre de Sebastián:

- ¡Ah! Hola, ¿qué tal?

Harry nervioso:

- Todo bien pero le tengo que decir algo muy importante...

Padre de Sebastián confundido:

- ¿Ah sí?, ¿qué sucede?

Harry nervioso:

- Es Sebas, últimamente lo veo muy raro y la verdad... creo que es que está probando algún tipo de droga o algo así.

Él se preocupó muchísimo y me dijo:

Padre de Sebastián preocupado:

- ¿De verdad? ¿Dónde podemos vernos para tratar mejor este tema? Quisiera que fuera lo antes posible.

Harry decidido:

- Pues entonces véngase esta misma tarde para mi casa, pero no le vaya a decir nada a Sebas, ¿ok?

Padre de Harry decidido:

- Allá nos vemos.

Entonces cortó la llamada. Llegó la tarde y el padre de Sebas tocó a mi puerta, entró y le dije que se sentara y le ofrecí una taza de té. Él empezó hablando muy preocupado:

Padre de Sebastián preocupado:

- De verdad me alegro mucho de que me hayas llamado, estoy muy preocupado por mi hijo, ¿qué le pasa?.

Estuvimos hablando durante un rato, le inventé mentiras esperando a que se bebiera la taza de té en la cual había metido suficientes somníferos como para dormir a un caballo. Él no dejaba de de decirme lo agradecido que estaba conmigo por haberle avisado cuando le dije:

Harry decidido:

- ¿Ah, sí? Pues el otro día no parecía que te cayera muy bien porque hablaste muy mal de mí a tu mujer.

Padre de Sebastián en un tono enfadado:

- ¿Qué? ¿Estabas escuchando nuestra conversación? Esa era una conversación privada.

Harry decidido:

- ¡Pues sí! La escuché y además, todo lo que te estoy diciendo es mentira, te he hecho venir hasta aquí porque eres un obstáculo en la relación entre Sebas y yo.

Padre de Sebastián enfadado:

- ¿Ah, sí? Pues no te preocupes que no creo que Sebastián se te vuelva a acercar, ya me encargaré yo de eso.

Harry psicópata:

- ¡JAJAJAJAJAJAJA!

Me eché a reír como un psicópata y él se extrañó, entonces le dije que había puesto somníferos en la taza de té que se había tomado y que no podía hacer nada porque iba a morir. Se asustó mucho y dejó caer la taza de té, seguidamente se levantó muy rápido de la silla intentando escapar pero cayó al suelo por el efecto de los somníferos, me acerqué a él y apunto de dormirse susurró:

Padre de Sebastián entrando en un sueño profundo:

- Por favor... no me mates...

Ya dormido tomé un cuchillo e iba a apuñalarlo cuando de repente pensé en Sebas, me cayera bien o mal él era su padre y no podía matarlo. Entonces lo metí en la habitación de mis padres, lo até a la cama y le puse un pañuelo en la boca para que no pudiera gritar cuando se levantara.

De momento lo tendré ahí ya pensaría con más tiempo qué hacer con él.

Una Obsesión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora