EL DESEO DE TENERTE/ LIBRO 3 DE LA TRILOGÍA ¿AMOR U ODIO?

CAPÍTULO 1 (Editado)

Nerea

Dos años después

Miré el camión de mudanza que estaba parado en nuestra casa, exhausta ya que no había dormido ante los nervios de ver nuestro nuevo hogar, sostenía a Lacasitos de la correa mientras les indicaba a los trabajadores que transportaban las cajas con nuestras pertenencias, tantos recuerdos y anécdotas en aquellas cajas y en sus objetos, todo, a la mierda. Suspirando les dije a los transportistas que llevaran las cajas donde ponían: "Cosas de Zack y Will" a la planta de arriba, sin rechistar así lo hicieron. A los lejos apareció Laura con su carricoche mientras se reía de algo que le estaba diciendo Will, sonriendo, les saludé y esta inmediatamente me lo devolvió para después guiñarme un ojo.

—Hola, ¿qué tal estaban Kit-Kat y Nutella?—pregunté cogiendo al pequeño Zack, era tan mono que me daban ganas de comérmelo.

Esta colocó su mano en el hombro de Will y me percaté de que se puso tensó, curiosa, le miré sin entender nada y sonriendo falsamente se disculpó y dijo que tenía que ir a ver que todo estaba en orden en su habitación.

—Bien, los van a traer a hora, esperó que estén bien estaban un poco alterados.

Al decir eso asentí lentamente, vi la mirada llena de tristeza a la casa vacía y sabía porque. Quitándole el hierro al asuntó le comenté, que como había dos salas libres mandé a que pusieran sus cosas para formar un pequeño despacho para ella, así podía centrarse más y no oír los gritos de los pequeños a todo momento y también le pregunté que si le molestaba que pasara consulta aquí. Ella negó y dijo que no había ningún problema, que sabía que más que nunca quería estar con Will después de que descubrió al golfo de su padre liándose con su anterior pareja y eso aunque mi hijo era súper dotado sabía que en cierto modo le había afectado lo visto. Y para rematar, la pobre Lauta estaba destrozada cuando vio como Marcos volvió con su esposa, no le dio tiempo a decirle que estaba embarazada.

—Espera que tengo que llamar a la empresa de pintura para los cuartos—asintiendo, me adentré con el pequeño Zack mientras Laura llamaba para asegurarse de que no había problema.

—Pimo...pimo Will—dijo riéndose cuando lo vio bajar las escaleras, le sonreí.

—El cuarto está bien ¿voy a compartirlo con Zack? —Asentí y este me sonrió—Va a ser una cueva de hombres, a que sí Zackon—alcé una ceja ante el extraño apodó—Zii, Williom—me reí ante la manera de decir "sí" de aquel pequeño bichito y del apodó que le había puesto a mi hijo.

Dándole al crío este de nuevo se tensó pero me sonrió, sentándose en el sofá le dije que no se moviera que iba ayudar a los transportistas, había demasiadas cosas y quería aligerar el proceso para que esta noche estuviera todo listo, este como si de un hermano mayor tratase, asintió y colocó adecuadamente los cojines alrededor de Zack.

—Ya está Zackon—dijo dándole un suave golpe en la nariz.

Sonreí ante la imagen y sin poder contenerme, cogí el móvil y dándole a la cámara apunté donde estaban ellos y diciéndoles:

—Decir Kiwi—al decir eso Will lo dijo y Zack sonrió de una manera demasiado mona.

Riéndonos guardé mi móvil en la parte trasera de mi vaquero, cuando vi a Laura le dije que tenía una cosa que ella no tenía, curiosa me preguntó de qué se trataba pero callándome para hacerle rabiar me fui a la parte de arriba para ayudar a los hombres de la mudanza. Subiendo al cuarto de los críos, pude oír pasos detrás de mí, enseguida supe que era Laura y girándome le saqué la lengua a lo que ella muy amablemente me saco el dedo haciendo que ambas nos riéramos ante las tonterías que hacíamos, Ya en la habitación de los críos Laura me comentó que los de la pintura vendrían en media hora por eso era mejor no poner ningún mueble.