EL DESEO DE TENERTE/ LIBRO 3 DE LA TRILOGÍA ¿AMOR U ODIO?

CAPÍTULO 12

LAURA

Arrastre a Nerea literalmente hasta el centro comercial y después de varios intentos para que se probara uno de los vestidos al fin cedio y ahora nos encontramos arreglandonos en casa

_¡Laura, hija de fruta, me haces daño!-chillo esta la cual no paraba de moverse

_¡Si te estuvieras quieta bonita no te doleria!-cogí su cabeza y la coloque mejor

_¡Puto peinado de mierda!

_Vaya estampa-dijo Marcos mientras se reía

Lo mire mal y le lance el cepillo ya que ya no me hacía falta a la cabeza y este dio justo en su frente

_¡Buena punteria hermana!-me dijo Nerea mientras se levantaba para después chocar los cinco

_¿Qué pasa aquí?-apareció Wren por la puerta mientras sostenía a Will en brazos

Marcos le señalo su frente y este se echo a reír

_¿Cuándo nos vamos?-pregunto Alicia mientras alisaba su vestido y manchaba este de chocolate

_¡No!-chille al ver el desastre

_Ups-dijo esta mientras sonreía y mostraba sus dientes los cuales estaban manchados de chocolate

Nerea se quedo mirando al hermoso vestido rosa que le había comprado Marcos para la cena de hoy.

_Na, se lo merecia era demasiado rosa...traeme una camiseta de Wren negra, y un cinturon-me dijo señalando ambos lados.

Rapidamente Wren salio de la habitación y yo cogí el cinturon blanco que estaba en la comoda.

A los pocos minutos Wren llego con una camiseta negra, Nerea miro a Marcos.

_Coge el kit de costura ¡rapido!-bramo como loca, rapidamente este salio al comedor a coger el kit de costura.

_Satanasa, ¿qué vas hacer?-pregunté nerviosa.

Esta sonrió logrando así que me pusiera aun más nerviosa. Cuando Marcos llego con el kit de costura, Nerea se llevo a Alicia al aseo, logrando así que nos pusiéramos más nerviosos aun.

Al salir Nerea con Alicia del aseo todos nos quedamos con la boca abierta e intentando aguantar la risa, cuando vimos el maravilloso vestido que le había echo. Estupefacta me quede mirándola esperando a que me diera explicaciones.

_¿Desde cuando sabes...?-me quede callado y le señale el vestido de Alicia

_Siempre me ha gustado-dijo Nerea mientras se encogía de hombros- ¿Nos vamos?-le guiño un ojo a Wren y después se giro para mirarme con picardia-Quiero dejar secas sus tarjetas de crédito

Las dos nos echamos a reír ante la atenta mirada de Marcos y Wren los cuales agarraron sus billeteras con recelo.

Al llegar al restaurante uno de los camareros nos acompaño hasta una de las mesas .

_¡Pizza!, ¡Pizza!, ¡Pizza!-chillamos Will, Alicia, Nerea y yo al unisono mientras Wren y Marcos nos miraban con los ojos achinados y conteniendo la risa.

Era habitual que soliéramos hacer eso, amábamos la pizza, a pesar de que casi nunca comemos, hoy era un día especial, el día que conocimos a Wren y a Marcos. Los recuerdos de aquel día, me golpearon la cabeza, mostrándome imágenes del pasado. Como nos peleábamos, las bromas que solíamos hacerles, las cosas que le decíamos. Eran recuerdos que poco a poco habían marcado nuestra vida.

_Mami, ¿por qué no te dedicas a la costura?-preguntó Will con una sonrisa. Nerea, muerta de risa se empezó a carcajear.

_Hijo, mamá, no esta para aguantar a mujeres que se quejan de la vestimenta que llevan, prefiero enseñar ha coser, desde siempre me había gustado explicar las cosas a las personas. cosas que no entendían.

La velada fue maravillosa, entre risas y anécdotas, se paso volando, no me había reído así en la vida, las cosas que habíamos pasado ambos eran demasiadas, por eso mismo, nos amamos con locura ya que los obstáculos que el destino nos había puesto los habíamos saltado juntos, aunque nos separamos, nuestros caminos se unieron en uno solo, haciendo así que volviera a mi vida.

_¿Quién va a pagar?-preguntó Wren mirando a Nerea con una sonrisa de oreja a oreja.

Esta, con una sonrisa llamo al camarero, que vino enseguida a traernos la cuenta, extrañada, mire como Nerea iba a sacar el monedero para pagarlo, muy normal en ella, esta pasa de que le paguen sus citas la comida.

_¿Cuanto es?-preguntó mirando al monedero, el camarero le tendió un papelito donde ponía la cifra de todo lo que había costado.

Sacando el dinero, se lo tendió y con una sonrisa, se guardo el monedero en el bolsillo, hoy estaba de humor, y cuando Nerea estaba de buen humor había que aprovechar máximo ese estado, ya que cambiaba de persona de un momento a otro.

_¿Nos vamos a casa o a darnos una vuelta?-preguntó Marcos levantándose de la silla y tendiéndome la mano como un buen caballero.

_No sé, ¿qué os apetece?-pregunté cogiendo mi bolso de fiesta, los niños se miraron entre ellos.

_¡PARQUE, PARQUE!-gritaron al unísono, ambas nos empezamos a reír y nos fuimos de camino al parque.

La noche estaba realmente hermosa, los grillos cantaban una hermosa melodía que me trasportaba ha otro mundo. Mi mano estaba entrelazada con la de Marcos, entre sonrisas y bromas, empezamos a tontear como quinceañeros, mientras que Wren y Nerea parecían la familia perfecta junto con Will y Alice, los cuales uno estaba subido en el cuello de Wren y la otra en el cuello de Nerea haciendo una batalla de caballitos.

_Va a ganar Wren y Will-dijo Marcos decidido, me empecé a reír a carcajadas.

_Sabes que va a ganar Nerea y Alice-dije cruzando mis brazos sobre mi pecho con una sonrisa.

Antes de que pudiera añadir nada más, Marcos en un rápido movimiento me cogió y me empezó a dar vueltas, riéndome, alce los brazos y a chillar de la emoción, en esos momentos, me sentí como la protagonista de un libro o de una serie, y el fuera el amor de mi vida. Pero de repente una llamada hizo que Wren y Marcos se pusieran tensos, Nerea me miro curiosa y yo me encogí de hombros. 

_Nos tenemos que ir-dijeron los dos con aire ausente, ya no estaba el buen rollo de antes.

_Vale-dijo un poco cabreada Nerea.

_Nena...-esta no le dejo terminar-Me quiero ir a casa, estoy muerta-añadió con una sonrisa bastante fingida.

Sin media palabra nos fuimos a nuestra casa, en un silencio sepulcral, con la curiosidad de quién les había llamado para que de repente se pusieran así de serios, sin media palabra, Nerea acostó a Will en su cama y yo Alice, medio muertas, cada una nos fuimos a su habitación, esos si, con la curiosidad aun presente entre nosotras.