NEREA
Estaba en la habitación, alejada de aquel bullicio que se estaba generando en el comedor, no quería bajar, no tenia ganas de nada quería estar lejos de todo, lejos de los malos, quería estar con Dylan...digo con Wren, si, con Wren, el hombre que se va a casar conmigo, el padre de mi hijo.
La habitación esta, tal y como la deje cuando me fui, no había cambiado nada, las fotos de Laura y mías cuando éramos pequeñas aun seguían en aquel espejo, mis diarios, las fotos de mis grupos favoritos, todo estaba tal y como la deje, salvo, una cama pequeña que le añadió mi madre para cuando viniera con Will de vacaciones.
Me quede mirando el techo, en el cual, pequeñas estrellitas lo decoraba, aun me acuerdo cuando las pegue, que risa con Laura cuando me caí de la silla a la cama llevándome un gran golpe en la cabeza, echaba de menos esos tiempos, en los que no nos preocupábamos por nada, que disfrutábamos de las vacaciones como eran debido.
Pero por culpa de todo lo que nos había sucedido desde que entramos en la universidad, había que admitir que nuestra vida ya no fue la misma, conocimos a nuestros futuros esposo, nos peleamos, me dejo embarazada y nos fuimos a Seattle, donde disfrutábamos del sexo sim compromiso, de las noches viendo películas de fantasía y de las peleas que teníamos con nuestros vecinos.
Añoraba esos tiempos, pero nuestra vida no podía ser tranquila, no salimos de una cuando nos estamos metiendo en otra. Estábamos siendo perseguidas por una mafia, con un policía y un estudiante, mi estudiante, que no paraban de coquetear con nosotras. Y después estaba mi hijo, que no disfrutaba de la vida como un niño normal y corriente, si no, como una maquina de calculo, un diccionario andante y un molécula de lo más extraña. A veces me preguntaba que tenia esa maldita lejía...Unos golpes en la puerta de mi habitación hicieron que volviera a la realidad que me rodeaba.
Con un minúsculo: "Adelante" La persona que estaba afuera abría la puerta y al ver de quién se trataba maldije entre dientes.
-¿Es que quieres otra paliza mi querido alumno?-pregunté con burla-No, mi querida y deseada maestra, lo que quiero es a usted debajo de mi-dijo con una sonrisa de superioridad.
Mosqueada, le lance algo a la cabeza, pero el muy cabrón lo esquivo, en un movimiento de lo más rápido, Dylan se coloco a horcajadas mías y estampo sus labios con los míos. Dispuesta a darle un tortazo, el muy desgraciado, me cogió las dos muñecas con una mano, mientras que con la otra me quitaba los botones de la camiseta,
-Adoro estas camisetas-dijo en jadeas, iba a replicar pero de nuevo, estampo sus labios sobre los míos con una necesidad imparable.
Sin poder evitarlo, y ya harta de todo, le seguí el juego, su cuerpo llamaba al mío de una manera deliciosa, el, hacía que mi cuerpo cobrara vida con solo un beso, y deseara hacerle cosas indecentes a ese cuerpo creado por los dioses.
En un movimiento rápido, me solté las manos de su agarre y le quite la camiseta con desesperación, con una sonrisa en medio del beso, me quito los pantalones como si su vida dependiera de ello. Cansada, y ansiosa por que me tocara, le quite también los pantalones junto a su bóxer dejando su gran anatomía a la vista, era larga y gruesa, y estaba dura como una piedra.
-No quiero que me hagas preliminares, quiero que me lo hagas ya...¡Ya!-dije con una necesidad urgente.
El me rompió las bragas y cogió un condón de su pantalón, una parte de mi se sentía fatal, amaba a Wren, lo amaba demasiado, pero no sabía lo que me pasaba con Dylan, el deseo era tan fuerte, como la necesidad que tengo que me toque. Cuando Dylan se subió a horcajadas mío sentí su sexo pegado al mío, el cual lo necesitaba con demasiada intensidad.
Ya sabía que estaba mal, que tenia que parar esto, que Wren no se lo merecía, que había sido extraño todo, pero no podía pararlo por más que quisiera, era superior a mis fuerzas, el placer de la carne es débil, como solía decir mi madre.
-¿Seguro que lo quieres hacer?-me preguntó Dylan curioso, me quede extrañada al oír esas palabras de su boca.
¿Quería hacerlo? ¿Quería poner en riesgo mi relación por un polvo? No lo sabía, solo se, que el deseo era más intento, el deseo de hacerlo con él, el deseo de tenerle junto a mi. Antes de que me pusiera pensar en nada más, le di un beso de lo más húmedo, haciendo así que me penetrara con fuerza.
-Dios...cuanto lo deseaba...-dijo en un gruñido propio de un animal.
Nuestros cuerpos se movían al mismo compas, era como si estuvieran hechos para estar juntos, su miembro me llenaba por completo y me hacía sentir en éxtasis, era una sensación extraña, con Wren no sentía eso, era como si los dos, Dylan y yo, hubiéramos acumulado demasiada tensión sensual, como si nuestros cuerpos se hubieran deseado desde el principio.
-Más rápido Dylan-dije en un gemido, este me embistió con más fuerza, haciendo que mis gritos se oyeran por toda la habitación.
-Dios nena, sigue así-dijo con la mandíbula apretada, no podía más, el clímax estaba demasiado cerca y sus embestidas me llevaban a la locura.
Antes de que pudiera decir nada de mis labios se me escapo el nombre de Dylan, haciendo que este aumentara sus movimientos y se uniera a mi en una maravilloso orgasmo. Exhausto, el cuerpo de Dylan se puso encima del mío, con la respiración agitada y con nuestros pechos moviéndose agitadamente, fue en ese momento cuando me di cuenta, de que era una cualquiera, que había engañado a Wren con otro, que no merecía tenerlo.
En un movimiento, aparte a Dylan de mi, haciendo así que me mirara curioso, como si no entendiera nada, enfadada conmigo misma, por ser una vulgar, señale a la puerta con un dedo acusador.
-¡Fuera, no te quiero ver!-dije al borde de las lagrimas, este me miro con asco en su mirada.
-Eso no lo has dicho hace cinco minutos, querida profesora-dijo con una sonrisa que hizo que viera los demonios.
Me acerque a él y en un movimiento, le di un tortazo en toda la cara y lo eche de la habitación, en esos momentos me di cuenta de que era la peor persona del mundo, y que me merecía lo que me estaba pasando, había engañando a mi querido Wren, era la peor esposa del mundo me había acostado con Dylan estando comprometida con Wren, no se lo merecían, era mejor que cortara esto de raíz, ya no tendría nada más con Dylan y tampoco le dirigiré la palabra, así nos olvidaremos de esto y podre mirarle a la cara a Wren, si, tenía que salir este plan bien.
Cuando arrestaran a esos imbéciles, me reuniré de nuevo con Wren, dejare mi trabajo en el instituto y me buscare otro, lejos de ese crio, lejos de esa sonrisa burlona, lejos de ese cuerpo que llamaba al mío, haciendo que este no pensara con claridad.
-Puedo hacerlo-me anime sola en la oscura habitación, pero en esos momentos necesitaba a Laura ella siempre esta a mi lado cuando me ocurre cosas malas, ella es la única que me pude animar, ella es la que no me juzgara, tengo que hablar con ella y que me diga lo que tengo que hacer, no puedo seguir así, no puedo estar jugando a dos bandas.
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EL DESEO DE TENERTE/ LIBRO 3 DE LA TRILOGÍA ¿AMOR U ODIO?
RomanceDos chicas prometidas. Dos prometidos "enamorados". Un asesino. Un estudiante. Una chispa que surge entre los cuatro. Un acusado y una abogada. Un estudiante y una profesora. Un secreto. Un misterio que resolver. Una tentación que evadir. ¿Lo lograr...