CAPÍTULO 29

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NEREA

-¡Odio los aviones!-masculle agachándome para hacerme una cola alta, note que alguien se ponía tras de mi, y furiosa, le iba asentar un tortazo cuando vi a Dylan el cual estaba mirando a todas partes y lanzándole miradas llenas de odio a los hombres que se quedaban mirándome.

-¿Qué haces?-le pregunté curiosa colocándome bien la camiseta. Dylan me cogió del brazo y me llevo arrastrando hacía la limusina.

Furiosa, cabreada y molesta, saque mi mano de su agarre y cruce mis brazos por encima de mi pecho, esperando así aparentar un aire de lo más furioso-¿Qué?-preguntó este esbozando una sonrisa burlona-¿Te han dicho que te ves jodidamente sexy cuando haces eso?-añadió este con un tono de voz que hizo que rodara los ojos.

Me acerque a él con aire amenazante, nadie, pero es que nadie, me coge del brazo sin permiso, no quería que los viejos recuerdos de Yeray se agruparan en mi cabeza, aquellas manos sucias tocándome, y esa sonrisa de enfermo que aun me atormentaba por las noches, no, ya no iba a ser aquella ingenua que se dejaba manejar por un hombre, nunca más.

-Escúchame atentamente, solo te lo diré una vez-me acerque a su oído, haciendo que este se mordiera el labio al sentir mi aliento en su oreja-Nunca, me oyes, nunca me cojas sin mi permiso, ¿vale?-dicho lo cual, me fui donde estaba Laura, la cual parecía estar cabreada con Izan por algo.

Me acerque a ella y le toque el hombro con la mano, haciendo así que se girara bruscamente y se pusiera en posición de ataque, sin poder evitarlo, me empecé a reír, ganándome así una mirada que posiblemente ya me hubiera matado, aun riéndome, enhebre mi brazo con el suyo y nos dispusimos a ir a la limusina de color negra y de ventanas tintadas. Cuando el chófer de Eric, nos vio, una sonrisa se poso en él, con una sonrisa me acerque a él y le estrelle en un abrazo.

-¡Cuanto tiempo señora Thomson...o debería señora Scott!-dijo guiñándome un ojo, antes de que dijera nada, Dylan apareció detrás de mi y me agarro de la cintura-No le conozco de nada, pero como le vuelvas a decir a mi chica señora Scott, tu y yo tendremos serios problemas-dijo con una sonrisa maliciosa, harta, le di un codazo en la barriga, haciendo así que me soltara de su agarre.

Furiosa, me adentre en la limusina, sin mirar a Dylan, no me gustaba que se pusiera en plan posesivo sin ser nada, no se lo permitía a Wren que era mi prometido...bueno...eso de prometido esta por ver, no me creía lo del viaje de estudios, y da la casualidad que los dos se van, no había algo que no cuadraba y estábamos aquí para descubrirlo.

El camino a la casa de Eric, fue silencioso, nadie hablo, nadie se miro, me quede mirando a los dos pequeños que estaban jugando a una especia de juego de manos, con una sonrisa, sin poder evitarlo, saque el móvil y le eche una foto a los dos niños, aun que los pille desprevenidos, la sonrisa y aquel brillo en los ojos mereció la pena, Laura cuando me vio, esbozo una sonrisa, sabíamos lo que estábamos pensado, sabíamos que queríamos que Will y Alice acabaran juntos.

La limusina se paro enfrente de una mansión que lucia un hermoso césped y hermosas y grandes ventanas, Izan y Dylan silbaron al ver aquella casa, nosotras no, bien sabíamos que estaban forrados y el recuerdo en el restaurante, la primera vez que quedamos con Junior y Christian, sin poder evitarlo me empecé a reír sola.

El chófer de Eric como ya me conocía, no se molesto en cogerme las maletas, sabía que me molestaba y se lo agradecí con una sonrisa, Dylan nos miro extrañados, ya que, el chófer y yo no parábamos de bromear y de contar cosas del pasado. Nos adentramos en la casa, como ya sabía, estaba impoluta, ordenada, sabía que Grenda, haría un buen trabajo.

-Esperen aquí los señores la recibiraran, están muy contentos de que estéis aquí, os han preparado personalmente las habitaciones-dijo el chófer. Laura y yo nos miramos-Hui, entonces mejor dormimos en los suelos...-alguien me corto-O con nosotros, sabéis que sois bienvenidas a nuestra cama, nuestras sabanas os extrañan-al oír la voz de Eric, sonreí como una boba, rápida, corrí y este me cogió en brazos, haciendo así que enroscara mis piernas en su torso.

EL DESEO DE TENERTE/ LIBRO 3 DE LA TRILOGÍA ¿AMOR U ODIO?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora