CAPÍTULO 9

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NEREA

Como era de esperar, me tocaba sacar la basura. Perezosa, me levante del sofá y me dispuse a salir, pero una pequeña mano, me cogió de la bata que llevaba puesta. Baje la vista y me quede mirando a mi pequeño hijo que me miraba con ojos de cordero degollado.

-Mami, ¿puedo ir contigo? ¡Así nos tomamos un helado!-dijo con una sonrisa, sonreí ampliamente.

-Claro, espera, voy a ver si Laura quiere, ¿vale?-dije poniendo a su misma altura, este asintió frenéticamente.

Busque a Laura, y vi que estaba sentada en la silla y leyendo unos papeles que parecía tenerla traspuesta, rodé los ojos cuando vi que se pasaba las manos por el voluminoso pelo.

-Putifina, ¿te vienes con Will y conmigo a tomar un helado?-pregunté como una niña pequeña, esta sonrío.

-Porque no, así me despejo, los papeles me están tocando mucho el alma-dijo esta quitándose las gafas,  negué con la cabeza.

Los tres nos dispusimos a salir, el aire me reconfortaba, me acariciaba el rostro con una suavidad casi agradable. Entre risas, parloteos, y entre bromas, pasamos por un parque, bastante solitario, solo había unos cuantos críos, bebiendo como locos y con la música a un volumen bastante razonable. Pero un rostro hizo que me parara en seco, allí, se hallaba Dylan. Cuando su mirada y la mía se encontraron, pude ver que se puso tensó, era algo extraño, pero gracioso al mismo tiempo.

-¿Mami? ¿Por qué ese adolescente te mira tanto?-preguntó mi hijo curioso, le sonreí.

-Porque tu mami es su profesora-dije revolviendole el pelo, este abrió los ojos como platos.

-Pues no me gusta como te mira-dijo cruzando los brazos sobre su pecho.

Dylan, nos empezó a mirar ambos, sin poder creer lo que estaba viendo, era una expresión demasiado desconcertada.

-¿Sabes qué es de mala educación mirar a las personas, sin conocerlas?-preguntó mi hijo mirando a Dylan.

Este se levanto del banco y se dispuso andar hacía nosotras. Laura sonreí con picardia, mientras que mi hijo y yo nos manteníamos indiferente ante su presencia.

-Hola hermosa, ¿te han dicho alguna vez que te ves cada día más guapa?-dijo con una sonrisa de borracho, rodé los ojos.

-Si, mi prometido, y a ti...¿te han dicho alguna vez que eres muy patético?-contraataque con una sonrisa forzada.

Este se río como un poseso, estaba tan borracho, que una parte de mi, le dio miedo, dejarlo en estas circunstancias, le hice una señal a Laura para que se fuera a casa y que iría dentro de nada. Laura, se llevo a Will a casa, ignorando las constantes quejas de mi hijo. De nuevo mire a Dylan que me mirada desconcertado.

-¿Esta tú padre en casa?-pregunté curioso.

Este sonrió más ampliamente, y se acerco a mi con aire amenazante, me quede mirándolo con las cejas alzadas.

-Hermosa, si querías ir a mi casa, solo lo tenias que pedir-dijo este cogiéndome de la cintura y pegándome a él.

Sus labios se posaron en mi cuello, y empezó a darme besos por todo el cuello. Rodé los ojos, y lo aparte de mi. 

-Las llaves de tú casa, ya-dije poniendo la mano para que me la tendiera.

Sin apartar la mirada de mi,  me las tendió, triunfante, sonreí.

-Muy bien, despídete, vamos  a tu casa, y a descansar la mona. Estas demasiado borracho, para estar estas horas en la calle-dije recogiéndome el pelo en una cola alta.

Este se quedo desconcertado, despidiéndose de sus amigos, los cuales veían la situación divertida, ante mi riña. Me percate de que se estaba tambaleándose, rápidamente me acerque a él y le cogí de los brazos, y se lo coloque en mis hombros.

-Vamos-dije caminando hasta la casa.

Al llegar, abrí la verja y ande hasta su casa, abrí la puerta y nos adentramos en su casa. Estaba todo oscuro, y se podría decir que no había nadie, salvo nosotros.

-¿Donde esta tú habitación?

Este me señalo la planta de arriba, y en un esfuerzo, subí las escaleras infernales, me señalo el cuarto que estaba al final de pasillo. Abrí la puerta, y nos adentramos en el cuarto. Era de un azul bastante relajante, las paredes lucía enorme posters de personajes que desconocía.  La ventana daba a un hermoso jardín que estaba lleno de rosas de colores, era unas vistas hermosas.

-¿Te gusta?-preguntó Dylan sentándose en la cama, asentí.

-Son hermosas-dije con una sonrisa.

Me aguante la risa, al ver como Dylan intentaba quitarse los botones de la camiseta y no paraba de quejarse como un niño. Sin remediarlo, me puse enfrente de él y le ayude a quitarse la camiseta. Sus ojos no se apartaba de mi, cosa que en cierto modo me gusto, pero no dije nada. Cuando al fin termine, baje las escaleras y me fui a la cocina a coger una botella de agua. 

Cuando llegue a la habitación, me quede perpleja cuando lo vi en boxer, en un acto reflejo me mordí el labio ante esa deliciosa vista. Cuando me miro, vi que en sus pupilas se reflejaba ¿deseo? ¿lujuria? No lo sabía, pero algo dentro de mi se removía. 

-¡A la mierda todo!-dijo este con aire amenazante, y estampo sus labios en los míos.

Abrí los ojos como platos y me quede un poco tensa, pero de repente, me relaje de tal modo que le seguí el juego. Pase mis manos sobre su cuello, y este me cogió de las caderas y me pego más a él. Y no se como paso, pero me encontraba en la cama y con su cuerpo fibroso encima de mi. 

Sus labios paso por mi cuello y su mano se adentro en mi camiseta, un gemido se me escapo de los labios, logrando que Dylan me besara con más pasión. Alce mis caderas y nuestros sexos se rozaron.

-¡Dios, nena como me estas poniendo!-dijo en un gemido.

Cuando me iba a quitar la camiseta, una llamada hizo que saliera de mi séptimo cielo. Me lo quite de encima y cogí mi teléfono, pero no me dio tiempo, ya que se había cortado.  En un gruñido, Dylan me quito el móvil y lo apago, antes de que pudiera decir nada, me callo con un beso.

-Dylan...me tengo que ir...-dije en un susurro, este sonrío.

-No te vas a ir, ¿me vas a dejar solo, con esta borrachera que tengo? ¿y si me pasa algo?-dijo con una voz bastante suave.

-No...tengo que irme a casa...me espera...-de nuevo me callo.

-No lo digas, no digas nada, solo quédate a dormir, y ya esta, no haremos nada, a no ser que me lo pidas-dijo este de nuevo dándome un beso.

Pero sabía, que no tenia que estar, que tenía que irme a mi casa con Wren, pero una parte de mi me quería quedar a dormir para poder vigilar a este chico. Este me quito la camiseta y emití un pequeño grito, pero cuando vi que me ponía una camiseta de color negra.

-¿Qué es esto?-pregunté curiosa.

-Mi camiseta, pero si quieres dormir en ropa interior, por mi genial, no voy a ser yo quién te lo impida ni mucho menos-dijo tumbándose mirándome.

Sin poder hacer nada más, me tumbe de cara a la pared, pero se me corto la respiración cuando este me rodeo con su brazo en mi cadera, y me pegaba más a mi.

-Buenas...noches-dije en un susurro.

-Buenas noches hermosa-dijo dándome un beso en la nuca.

Y al cerrar los ojos me sumí en un profundo sueño.



EL DESEO DE TENERTE/ LIBRO 3 DE LA TRILOGÍA ¿AMOR U ODIO?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora