CAPÍTULO 36

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Nerea

No lo aguantaba cada segundo, cada minuto cada hora que pasaba era peor que la anterior, la imagen de mi hijo, solo desaparecido, llorando me consumía la mente, lo malo es que no me podía mover, pues era como una extraña fuerza, como si en esos momentos mi cuerpo pesara el doble, como si no sintiera mis músculos. Pero no era nada comparado con la pena que sentía a saber que mi hijo no estaba a mi lado, que estaba lejos de mi, que estaba con dos monstruos que le quieren hacer daño, eso me dolía más que a nada en el mundo. Lloraba una parte de mi lloraba, al recordar los momentos que viví con Wren, las cosas que hicimos y las que tenemos en común, era frustrante saber que todo aquello, todos los proyectos que teníamos en mente, se esfumara como el viento, como una brisa lejana. Aun recordaba el día que lo conocí al principio me encantaba pero al día de hoy lo maldigo con todas mis fuerzas.

Lo malo de estar "inconsciente" En todo caso sedada, es que podía oír las cosas que pasaban a mi alrededor, hoy a la policía decir que seria si es un milagro que los críos sobreviviera, y que consiguieran hallar a los criminales. Por otro lado oía a Travis y a Dylan discutir,como padre e hijo que son, el policía no se podía creer que su hijo se hubiera acostado con la profesora,con una mujer mayor, y en parte lo entiendo, a quién se le diga se pensara que soy una pederasta abusadora de niños, pero Dylan me defendía a muerte, era como que me protegía pero a la distancia. Aun recuerdo una pelea monumental que tuvieron padre e hijo.

"¡No me puedo creer que te acostaras con ella si te saca siete años, tiene un hijo y estaba comprometida!" le dijo Travis a su hijo en mi habitación.

Aun recuerdo perfectamente el sonido que hizo Dylan cuando estallo su puño en la pared de la habitación, en esos momentos me lo imagine haciendo sus muecas tan características en el.

"¡No tienes la jodida idea de lo que se siento cuando la veo! ¡Es que me da igual si esta casada o tiene cinco hijos, me la suda, pero estando con ella e encontrado el sentido a mi vida! ¡Ella me ha llevado por el buen camino!" le dijo Dylan a su padre, eso me llego al alma, sentía muchas cosas por el, a pesar de que era más pequeño que yo, mas inmaduro y más mujeriego, se había ganado un hueco en mi corazón.

En ese momento cuando dijo eso Dylan, el padre ofuscado, o eso me pareció oír a mi, cuando emitió ese suspiro asqueado, cerro la puerta con tanta fuerza que sentí como retumbaba en la habitación el sonido. Al rato Dylan se sentó a mi lado, y note como su mano se posaba en la mía, quería decirle algo, lo que fuera pero no podía no me salía la voz, ni si quiera me podía mover.

En ese preciso momento me sentí como una inútil, un desecho social, pero aquellos tranquilizantes eran buenos para mi, para dormir, pero lo que ellos no sabían es que a pesar de que me dieran esas pastillas, a pesar de cerrar los ojos, mi mente trabajaba y había que decir que ella, era peor compañía que el insomnio, pues en esos momentos me vinieron las imágenes de los cuerpos de los críos, fríos e inertes, en el suelo, yo mirándolos junto a Laura y sentir en esos momentos que la vida se me iba por completo de las manos.

Deseaba despertar de aquel trance, ponerme los zapatos y salir en busca de mi hijo y de mi sobrina, irnos lejos y vivir felices y contentos, ingenua de mi, pues el demonio siempre vuelve con más fuerza, más astucia y más manipulador. Me sentía como una completa necia, acostada en esta cama, sin moverme, sin sentir mi cuerpo, solo yo y mis pensamientos, pensamientos que me atormentaba con tanta fuerza que provocaba en mi interior estragos. Y eso me recordó lo que una vez vi, en mi mente, algo que me dejo paralizada por unos minutos, o incluso horas, cuando estas sedada no tienes noción del tiempo, era algo así:

"Me vi a mi, llorando en una esquina oscura, acurrucada, con la cabeza entre mis rodillas, las dos nos miramos y nos dijimos a la vez: "Lo siento" Fue algo extraño inexplicable, algo fuera de lo normal,pero sabía que era un yo, en sueños, estaba hundida, destrozada, muerta, algo así como la chica en vida, osea yo, que estaba muerta en vida. Pero no podía hacer nada, pues no podía hablar, mi cuerpo se negaba, se negaba a reaccionar, estaba a gusto, relajado, libre de problemas, pero mi mente como era de esperar estaba maquinando, torturando, era la que me recordaba que tenia que despertar y enfrentarme a los problemas que se  avecinaban, que no me escondiera, que sacara la Nerea interior, aquella de antaño que no se achicaba por nada, que luchaba con uñas y dientes por algo que le gustaba.

Tenia que salir del trance, ni los sedantes ni los tranquilizantes podían conmigo, eso es solo pura mierda que usaban para que no sacara mi bestia interior, pero al contrario,lo que habían conseguido era lo contrario pues mi bestia interior tenia sed de venganza y no descansaría hasta encontrar  a los culpables que secuestraron a su pequeño cachorro, era así de simple, fácil y efectivo. Merecían morir con mis propias manos, ver como le quitaba la vida poco a poco, como ellos había sido, arrebatare, lo que mas quiere, como hicieron conmigo, como hicieron con los pequeños, solo un empujón un pequeño empujón y saldría de esta. Uno...dos..y ¡tres!

En esos momentos, mis ojos se abrieron de par en par, haciendo que los médicos y los que estaban presentes se quedaran extasiados al ver que no me habían afectado las pastillas.

-No puede ser...si le di pastillas para una semana-se quedo el medico viendo el bote de las pastillas-Se a despertado en solo dos días, se supone que eso dejaría de tener efecto y se despertaría en una semana-dijo Izan el cual no se lo creía. Dylan me miro a los ojos y me sonrió con esa sonrisa que me volvía loca-Ni siquiera los sedantes te funciona...¿qué eres?-pregunto en broma, con sorna esboce una sonrisa haciendo así que este sonriera más ampliamente-Soy una mujer fuerte y segura, una mujer que quiere venganza y que piensa acabar con los que le han echo daño-dicho lo cual, me levante de la cama y me dispuse a irme a cambiarme de ropa.

En esos momentos demostré de lo que era capaz de hacer Nerea Thomson, una mujer imparable,con un único deseo...coger a su hijo y matar a los que lo secuestraron, ni la policía ni nadie me consiguieran parar.

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NOTA DE AUTORAS: Se que es imposible lo del sedante, pues nadie se puede librar de su efecto, pero esto es ficción y sirve para que halla más emoción, espero que os guste y gracias a todos los que leen nuestro libro.

Gracias un beso de parte de las dos autoras.

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⏰ Última actualización: Mar 23, 2018 ⏰

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EL DESEO DE TENERTE/ LIBRO 3 DE LA TRILOGÍA ¿AMOR U ODIO?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora