CAPÍTULO 15

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NEREA

-¡DYLAN DEJA DE ESO DE UNA PUTA VEZ!-le grite, arrebatador la ropa interior que sostenía en las manos.

-Que mono el Bob Esponja-dijo mirándome con picardia, un poco ruborizada, metí de nuevo mi ropa interior en el cajón-¿Tienes de Patricio?-preguntó sentándose en mi cama, como la mujer madura que soy le saque el dedo.

-No, y si tuviera no te lo diría, ¿vale cielo?-dije con una sonrisa burlona, este bufo y se tumbo en la cama.

-No te preocupes, que te lo voy a ver cuando estemos tu y yo en una habitación a solas-dijo alzando y bajando las cejas juguetona mente, le tire un cojín a la cara provocando que se riera.

-Eres increíble, ¿que confianza son esas con tú profesora?-pregunté en un falso tono de reproche, este sonrió.

Un sonrisa que hizo que sintiera un extraño calor, que solo sentía con Wren, pero que misteriosamente, el también me lo producía. Este se quedo mirando a la foto, el la que salgo con mis piernas enrolladas en su torso y dándole un beso, no la hicimos hace poco, hace un par de semana.

-Sabes lo que te digo-dijo cogiendo el marco y mirándome a los ojos, le mire esperando a que se dignara hablar.

-Que no veo esa chispa especial en vosotros, es como si tuvierais en mente que tenéis que estar juntos si o si, como si fuera una obligación o un deber, cuando en verdad es todo lo contrario-dijo este dejando el marco en su sitio, pero en vez de ponerlo como estaba al principio, puso boca abajo.

Le mire incrédula, sin saber lo que hacía, y aun más, cuando se acerco a la puerta y la cerró, con pestillo, asustada y nerviosa, no preste atención y de la nada me encontraba tumbada en la cama con Dylan encima de mi. Intente zafarme de su agarre, pero para mi mala suerte, este era más fuerte y pesaba más. Mosqueada le mire a los ojos y este con una sonrisa poso sus labios en los míos.

Como en nuestro anterior encuentro, me quede para por unos segundos, hasta que mi mente fue más inteligente y le aparte de mi lado, este me miro atónito, y desafiante, levante el marco de la foto y la puse recta, este me fulmino con la mirada, pero yo no iba a ser menos. Nos quedamos unas cuantos minutos mirándolos, hasta que el como un depredador, me estampo contra la pared y de nuevo se apodero de mis labios, esta vez la extraña calidez se hizo presente en mi y le seguí el juego.

Al principio era suave y lento, pero después brusco y apasionado, y antes de que dijéramos nada, este me cogió en brazos y me tiro a la cama, cuando nos separamos nuestra respiración era agitada, este con una sonrisa, se dirigió al marco y lo agacho de nuevo, antes de que pudiera replicar, me beso y yo le seguí, así de sencillo. Me sentía bien, me sentía deseada, a pesar de que Wren me lo hace saber todos los días, es como si en verdad tuviéramos esa obligación de estar juntos, tenemos un hijo en común y quieras o no eso nos hace tener un vinculo, y aparte de que todo lo que habíamos vivido pues nos hacía pensar que tendríamos que estar juntos.

Su boca paso por mi cuello, haciendo que de mi saliera un gemido, este sonriendo, me quito la camiseta de golpe y como yo no iba a ser menos, hice lo mismo. En un rápido movimiento, me puse encima de este, haciendo que sonriera más ampliamente. Empecé hacer un camino de besos desde el cuello hasta su torso, sonriendo por los gemidos que soltaba cuando me vio demasiado cerca de su pantalón. Alce la cabeza y le mire, estaba con los ojos cerrados y con la respiración agitada, eso me dio una sensación de poder extraordinaria.

-¿Estás bien?-pregunté burlona, este me miro y se mordió el labio haciendo que ajuntáramos nuestros sexos aun con los pantalones.

-No lo sabes tu bien-dicho eso, me iba a quitar los pantalones pero unos suaves golpes hicieron que me bajara de encima dé el rápidamente. En un gruñido, este se puso la camiseta y coloco un cojín encima de su regazo, escondiendo la alegría de su amiguito.

Me coloque bien, la camiseta y el pelo, quite el pestillo y abrí la puerta, vi a un Will sonriendo, en su mano llevaba el teléfono de casa, cuando me vio se ensancho más la sonrisa.

-Es papá...papá, esta aquí la mami, ¿te la paso?-preguntó con su dulce voz, por el rabillo vi, como Dylan agachaba la vista y apretaba los puños con fuerza.

-Hijo de puta-murmuro entre dientes, ignorandole, le quite el teléfono a mi hijo y hable con mi prometido.

-Hola mi amor, ¿cómo estas?-preguntó Wren con una voz melosa, en esos momentos me sentí fatal-Bien mi amor, un poco cansada y echándote de menos-¿lo echaba de menos? Ya no sabía lo que sentía era todo tan confuso que hasta me dolía la cabeza.

-Yo también te echo de menos, hermosa, ojala estuvieras aquí conmigo-mire a Dylan y después preste atención a mi prometido-Ojala estuviera contigo, me haces falta-le dije un poco avergonzada.

De nuevo, le pase el teléfono a mi hijo, y cuando se fue, me quede mirando a Dylan, el cual, se levanto de la cama cabreado, le mire extrañada, sin entender nada, hasta que mis neuronas al fin hicieron su trabajo y se pusieron a conectarse mutuamente para que al fin pudiera pensar en una idea clara de lo que tenía que hacer.

-Mira, olvida lo que ha pasado hasta hora, no hemos echo nada, estaba confusa, es solo, eso, yo quiero a Wren, el es hombre con el que me voy a casar, por ello solo quiero que si hablamos sea del instituto y de tus tutorías, por eso, quiero que te vayas de mi casa que tengo que ir al maldito hospital para darle la ropa a Laura-dije mirándole a los ojos, y me quede perpleja cuando este esbozo una sonrisa que me dejo perpleja.

-Pobre e ingenua profesora, sabes que no te vas a librar de mi-dijo mirándome a los ojos, ladee la cabeza.

-¿Y eso?

-Porque has cometido el erro de llamarme la atención...y sabes lo que pasa cuando me llama algo la atención-negué con la cabeza un tanto nerviosa, este me estampo contra la pared-Que lo consigo, siempre lo he conseguido-y hay es lo que hizo que me riera de él.

-En tus sueños, campeo-dije desafiante, este apoyo su frente en la miá-En mis sueños, estas tu debajo de mi, pidiendo más-molesta alce la mano para pegarle un guantazo, pero me la cogió en el aire y me quede atónita cuando vi que me besaba el dorso de mi mano y se iba como si nada, como si no ocurriera nada, como si yo no acabara de ser infiel por segunda vez.

-¿Nerea qué estas haciendo?-dicho eso, cogí la mochila, llame a los peques y entre los tres nos fuimos al hospital, eso si, con mi mente un tanto pensativa.

Al llegar al hospital, me quede perpleja al ver que era uno de los más caros del país, atónita y al mismo tiempo con cierta curiosidad, me coloque el bolso en el hombro y cogí a ambos niños de las manos.

Las enfermeras iban de un lado a otro, con sonrisas que parecían enseñadas, como si en verdad no les gustaba estar aquí. Como en todos los hospitales, las paredes y suelos eran blancos, con una hermosa iluminación que no te molestaba la vista.

Los niños miraban todo con cierta devoción, y yo también a quién voy a mentir, este hospital me parecía de lo más acogedor, con una sonrisa me acerque a la recepcionista y pregunté por Izan, menos mal que Laura cuando me llamo me dijo hasta el apellido, porque si no, estaríamos dando vueltas por el enorme hospital buscando la maldita habitación.

-En la habitación 200 planta 10-dijo con una sonrisa, con un asentimiento de cabeza, de nuevo cogí las manos de Will y Alice, y nos fuimos al ascensor.

Nos adentramos en el ascensor, pulsando el número de la planta décima, esperamos pacientemente ha llegar. Después de tres o cuatro paradas, al fin llegamos a la maldita planta, en un suspiro, me encamine hasta la habitación, llame dos veces y rápidamente, Laura me abrió la puerta al verme me dio un abrazo y después lleno de besos a Will y Alice.

-¿Qué te pasa mami?-preguntó Alice curiosa, esta esbozo una sonrisa.

-¡Que estoy viva!

Me tense, cuando me vio Laura rápidamente se callo, y hay es cuando supe una cosa:

-¿Quién te ha intentado matar?-dicho eso Laura aparto la mirada de mi y la dirigió a Izan.

-Unas personas que me persiguen-dicho eso mi mundo se paro por un momento.

EL DESEO DE TENERTE/ LIBRO 3 DE LA TRILOGÍA ¿AMOR U ODIO?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora