XXI Capítulo

4 0 0
                                    

—Bueno Harry, Alanna. Pueden retirarse, su declaración ha sido tomada en cuenta, quizá en unos días se les llamará de nuevo para saber si todas las declaraciones concuerdan– el oficial guardó los papeles en un sobre amarillo– Si no es molestia me gustaría un tiempo a solas con Alanna– Harry asintió y salió diciendo que esperaba por mí fuera.

— Sé que es difícil y tonto considerando las circunstancias pero ¿estás bien?– preguntó el oficial en cuánto Harry salió de la oficina.

— Sí supongo, normal creo– aclaré mi garganta y me acomodé en la silla

— Bien, ¿tienes algún lugar dónde ir? Les estamos ofreciendo a las muchachas un salón del albergue por mientras consiguen algo y también quería decirle que puede pasar por sus cosas a partir de la próxima semana, la policía aún está tomando muestras y no quieren que nadie ingrese al lugar.

— Tengo algunos ahorros aquí conmigo, le diré a alguna de mis compañeras y tal vez podamos pagar una habitación juntas.

— Bien, de todos modos si no tienes algún lugar donde ir por hoy, sabes que ahí está el albergue. Te puedes retirar.

— Muchas gracias, permiso.

— ¿Algo que deba saber?– inquirió Harry al respecto cuando salí de la estación.

— No, todo está bien. Debo llamar a Lola para unos asuntos, si quieres puedes esperar en el auto –apreté mis labios y me alejé unos cuántos metros con el celular en la mano, sin embargo Harry se quedó apoyado en la puerta del auto.

Después de hablar con Lola acerca del apartamento y llegar al acuerdo de que ambas pagaríamos partes iguales de este, colgué la llamada para volver con Harry. En cuánto vio que me dirigía de nuevo hacia el auto, abrió la puerta para mí.

— No –alejé su mano de la manilla y volví a cerrar la puerta— Yo puedo, tengo manos– la abrí de nuevo y me subí en el auto.

— ¿Qué hice Dios para que me enviaras a esta mujer tan rara?

— Yo no le pedí a Dios estar en tu camino pero si tanto te molesto me bajo del auto y nunca más vuelves a saber de mí, es muy ...– él se había quitado el cinturón y repentinamente estaba sobre mí besándome y tratando de morder mi labio, él me agradaba cada vez más.

— ...Simple – suspiré y acomodé mi cabello.

— ¿Te vas a quedar en casa hoy?– se acomodó en su asiento y encendió el carro.

— Tal vez, en la tarde tengo que ir a ver apartamentos con Lola y quizá la próxima semana estén listas mis cosas –encendí la radio para conectar mi celular con este.

— Sabes que no es necesario, tengo dos habitaciones extra si es eso lo que te incomoda, vivo solo y nadie nos va a molestar.

— Gracias pero no gracias, quiero arreglar unas cosas por mí misma –dije mientras seleccionaba una de mis playlist.

— More Life, ¿lo has escuchado?– dije mostrándole la pantalla del celular con la imagen del nuevo álbum.

— No es lo mío– dijo indiferente.

— Yo escucho de todo pero definitivamente me inclino más hacia esto –dije encogiéndome de hombros y restándole importancia a su comentario puse en modo aleatorio el álbum.

— ¿Puedo ir contigo a casa ahora? Ya luego me alisto y me voy con Lola– rogaba porque dijera que sí, mas yo no tenía dónde ir hasta que comenzara a pagar el apartamento con Lola. Tal vez debí de considerar el refugio.

— Sabes que no me molesta tu presencia, puedes quedarte. Pasarte a vivir conmigo si quieres yo no tengo ningún problema. Y yo en ningún momento te he echado de mi casa como para que busques un apartamento.

— Ni tampoco me habías ofrecido a quedarme contigo hasta ahora. A mí sí me molesta porque no me gusta depender de nadie, en mi apartamento puedo hacer lo que quiera.

— En mi apartamento también– me interrumpió.

— Sí yo sé pero me parece una falta de respeto para ti el hecho de que yo llegue en la madrugada borracha y con hombres– bien, no sé por qué hice eso tan siquiera

— ¿Y por qué tendrías que hacer eso?

— Ves, es mi vida y si yo quiero hacer eso lo voy a hacer y no tiene nadie por qué opinar al respecto– metí más la pata.

— ¿Tienes que llegar con hombres? Estás conmigo– me volteo a ver en cuánto estacionamos en el semáforo.

— ¿Perdón? – me reí- Ahí sí me disculpas Harry, yo no estoy contigo ni mucho menos soy juguete de nadie para que me digan con quién andar o no. Tengo la edad suficiente y yo que sepa no somos absolutamente nada, es la verdad.

No me contestó ni me volvió a ver durante todo el camino a su casa, reflexionando un poco lo que dije caí en cuenta de que sí quiero estar con él, moriría por estar con él y que me tratara  como trató a Nadine, con mucho cariño. Sin embargo sé que la idea que él tiene de mi como prostituta nunca se le va a ir de la cabeza, siento que él me tiene asco y que si algún día hacemos el amor él va a aborrecerme y posiblemente tendrá miedo de que le transmita una enfermedad, no me debería de importar pero me duele demasiado.

Soy muy estúpida por dejar que ese famosillo entrara en mi cabeza. O en un lugar más profundo que mi cabeza, fui tonta al pensar que algún día estaría con una persona como él.

— Harry, si cambiaste de opinión, está bien. De todos modos aún puedo ir al refugio. Recojo mis cosas y me voy. Ahí voy a estar, gracias por todo de verdad– me volteó a ver por segunda vez en todo el camino. Mi cabeza en ese momento percibió asco de parte suya, ASCO, gritaba mi voz interior, LÁSTIMA. Entonces ocurrió algo que yo, Alanna, prometió no hacer desde hace diez años, mi voz se quebró y comencé a derramar unas cuantas lágrimas. Me aborrecí a mi misma por eso– Si no quieres ir a declarar está bien, lo entiendo. Ya has hecho mucho por mí y por todas– no aguanté y quité mi cinturón para salir y entrar a su casa a recoger mis cosas y con todo el pesar del mundo, desaparecer de la vida de Harry.

— Alanna ven– tomó mis brazos y me jaló a su pecho dándome un abrazo– Yo nunca dije que te fueras cariño, es más nunca dije nada. Tú misma te encargaste de hacerte daño a ti misma y si eso quieres hacer está bien porque yo te ofrecí mi casa y yo fui el que creyó cosas que no son.

— Las cosas sí son así– ya estaba más calmada y mi llanto había cesado– Pero tengo mucho miedo– besó mi cabeza y entramos juntos a su casa.

Basta decir que después de eso todo fue sobre ruedas, me sentí como una completa adolescente a pesar de que ya no lo era y juzgando por la cara de Harry también se sentía igual que yo. Ese día apenas entramos me atacó con cosquillas y me rogó que por favor durmiera en la misma habitación que él, en su cama. También ese mismo día en la noche comenzamos a contar cosas al azar de nosotros y él me contó acerca de su familia, me sentí en casa y muy feliz, nunca me había sentido tan feliz con lluvia, comida chatarra y un Harry Styles a mi lado. Creo que lo quiero más de lo que yo debería.

Miracle |H.S| (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora