Desperté luego de desmayarme y no sabía cuanto tiempo había pasado, ahora me encontraba sola, sin Andrea ni guardias. Había una luz muy baja sobre mi cabeza y estaba la silla de Andrea, estaba cansada por estar de pie y mis piernas dolían por los golpes, como pude fui alcanzado la silla con mis piernas, en estos momentos agradecía que fueran tan largas, me senté y quedé dormida allí.
Creo que habían pasado los dos días ya, despertaba por unos minutos y volvía a caer dormida o desmayada, ocupaba agua, comida e ir al baño. No sentía mis brazos por tenerlos estirados, esto era una maldita y asquerosa penuria. Juro que escuché unas malditas llaves y una que otra voz que no podía reconocer ahorita porque ya estaba desmayada, de nuevo, antes de cerrar totalmente los ojos sentí caer y tener un dolor desgarrador en los brazos, acompañado con una cachetada. Abrí mis ojos y me dí cuenta que ya no estaba sentada en la silla, la patearon, por eso el dolor de brazos, ya que mi cuerpo estaba totalmente apoyado en ella.
—Levántela y llévela a su habitación para que se arregle, hoy tiene que trabajar, también necesito que llame a Lola para que le maquille las heridas, póngalen crema en las manos y desinfectenlas. Rosa le tiene comida en la habitación y dile a Lola que contacte a Dominic para que le lleve el vestuario–le indicó Andrea a uno de sus guardias
—Tú, espero que no abras la boca, no quiero quejas y trata de cubrirte bien con maquillaje. No días libres por ahora, y que esto no se vuelva a repetir que yo también sufrí por ti, mi pequeña Ali. Aunque no lo creas eres mi favorita, como una hija para mí, de echo te pareces mucho a mí–acarició mi mejilla mientras hablaba con falsa ternura.
El "te pareces mucho a mí" retumbaba en mi cabeza, me asqueaba el hecho de pensar que podría llegar a ser así. Los guardias me encaminaron a la habitación, todo estaba ordenado y limpio, no como antes. En la mesa ratona de la pequeña sala había varios platos con distintas comidas, cubiertas con plástico y un vaso con agua. Iba a comer primero, luego iría a bañarme y tomar una pequeña siesta para luego trabajar, al encorvar mi espalda porque necesitaba sentarme era como si volvieran a darme latigazos nuevamente, comía desesperadamente pero con pequeñas pausas porque mi mano dolía con tan solo encogerla. No sabía si era solamente el hambre o de verdad la comida estaba deliciosa. Escuché que tocaron la puerta y a como pude logré levantarme del sofá, era Lola, quién me miraba como si tuviese al frente a un mounstro.
—¡Dios!, dijeron que te había ido mal pero realmente no imaginé cúan mal estabas–se abalanzó sobre mí para abrazarme mientras sentía como lloraba en mi hombro–Jamás imaginé esto, de verdad lo siento. Ella las va a pagar, tú y yo saldremos de aquí antes de lo pensado, no podemos estar más aquí, ya no es sano–hablaba entrecortadamente por el llanto
—¿Cuándo lo ha sido, Lola? Perdón por no platicarte sobre esto pero fue algo que surgió de un segundo a otro, lo siento–suspiré y le sonreí ligeramente–Creo que debo ducharme, necesito quitar la sangre seca y poner algo de crema para no infectarme.
—Ve, yo te espero y siento que tengas que trabajar hoy, de verdad si fuera tan bonita como tú le hubiera hablado a Andrea para tomar tu lugar por hoy–sonrió mientras aún se secaba sus lágrimas
No me había visto en un espejo aún, debo de estar terriblemente mal como para que Lola llorara por mí. Al llegar al baño ví mi reflejo en el espejo y me veía horriblemente demacrada, sangre seca, hematomas y heridas era lo que más sobresalía de mi cara. Tomé mi tiempo al bañarme y sobretodo al secarme ya que debía tener cuidado con las heridas, tuve que morder mi lengua para no gritar de dolor en el momento que mi piel hizo contacto con el agua. Lola estaba sentada en la esquina de mi cama organizando el maquillaje hasta que me vió salir del baño, me hizo una señal para que me sentara frente al espejo, cuando me senté ella me recogió el cabello, volteó la silla hacia ella y comenzó a aplicar base y corrector por toda mi espalda, pecho y brazos porque básicamente estaba en ropa interior.
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Miracle |H.S| (Editando)
Hayran Kurgu"Él dijo que me aceptaría aún sabiendo lo que soy, él me iba a ayudar a salir de ahí, él dijo que no se avergonzaba de mí, sin embargo; todos mienten..."