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BORRACHERA

NICOLAS (P.D.V)

No, eso no podía ser cierto, ella no podía ser mi linda y dulce Sharpey, aquella mujer frágil y enamoradiza que me amaba parecía haberse extinguido.

¿Dónde estaba aquella mujer de la cual me había enamorado?

¿Dónde quedó aquella adolescente que me amaba incondicionalmente?

¿aquella que era capas de esperarme eternamente hasta que vuelva por ella?

Definitivamente esta nueva Sharpey no era ni la sombra de aquella adolescente que me amaba, ya no era una niña ni una adolescente, era toda una mujer y aunque se mostrase dura y lejana me excitaba aun mas, su fogosidad y temperamento me atraían aun mucho mas, su carácter indomable hacia que babeara el piso por donde pasaba.

-al fin llegas – sentencié.

Me encontraba sentado en la barra de un bar bebiendo un wiski solo mientras esperaba la llegada de mi viejo amigo.

-lo siento pero ella esta primero, fui a verla – sentenció Caleb. - dios santo ¿Cuánto has bebido? Estas ebrio.

-no lo estoy... ¿Cómo se encuentra? - pregunte al fin mirándolo.

Si, si lo estaba, definitivamente aquella nueva Sharpey me había sorprendido y necesitaba un trago para adaptarme a tan grandioso cambio, mas bien había necesitado ya dos botellas.

-sorprendida y enojada – sonrió – te lo advertí y no quisiste creerme, la has cagado hermano.

-jamás pensé que hubiese cambiado tanto – afirme.

-no quisiera decirlo pero... te lo dije – sonrió abiertamente.

-deja de burlarte – dije enojado.

-lo siento pero no puedo, te lo dije desde un principio, aquella chiquilla que conocías ya no existe, antes solo vivía para complacerte, era capas de esperarte eternamente pero abusaste de su confianza, pediste mas de lo que podías dar y ella termino hartándose, ahora es modelo y tiene un millón de hombres para escoger, ¿tu piensas que eres su prioridad? por dios, todos los hombres babean por ella, cualquiera estaría dispuesto a hacer cualquier cosa por probar su cuerpo, no te sientas privilegiado por haber probado sus mieles, no fuiste el único.

-no digas idioteces – sentencie gruñendo – ella es solo mía y se muy bien que no fui el único, se perfectamente que probaste lo que es mío y no puedo hacer nada por remediarlo pero te lo advierto, no vuelvas a tocarla o te matare - dije completamente enfurecido y amenazante.

-veo que aun no te queda claro – suspiro.

-¿de que carajos hablas?.

-entiende de una maldita vez que ella no te pertenece, ya no, ella no tiene dueño, es independiente, si sigues con ese pensamiento jamás lograrás recuperarla.

-esta bien, tienes razón - acepte, ese pensamiento no me llevaría a buen puerto con Sharpey y aunque ella fuese solamente mía no podía decirlo abiertamente o terminaría alejándola mas.

-bien.

-¿que demonios debo hacer para recuperarla? - suplique ayuda, el alcohol estaba pasándome factura y me sentía desesperado.

-primero que nada mentalizarte que ella no te pertenece, es libre de enamorarse de cualquiera.

-¡no! No puedo permitir eso ¿es que acaso no lo entiendes? La amo, cometí muchas estupideces, la deje marchar y me arrepiento en lo más profundo de mi ser, la dejé de lado por el maldito dinero y me arrepiento como no te das una idea.

me esperarasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora