Kari dio un par de vueltas por el templo, caminado con sigilo para que nadie notara su presencia. Ingresó a la sala donde siete puertas acomodadas formando un círculo se encontraban. Se detuvo frente a una y haciendo uso de un conjuro, concentró las imágenes que se mostraban ahí en pequeñas perlas.
Hizo caer un par a tiempo que se sobresaltaba al sentir una presencia a sus espaldas. Gael la observaba con su penetrante mirada, y se aproximó a ella con paso desafiante, poniéndola nerviosa.
— ¿Qué haces? —le reclamó tomándola por la muñeca.
—Buscaba a Freya —mintió con descaro.
Gael sonrió irónico y la soltó.
— ¿Crees que no sabemos que eres tú quien ha estado robando profecías? Freya no es estúpida. ¿Qué pretendes?
Kari tragó saliva y lo enfrentó también desafiante.
—Sabes que no estoy del todo de acuerdo con las ideas de Freya, creo que el plan de Sahori es mejor.
—Sahori dimitió de robar profecías la última vez que mandó a Abby. Jugar a dos puntas no fue una buena idea de tu parte, jugar a tres es traición.
— ¿De qué hablas? —Su voz se entrecortó por los nervios.
—Sahori no es la única que manda ladronas a tomar predicciones.
— ¿Qué estás insinuando?
—No insinuó nada. Obedece a Freya y trae a Charleen. Esto acaba ahora —dijo por último, dándole la espalda.
Charleen tenía un permiso especial para recorrer a placer la cuidad de Selo. El lugar era tan grande y maravilloso, con tantas cosas por ver, que no sabía por dónde empezar.
Deambuló por las calles y jardines. Como le habían dicho las sirvientas, las mujeres andaban con escasa ropa igual que ella, lo mismo pasaba con los hombres, quienes exhibían sus bien formados torsos. Algunos jóvenes y niños practicaban hechizos, la mayoría peleaba, ya fuera con la espada o haciendo uso exclusivo de su físico y habilidades mágicas. Su collar no paraba de brillar, reaccionando ante la magia que la rodeaba.
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El tesoro de Charleen (Foris #1)
FantasíaComo es tradición en su pueblo, Charleen debe contraer matrimonio al cumplir los dieciocho años, sin embargo, no piensa aceptar esta obligación sin antes haber vivido una gran aventura y escrito en libros sobre ella. Es así que convence a un guerrer...