Bad boy

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-¡Cogelo!- gritó Call.
-No sé, creo que no deberíamos.- contestó Aaron.
-Si no quieres participar, vete a la habitación.- contestó amargamente Call. Tenían que robar algo. Pero Call no podía solo. Necesitaba a Aaron, ya que con su pierna mala no podía. Pero Aaron se había resistido. Callum pensó hacerlo con Tamara, pero después de lo que pasó con lo de su padre y lo del Alkahest, ya no confiaba en nadie. Solo Aaron le parecía suficientemente amable y sincero, como para que no lo contara.
-Esta bien. Me rindo. Me voy a mi cuarto, ya vendrás cuando veas que no puedes.-
-¡Cuando consiga la Bola Petrea verás como soy mejor mago que tu!- gritó Call arrogante. Aaron como respuesta levantó las manos en símbolo de que le daba absolutamente igual. Eso hizo a Call enfurecer mucho más. Y tambien hizo que se concentrase más aun en conseguir esa bola mágica. Se había enterado al leerlo en la biblioteca, y oyó decir al Maestro Rufus que te concedía cualquier deseo, y aumentaba mucho más la magia.

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-Call, dasela al Maestro Rufus.- dijo Aaron. Call lo fulminó con la mirada.
-¿Darme el que? Espero que no hayais robado o hecho nada.- contestó el Maestro Rufus con su expresión de seriedad que siempre tenía.
-¡Nada!¡Aaron simplemente quiere fastidiar!- gritó Call.
Tamara lo miró como si nunca lo hubiese conocido.
-Eso me temo que no es verdad, Callum.- dijo Aaron con tranquilidad.
En respuesta Call hizo algo que cambió su vida, su personalidad y sus amigos.
Empezó a crear caos. Al verlo el Maestro Rufus ni se inmutó. Call no podía hacer magia del caos aún, aunque ya hubiese utilizado esa antes. Probablemente lo castigaría obligandole a hacer 1500 flexiones, o a limpiar el Comedor del colegio. Pero su segunda reacción fue cuando se cayó al suelo. Rufus vió como Call creaba una esfera gigante de caos, mirando con una mirada fulminadora a Aaron. Después cayó en la cuenta. Callum se había hecho con la Bola Petrea.
-¡¡Detente!!- le gritó el Maestro Rufus.
Pero Call no se detuvo. Avanzó hacia el pobre Aaron, que este estaba en el suelo, caído del susto.
-¡Constantine Madden, detente!- gritó Tamara interponiendose en el camino de Call.
El Maestro Rufus miró con expresión rara a Tamara, y se preparó para una lucha. Call se detuvo y dijo:
-Apartad del medio, u os enviaré al caos.- advirtió Call. La bola se hizo más grande, hasta que con la otra mano, Callum mandó con magia de aire a Tamara y a Rufus al otro lado de la sala común. Sus cuerpos chocaron contra la pared de una manera muy mala. Después miró a Aaron.
-Al parecer este es tu momento.- dijo Call acercándose a Aaron. Lágrimas empezaron a brotar de sus ojos, y se encogió todo lo que pudo donde estaba. Entonces Call hizo que el caos rodease a Aaron, como lo que sucedió con los lobos. Pero Aaron podía luchar. Podía deshacerse de todo ese caos. Pero estaba demasiado decepcionado, triste y confuso. De repente el caos empezó a consumirlo. Lanzó un grito desgarrador que se oyó en todo el Magisterium. Su cuerpo empezó a desparecer. Sus partículas separandose de ellas. Hubo un momento en que Call dejó de crear caos y se fijó en lo que estaba sucediendo. Se sacó la Bola petrea del bolsillo, y la miró. Después la estrelló contra el suelo. Miró a Aaron y se asusto. Yacía inconsciente en el suelo mientras su cuerpo era consumido por caos.
-¡¡Nooooooo!!- gritó. Pudo divisar el corazón y pulmones de Aaron, ya que sus costillas habían desaparecido.
-¡¡A sido un error!!¡¡No lo quería hacer!!- gritaba por todos lados, mientras intentaba que el caos no consumiera más a su amigo. Después miró a la bola que había estrellado contra el suelo. Recordó que quien la contenía, se volvía tirano, y quería matar a todo el mundo que no estuvieran con su idea. Quedaba poco del pobre Aaron, y Call lanzó un último gritó. Después se acercó con lágrimas en los ojos y le dio un beso en la mejilla. El último beso antes de su muerte, ya que nunca más en la vida volvería a ver a Aaron. Recuerdos pasaron por su cabeza. Cuando se conocieron el la prueba de Hierro. Lo del Alkahest. Automotones...
-Call...- so oyó una voz débil. Levantó la mirada, y vio cómo Aaron lo miraba.
-¡¡Lo siento!!¡Yo no quería!!- gritó Call. Lágrimas empezaron a brotar. Call notó algo en la cabeza. Era Aaron. Le estaba acariciando, en señal de que sabía que no había sido verdaderamente el alma de Callum. Call le cogió la mano, y se la devolvió.
-Adiós Aaron.- dijo Callum con lágrimas. Sentía por dentro algo que lo consumía. Algo que lo devoraba. Sintió caos. Se alejó de Aaron y se percató de su segundo error. Había utiliizado demasiado caos. Y ahora lo consumía. El Maestro Rufus y Tamara se estaban recuperando del golpe. Call gritó.
-¡Maestro Rufus!¡Ayúdeme!- le pidió al Maestro Rufus. Pero Rufus como respuesta lo empujo.
-¡Ese es tu castigo por consumir a Aaron!- estaba furioso. Pero Call estaba espantado. Recordó la lección del Maestro Rufus sobre ser consumido. Te consumía por dentro y no podías pararlo. Y dolía. Dolía mucho.
-¡Ahh!- gritó Call envuelto de caos.
Y por una vez en la vida, Callum se sintió poderoso. Envuelto en caos, era inmortal. Era eterno.
-¡Maestro Rufus!- gritó Tamara. Tamara había contemplado como su amigo había sido envuelto en caos, y ahora, su otro amigo, se convertía en un elemental de caos. Se preguntó que podría pasar a continuación...

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¡Hola muy buenas!
¡SLENDERBOY al teclado!
Este capítulo tendrá probablemente una segunda parte. Y me costó escribir y describir como Aaron moría, y Call era consumido (no me mateis XD)
La Bola petrea es creada por mi, y la foto de como me la imagino esta en la multimedia.
En fin, ¡hasta la próxima!
¡Hasta lueguis!
SLENDERBOY

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