Magisterium Tales [Completa]

La prueba de los elementos

-Los alumnos que quieran pasar al último curso del Magisterium antes de graduarse tendrán que pasar 'La prueba de los elementos'. Una prueba en la que solo los mejores podrán pasar, garantizando al Magisterium entero y a sus aliados que solo los mejores magos pasarán. Se os pondrá varias pruebas, en las que tendréis que utilizar todos los elementos. Los Makaris tendrán una prueba adicional para el control del caos. Aquellos que fallen las veces suficientes, repetirán curso. Los alumnos que aprueben, serán graduados y llevados al Collegium. Tenéis a partir de hoy, un mes para practicar libremente. Vuestros maestros simplemente os observarán. Se os dará a cada uno una sala especializada para practicar en concreto esta prueba, en la que podréis personalizar para vuestros entrenamientos. Mucha suerte a todos.- así acabó el discurso del Maestro North frente a todos los alumnos del curso de Oro. Call miró a Tamara y a Aaron, y vio que estaban igual de asombrados que él. Sabían que si fallaban, repetirían curso. Y nadie de ellos quería quedarse rezagado en el mismo curso. Call se dirigió a la puerta con todos los demás, y vio a Aaron delante suya. Se adelantó para hablar con él, pero la reacción que tuvo no le gustó mucho.
-Oye Aaron.-dijo Call acercándose a él. Pasando su hombro, vio que Aaron escribía algo en una libreta mediana.
-Ey...Hola.-dijo Aaron al darse cuenta de su presencia, y cerró su libreta rápida y bruscamente. Call solo alcanzó a leer unas pocas palabras como 'caos', 'abierto' y la última, que le preocupó, 'Call'.
-¿Estas bien?- dijo Call.
Aaron se sonrojó al ver que lo que había hecho no era de lo más apropiado.
-Si, lo siento. Creo que estoy un poco nervioso por lo de la prueba, eso es todo.-respondió.
-¿Y esa libreta?- preguntó Call asomándose a verla. Aaron se la puso detrás de la espalda, y dijo secamente:
-Lo que escriba no es tu asunto.- respondió, y se fue, desapareciendo entre la multitud. Eso dejo a Call extrañado, su amigo nunca le había hablado así de esa manera.

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Cuando Call llegó a la sala común, se encontró con Tamara.
-Hola.- dijo Call, y Tamara levantó la mirada de un libro que leía, y respondió
-Hola, ¿que ha pasado con Aaron?- preguntó. Call levantó la mirada y se dio cuenta de que la habitación de Aaron tenía el pestillo puesto por dentro.
-¿Cuanto tiempo lleva ahí?- preguntó Call. Tamara levantó los hombros en señal de que no sabía cuanto tiempo estaba el rubio metido ahí dentro. Call se sentó en el sofá. Estaba cansado, había andado mucho y su pierna le ardía a pesar de haber recibido entrenamiento para no cansarse.
-Creo que planea algo.- dijo Call.
-Todos planean algo.-repondió Tamara.-Los ves a todos con libretas y apuntes, y algunos no salen de sus salas de entrenamientos.-Call pensó en eso último. Se levantó, y rápidamente se dirigió hacia Tamara. Se agachó, y con sus labios a menos de cinco centímetros, cogió, y tiró un cojín al otro lado de la sala.
-Lo sabía.- dijo Call. Debajo del cojín había una libreta y varios libros de magia, probablemente sacados de la biblioteca de los Rajavis. Tamara cogió las libretas antes de que Call pudiera hacer algo.
-Si, yo también planeo sabes. No pienso ser la rezagada del curso.- dijo Tamara bruscamente.
-Perdón.- se disculpó Call. Y con eso, los dos se fueron a dormir.
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-Muy bien, estas salas son vuestras. Son privadas, las únicas personas que pueden entrar, son vosotros mismos, y yo.- dijo el Maestro Rufus. Call miró a ambos lados, para ver si sus amigos le devolverían una sonrisa, como en todos los entrenamientos. Pero no fue así. Estaban dispuestos a entrar en esa sala, y practicar hasta el final.
-Los entrenamientos tienen un horario. Desde las cinco de la mañana, hasta las 13:45, podéis practicar todo lo que queráis. Tendréis que salir para comer, y después, desde que acabéis de comer, hasta las nueve de la tarde, podéis entrenar, practicar, separar arena...etc. Es vuestra decisión.- explicó el Maestro Rufus.
Media hora después, Call estaba en su sala. Era cuadrada, amplia y larga, y el suelo era de arena. Media alrededor de 15 metros de largo y de ancho. Las paredes eran de piedra y arena, y justo al lado de la puerta, había un gran panel de cristal, negro, mejor dicho. Desde fuera se podía ver lo de dentro, pero no se podía ver desde dentro lo de fuera. Dio varias vueltas alrededor de la sala. No pasó nada.
'A lo mejor tengo que practicar sin nada' pensó Call.
Con la ayuda de la magia de la tierra, hizo lo que parecía un maniquí con brazos y piernas. Call se posicionó a 2 metros de el, y empezó a invocar la magia que su alma impostora, la que le hace mantener un secreto letal, le concedió. Hizo pequeñas chispas, que con un poco de esfuerzo, se convirtió en una pequeña bola de caos. Se dispuso a lanzársela al muñeco, y destruirlo. La bola era negra, y un poco de morado. Se auto-consumía y regeneraba ella sola. Se fijó en el centro del muñeco como objetivo, y apuntó de lanzarla, un bloque de arena bajó del techo, y fue consumido por la bola de caos. Esta desapareció, y el muñeco se destruyó poco a poco.
-Hola Call.- se escuchó dentro de la sala por unos altavoces.
-¿Quien eres?- dijo Call.
-Me llamó Karven, y seré tu entrenador hasta la Prueba de los Elementos.- explicó Karven. Su voz era un tanto grave y pertenecía segurísimo a un adolescente de entre 16 a 19 años.
-El Maestro North dijo que nadie nos diría nada.-
-Vuestros maestros no os dirían nada.- explicó Karven.-Mi trabajo es entrenarte para que pases la prueba y te envíen al Collegium. Soy, en otras palabras, tu 'entrenador personal'. Vamos a empezar.-
-Vale, pero Aaron y Tamara también lo tendrán, ¿verdad?- preguntó Call.
-Error. Pensar en tus amigos ahora solo te debilitará, lo que llevará a que falles la prueba.- explicó Karven. Era verdad, no podía pensar ahora en sus amigos. Debía centrarse en su entrenamiento.
'De todos modos, son unos de los mejores magos de nuestro curso. Seguro que ni siquiera tienen un entrenador.' Pensó.
-Muy bien, vamos a empezar.-dijo Karin desde el otro lado. Se oyó de fondo el tecleo de unos botones, y de inmediato, en frente de él, aparecieron tres caotizados de arena. Call se quedó atónito. Parecían tan reales como los de verdad, con sus ojos rotatorios y su cara neutral.
-Derríbalos.- dijo Karven por el altavoz. ¿Ese era el entrenamiento? ¿Derribar caotizados de arena?
'Para eso puedo atacar la propia base del Maestro Jospeh.' Pensó Call irónico. Pero luego pensó en la prueba, y se centró en su trabajo. Se concentró, y formando con las manos un círculo, salió unas chispas de caos. Con mucho más esfuerzo que la primera vez, la convirtió en una esfera pequeña, que tiró al muñeco que había en medio de los otros dos. La bola impactó en el pecho y arena salió volando por el aire, a la vez que era mandada al vacío. Los tres muñecos desaparecieron, dejando solo sus huellas.
-Muy bien. Ahora te centrarás en la orientación.- dijo desde fuera, y para la sorpresa de Call, la sala se convirtió en un laberinto, esta vez de arena, y no de fuego, como en la última prueba. Sin embargo, este era de pasillos amplios.
-Encuentra la salida en menos de media hora. Te encontrarás con elementales y con desafíos, que tendrás que vencer en casi todos. Solo tendrás una botella.- dijo, y automáticamente, una botella de agua cayó del techo, la cual Call cogió al vuelo.
-Empieza...¡Ya!- y con eso, Call empezó a caminar por los pasillos, sin saber lo que le podía esperar.
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Los pasillos eran oscuros, alumbrados por piedras, que habían sido iluminadas utilizando magia. Había un temporizador en el techo, colgado por unas piedras. Ya habían pasado 10 minutos, y Call se empezaba a impacientar. Giró a la derecha, luego a la izquierda, y finalmente a la derecha. El pasillo era largo y más amplio de lo normal, y el suelo había cambiado de arena a piedra, y había algunas estalagmitas. Costaba ver el fondo, fundido en negro. A Call le entró un escalofrío. Algo le decía que huyese, que corriese todo lo que podía a pesar del dolor de su pierna. Pero otra, le decía que si esto se había puesto en su camino, sería un desafío, o el único camino a seguir hasta el otro lado.
Call invocó una pequeña llama de fuego, que lanzó al final del pasillo.
'A lo mejor es un camino sin salida.' Pensó Call al principio, pero cuando la llama impactó, se escuchó por todo el laberinto un rugido sepulcral. Y lo que antes parecía una pared, se convirtió en una criatura.
'Es un elemental de piedra'. Pensó Call, y cuando el elemental comenzó a caminar, el suelo retumbó. Cuando surgió a la luz, Call se dio cuenta de lo que era de verdad. Era alto, con los ojos dorados, y estaba hecho de rocas y hierro. Arrancó una estalagmita, y se la lanzó a Call. La esquivó de milagro y se convirtió en pedazos contra la pared. Call invocó fuego, la cual se convirtió en una llama más grande que su mano, y con dificultad, la lanzó hacia el elemental, pero no sirvió para nada, ya que este simplemente se enfadó más. Entonces Call invocó caos otra vez, transformándolo en un rayo.
Este al impactar contra el elemental, hizo que explotase, lanzando a Call contra la pared. Y de repente todo se volvió negro.
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Al otro lado del laberinto, estaba Karven. Vestido de negro, mantenía un ojo en el temporizador. A Call le quedaban 2 minutos para acabar. Había oído la explosión, lo que hizo entrar en la sala y volar por encima del laberinto hasta la salida. Con la mano jugaba con una medalla de oro, dándole la vuelta una y otra vez. De repente, en la pared del laberinto, a 20 metros de la salida, se vio como una sustancia oscura cubría la pared, y la consumía poco a poco. Karven se puso en guardia y la medalla cayó. Invocó fuego y aire.
'A lo mejor un elemental se está escapando. Esto fue mala idea.' Pensó. Pero cuando la pared acabó de consumirse, lo único que había detrás de ella, era Call, con una cara de cansancio.
-¡¿Que has hecho!?-exclamó Karven. Palpó a Call por los hombros y por los brazos para ver si estaba herido.
-Simplemente he salido del laberinto. A mi manera.- dijo Call.
-No puedes hacer las cosas a tu manera. Los magos no lo quieren así. Si quieren que luches contra un elemental con agua, ¡tú tienes que luchar con agua para pasar!- explicó Karven.
-Karven, creo que debería de utilizar la magia que me diferencia de los demás. He consumido con ella a más de 3, y lo volvería a hacer.- explicó. No estaba cómodo en esa situación. Quería reunirse con Tamara y Aaron y hablar de las cosas que habían hecho hoy. Karven estaba pensativo.
-Me metí en el Magisterium rompiendo las reglas. Salvé a mi mejor amigo rompiendo las reglas, y conseguí mi segundo mejor amigo, Estrago, rompiendo las reglas.-
Karven se quedó en silencio pensando, y finalmente, habló.
-¿Quieres pasar la prueba?- le preguntó a Call, el cual respondió diciendo un 'Si' con la cabeza.-Pues entonces haremos algo más intensivo.- dijo Karven, y a Call le entró un sentimiento de complicidad, malicia y diversión.

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Se lo que dirán, de que no actualizé en mucho tiempo, y que estuve un poco 'desaparecido' por unos meses. Pero he vuelto. Y se que me extrañaron 😅💖💖. (ok mejor me callo).
Estuve haciendo trabajos, debates, y me concentré en otras cosas que eran de considerable importancia. Pero bueno, aquí os dejo un capítulo nuevo, del cual, por supuesto, haré una o dos partes más 😉.
En cuanto a los próximos capítulos, tengo pensado si todo va bien actualizar un capítulo largo, que consiste en más de 2000 palabras, y algo suculento para vosotros 🤤.
Pero bueno, me pondré con el capítulo próximo enseguida.
Lo siento por estar inactivo, pero la educación es como es.
Pero encontré un hueco perfecto para Wattpad los domingos 😁.
Así que nada más por hoy, espero que este capítulo fuera de vuestro agrado, y espero que cuando bajéis la página le deis a la estrellita justo debajo. Cuantas más estrellas y votos le dais, ¡MAS ME ENTUSIASMA ESCRIBIR 😍!
Así que ya sabéis. Os veo en el próximo capítulo!
D545.

P.D: Haré una pregunta en cada capítulo y ustedes responderán en los comentarios la respuesta. ¿Que os parece?

P.D.C (pregunta del capítulo): ¿¿Ya se leyeron TSM?? (Yo sí 😋).