"Extinción humana "(Max Steel fanfic)

23-Destrucción

-!Mas fuerte chicos!-Gritaba Steel desde arriba de una gran colina-Tendrán que usar mas que sus trajes con poderes para vencer esta vez, !Así que arriba ese animo equipo Turbo!-Gritaba el ultra-link mientras alzaba varios banderines con  los nombres de cada uno de los chicos, cuidando que el fuerte pero fresco aire de esa mañana de  sábado donde apenas los primeros destellos de la mañana llegaban, asi como los primeros sonidos de la sociedad que despertaba. Cosa que Max, Alex y Rayne notaron al instante, mientras el sudor  bajaba de sus frentes al mismo tiempo que la lluvia y con la misma  fuerza con las que escalaban la colina que no superaba los 500 metros de altura, pero que aun asi era un reto sin protección en especial por la inclinacion de esta.

-Muy fácil de decirlo si vuelas, pedazo de lata...-Susurro el latino al escuchar esa frase  por 354 veces, antes de ser  el objetivo de una de las banderas que sostenía Steel.

-!Te escuche!-Grito el Makiniano desde arriba, mientras observaba como Maxwel  y Rayne, aun con lo cansados que estaban, sacaban fuerzas con cada gruñido, raspadura, golpe, bufido ect.

-Chicos...¿No creen que deberían descansar?-Alex alzo su voz fuertemente para ser escuchado por sus compañeros, preocupado al observar como dejaban pequeños rastros de sangre al rosar por alguna roca-!Steel para con esto por favor, los chicos están sangrando!-.

Steel dudoso quiso corroborar bajando hasta donde estaba su mejor amigo, verificando que el sangrado era mayor de lo que podía parecer, especialmente por que la zona del sangrando se encontraba en el chamorro izquierdo de Max- !Amigo, para!-  Grito el alien poniéndose al frente de Max pero el solo saco un gran bufido.

-S-si pa-paro, e-el no lo ha-hara...-Suspiro Max antes de seguir con su contienda, pero en un paso en falso, una piedra se desmorono haciendo que el joven cayera haciendo que solo escuchara una cosa antes de que todo se difuminara en negro.

-!MAX!...-

...

La tristeza del cielo, asi como la corrosión de los edificios y del poco ambiente natural que quedaba no solo en esa zona devastada, si no en todo el planeta. Siendo vestigios de una cultura que una vez fue grande, pero esos días habían muerto al igual que la esperanza de vivir de sus habitantes.

Y aquellos que no estaban en una profunda depresion, eran los que controlaran aquellas maquinas infernales de decenas de metros de duro y frio metal que se habian llevado la vida de un numero incalculable de gente.

Fueron los sonidos de esos monstruos de metal que despertaron a Max Steel, quien tenia su traje sin ningún rastro de daño y era lo unico de aquel valle gris y lleno de muerte que no estaba deteriorado.

El joven al observar el deprimente paisaje donde estaba quedo perplejo, escombros, plantas muertas se hayaban por doquier, el viento fuerte denotaban que alguna de esas malditas maquinas estaban haciendo cualquier trabajo para lo que fueron creadas: Unas aberraciones de la tecnologia con 4 patas que dejaban un sonido ensordecedor con cada paso que daba, un gigantesco caparazón con lineas celeste que se extendían por toda la estructura de la monstruosidad. Un celeste muy parecido a la tonalidad de la energía turbo de Max, y una pequeña cabina que dejaba ver una ventana larga donde claramente era donde se estaba controlando aquel aparato.

-Pe-pero...¿Q-que e-es es-este l-lugar?- Alcanzo a susurrar el joven que apenas se estaba levantando poco a poco.- ¿Q-que pa-paso?¿Don-donde estoy?¡Donde están chicos¡- Pregunto Maxwell empezando a tener dificultades para respirar al igual que al orientarse. Su cuerpo no respondía, era como si hubiera destruido algún objeto de gigantesco el solo y una gran fatiga le estuviera aquejando.

-¡Ahgg!- Grito al tratar de ponerse de pie bruscamente y asi cayendo al suelo en seco golpeándose contra unos escombros-¡AAHHGG, RAYOS!.

Después de lo que fueran horas de intentar hablar con Steel Max se rindió, al parecer estaba en una especie de sueño profundo por no decir otra cosa...Y asi Max, con todas las fuerzas de su voluntad prendió camino hacia una pequeña y dañada casa a lo lejos. Tenia que ver en donde carajos estaba.