Demonio y shinigami

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Era de noche, el viento soplaba fuertemente, pequeñas y delgadas gotas de agua comenzaron a caer del cielo, y entre los árboles se podía ver a una sombra saltar de un lado a otro, parecía presurosa.

- Sebastian ¿a dónde vamos? Preguntaba el peli azul a su pareja, hacía rato que el pelinegro seguía corriendo y saltando entre los árboles

- A la mansión, ¿no es obvio? Contestaba el mayordomo sin dejar de ver por donde pisaba, después de toda tenía que ser cuidadoso si no quería lastimar más a su amigo, o en este caso amiga

- ¿Cómo planeas llegar?, digo estamos muy lejos Preguntaba el conde mientras volteaba a ver hacia atrás, asegurándose de que nadie los siguiera

- Ciel tiene razón, está muy lejos y yo solo soy una carga Comentaba el supuesto chico seriamente, se sentía impotente, de nuevo parecía solo estorbar y ser una carga para los demás

- Escuchen me ustedes dos Decía el pelinegro serio - Llegaremos a la mansión, se los aseguro

Mientras Sebastian, Ciel e Ian hablaban sobre como llegarían a la mansión, Claudia observaba las gotas de lluvia que caían del cielo, había salido para tomar un poco de aire

- Parece ser que el cielo llora las lágrimas que no lloré cuando nos separamos ¿no lo crees? Decía la abuela de Ciel volteando a ver al peligris, el cuál parecía recobrar la conciencia

- ¿Claudia?, pero ¿cómo tu..... Under hablaba mientras al igual que ella salía, no podía creer que esa persona estuviera viva, era imposible o eso pensaba él

- ¿Cómo es que estoy viva?, pues.... Preguntaba Claudia sonriendo, parecía ser un tema que no le era importante pero en realidad esa era la causa de todo lo que había hecho - Te contestare si me contesta una cosa ¿por qué tratas de separarlos?

- Porque humanos y seres como yo no debemos relacionarnos Decía serio el peligris mirando al igual que la otra, las gotas de lluvia

- ¿Lo dices por lo que paso hace muchos años? Preguntaba seria ahora la dama la respuesta dada por el peligris no era del todo de su agrado

- Oye Ian, ¿qué pasa aquí?, digo ¿qué paso contigo y mi abuela?, ¿cómo es posible de que este viva? Preguntaba Ciel a Ian, el cuál era curado por su amado, los tres estaban en un barco, pues gracias a su suerte ya casi amanecía, las labores de los demás estaban comenzando y eso incluía el puerto, donde el barco donde se encontraban salió con rumbo a Londres a primera hora

Hawkins suspiro y hablo - Ciel hace muchas años tu abuela Claudia Phantomhive se casó y cumplió con el rol de ser la persona de cumplir los deseos de su majestad, un día mientras cumplía su trabajo, observo a un joven de cabellera larga y ojos verdes, un shinigami Ciel y Sebastian escucharan atentamente el relato de Hawkins mientras en otra parte sucedía lo mismo

- Me enamore un hombre, de un shinigami, y él de mí, se diría que fue amor a primera vista, dado eso tu decidiste ayudarme en mi trabajo y yo acepte, mi esposo nunca se dio cuenta de esto, de que poco a poco le era infiel, hasta que un día embarace, te engañe creía que era de mi antes esposo.... pero no era así Decía Claudia mientras sentía como poco a poco su voz parecía querer irse, le era difícil hablar de este tema

- Resultó que el hijo de Claudia era el hijo de aquel shinigami, pero este no lo supo a tiempo, después de que se enteró del embarazo de Claudia, se distancio de ella, Claudia por su parte siguió con aun vida y así tuvo a tu padre..... Seguía relatado Ian mientras su brazo parecía haberse compuesto, ahora lo podía mover

- Un día tu regresaste, y yo pensé que me habías perdonado, hablamos por un largo tiempo y le confesé que aquel niño era su hijo, y para cuando menos sentí había sido asesinada por aquel shinigami.... él no recolecto mi alma, se fue para que otro shinigami la recolectará, pero mi alma estaba tan confundida, enojada por lo estúpida que fui al creer que todo había vuelto a ser como antes, que me volví un demonio..... Terminaba su relato Claudia mostrando sus ojos tal cual de ese color rosa, mientras en el barco Ciel y Sebastian se miraban el uno al otro todo parecía encajar a la perfección.

- Eso quiere decir que Undertaker es mí..... Mi Ciel miro al piso, demasiadas cosas por asimilar, apenas unos días se había enterado de su embarazo... y ahora se enteraba de que su abuela estaba viva y por si eso no fuera poco, que su abuelo era quien había tratado de matar a su pareja

- Tu abuelo Completaba la frase Sebastian, ahora entendía no solo porque el carácter y el pasado de Ciel eran característicos para que su alma fuera de la mejor calidad, sino que también poseía sangre de un shinigami, haciéndola aún más especial de lo que era

- Ya se le ve su pancita ¡que emoción! Decía entusiasmada la sirvienta mientras lavaba los platos

- Tienes razón ¡será un lindo bebe! Comentaba Finny mientras sus ojos se iluminaban pensando en cómo sería el hijo/a de su amo

- Jo, jo, jo Decía el señor Tanaka mientas bebía un poco de su té

- Detesto decirlo pero tienen razón será divertido tener otro integrante en la familia, claro mientras no sea tan enojón como el joven amo Respondía Bard divertido hasta que sintió como alguien le pegaba en la cabeza

- Deja que te escuche el joven amo o Sebastian y haber que te pasa Advertía ahora una dama de cabello largo color lila, un ojo color verde y otro azul

- Celestine tiene razón Comentaba Meiryn sonriendo - Así que no te burles

- Por cierto ¿dónde están? Preguntaba el jardinero, puesto que en toda la mañana no los habían visto

- Creo que en la habitación del joven amo, ya saben las náuseas y vómitos del diario Respondía Celestine sonriendo

Habían pasado alrededor de tres meses, tres meses desde que Sebastian y Ciel se enteraron de la procedencia del menor, en los cuales Celestine les dijo como Ciel había terminado embarazado, tres meses en los cuales los sirvientes se enteraron del embarazo de Ciel, de que tanto Sebastian como Ian, ahora Celestine no eran humanos, si no demonios, qué existían los shinigamis, todo llego de golpe pero como signo de su apoyo, decidieron procesar la información y aceptarlo.

Celestine, ahora se presentaba con su forma verdadera, como una dama, Ciel y Sebastian cuidaban el uno del otro, y los sirvientes cuidaban del pequeño, dado su embarazo.

Ahora todos vivían en paz, o eso era lo que querían creer, desde que dejaron a Claudia y a Undertaker, no se sabía nada de ninguno, todos sabiendo lo que pasaba, lo único que esperaban era que Claudia apareciera pronto.

Hola

Esperó les guste este capitulo.

Gracias por leer.

El destino nos enlaza al amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora