Capitulo 5:

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Cuando se despidieron de los fans que tenían la entrada VIP y se pusieron más arreglados nos invitaron a salir.
Yo me negué porque no quería ver a Matt ya que éste seguía muy taciturno.
-Me voy a mi casa- dije sorprendiendoles a todos.
-Oh no tú no te vas-me dijo Brian cogiéndome con fuerza del brazo para que no me soltara.
-Brian no, necesito irme-le miré con necesidad.
-Si se quiere ir dejala, se nota que no le importamos una mierda- dijo Matt mientras se montaba en su coche.
-Mira hijo de puta, me voy porque me has dicho que me amabas y después pasaste de mi como de comer mierda, me voy porque ahora mismo no aguanto tu puta presencia así que no me toques lo que no tengo, gilipollas-dije mientras me iba en dirección ami casa dejándoles a todos estupefactos.
Estaba que me hervía la sangre del mismo cabreo, nunca solía llorar, solo transformaba mi dolor en rabia pura y dura.
Normalmente cuando me daban esos ataques de histeria siempre tendía a irme corriendo hasta que estaba tan cansada que ya incluso pasaba del tema.
Mi casa pillaba bastante lejos así que, empecé a andar, mi plan era ponerme unas deportivas, un chandal y coger mi Ipod para después correr hasta donde me llevaran los pies ya que con mi vestido negro a medio muslo de tirantes no correría ni aunque me pagaran por ello.
Iba cada vez más cabreada y deseosa de ello hasta que un pitido me sacó de mi ensoñamiento.
Le saqué el dedo corazón y seguí andando, me importaba una mierda quien fuera. Sentí como aparcaba el coche la persona y me acariciaba la cadera.
-Lo siento nena- dijo con tono lastimero.
-Déjame pasar página Matt-le dije mirándole triste.
-Ojalá pudiera, pero no puedo-dijo mientras se acercaba a mi.
Él me besó como hacía mucho que no lo hacía, dulce pero a la vez pasional acariciandome la cintura con ambas manos mientras yo le acariciaba la nuca.
-Vamos a tu casa y después nos juntamos con estos-me dijo con una sonrisa pícara.
-Sabes lo débil que soy a tus encantos Matthew-susurré mientras me montaba en su coche.
-En un kilometro hay un descampado-dije mirándole mientras él conducía con una mano y empezaba a acariciarme la pierna con su mano libre.
-¿Cuantas personas?-me dijo mirándome.
-Desde ti ninguna, así que ve con cuidadito-le dije mirándole.
-Por desgracia no puedo decir lo mismo- dijo con un gesto algo triste.
-Han pasado 10 años, lo entiendo- le miro fijamente y llegamos al descampado.
-No te mereces follar como una puta en un descampado, dame la dirección de tu casa.
Yo se la di mientras seguía conduciendo, estaba bastante cerca del descampado así que cuando llegamos él me abrió con gesto galán la puerta del copiloto.
-Nena, lo siento, estaba mal, me has puesto en dos segundos mi jodido mundo del reves-me dijo acariciándome la mejilla mientras sonreía un poco.
-No vuelvas a hacerme daño-dije mientras abría la puerta del bloque de pisos y pasábamos al interior.

Mi mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora