Me sentía en una nube, él de siempre sabía lo que hacer para que me sintiera cómoda y no enfadada, ya fuera por su culpa o por la de alguien más, siempre había sabido como se hacía.
En el ascensor sus ganas de tocarme eran abrasadoras pero no lo hizo pero cuando abrimos la puerta de mi casa, no me dió ni tiempo a cerrar la puerta. Me besó como él sabía que me gustaba, me devoraba mientras sus manos iban directas a mis caderas y con ellas a mi trasero. Me quitó el vestido mientras me miraba directamente a los pechos sonriendo lascivo.
-Han crecido- dijo mirándome con pasión mientras yo quitaba su camiseta y veía su abdomen plano, estaba genial pero no tenía apenas tabletita.
Volvió a besarme con esa fiereza tan característica suya mientras me quitaba el sujetador y empezó a bajar por mi mejilla y mi cuello hasta llegar a ellos.
Yo gemía de puro placer y lujuria pidiéndole más, mucho más.
Noté el gran bulto en sus pantalones y ataqué, lo besé con fiereza mientras jugaba con su cinturón quitándoselo para después desabrocharle los pantalones.
-Vas rápido animadorzuela- dijo mirándome con una sonrisa- tendré que ajustarme a tu ritmo-dijo mientras me desnudaba completamente teniéndome a su merced.
-Tu habitación-dijo con la respiración entrecortada cogiendome en brazos y yo le di indicaciones. Cuando llegamos me soltó con cuidado en la cama y se puso encima de mi volviendo a devorar mi boca acariciandome las costillas haciendo que cada vez estuviera más loca por él.
-No aguanto más, necesito...-dijo mirándome mientras sacaba de mi mesilla un condón que me dio mi amiga para estos casos, menos mal que aun no estaba caducado.
Le quité los boxers y vi su polla totalmente dura, con una gota perlada de líquido preseminal en la punta.
Era la cosa más erótica que había visto en mi vida, claro que no había mucho para comparar.
Se colocó con rapidez el condón y se colocó en mi entrada.
-Si te duele dimelo-susurró con dulzura.
Me empezó a introducir su gran falo y yo jadeé mirad por el placer mitad por el dolor porque ya no recordaba lo que era eso, además que había crecido muchísimo desde los 16 años.
-¿Estas bien, pequeña?- me dijo mientras me daba pequeños besos en los labios antes de seguir.
-Estoy bien- dije mirándole y él empezó a moverse lentamente poniendo sus manos en la cama para no aplastarme mientras me miraba a los ojos dando pequeños gemidos.
Yo gemía algo más fuerte mirándole mientras lo abrazaba en torno a mi para sentir todavía más y levanté mi cabreza para besarlo con lujuria pura. Sus ojos estaban oscurecidos por el deseo y yo me moría del placer que sentía.
Lo noté a punto, recordé hace 10 años que siempre apretaba las sabanas o lo que sea hasta que se le ponían los nudillos blancos, además ambos estabamos muy sudados.
Gemí mirándole y me convulsioné llevandome un climax impresionante arañando su espalda con mis uñas, que no eran muy largas.
Después de un par de embestidas más lo noté derramarse en el condón.
-Me quedaría contigo enternamente-me dijo mirándome- eres mi lugar favorito en el mundo y siempre lo has sido.
-Te amo mucho, Matt-le dije sin poderlo evitar y lo besé con dulzura.
Él se quitó el condón y fue al salon a buscar la ropa que llevábamos antes para ir con el resto.
Nos vestimos el uno al otro, al reves de lo que hicimos anteriormente y me retoqué el poco maquillaje que tenía con una sonrisa mirando embobada a Matt.
Llamó a alguien para ver donde estaban y nos pusimos de nuevo rumbo al bar donde estaban ellos.
Poco después llegamos los dos al bar y él que estaba feliz y encantado, noto como me suelta la mano rápidamente mientras una chica rubia se da la vuelta.
-Valary-dijo él con alegría-¿Qué haces aquí amor?
¿Amor?, su puta madre, me la volvió a hacer.
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Mi mejor amigo
FanficMatt y Daisy son amigos de la infancia, se conocen como la palma de su mano hasta que ella se tiene que ir rompiendo todo el contacto, han pasado 10 años, ¿Volverán a tener esa química que habían perdido?